Desde su ingreso en 1973 en la entonces Comunidad Económica Europea, Gran Bretaña ha sido un socio incómodo y perturbador.
Quizás lo peor de todo hayan sido los vetos cruzados y excluyentes entre Podemos y Ciudadanos.
Quien más quien menos sabemos que los programas si no tienen detrás la memoria económica sirve para poco o mejor dicho sirve para generar frustración cuando se incumplen.
Según se va acercando el día de empezar a tomar decisiones, el vértigo se apodera de la dirección del PSOE.
Con nuevas elecciones la ciudadanía giraría a la derecha y sería mucho mas factible un gobierno del PP. ¿Quién quiere este escenario, aparte lógicamente del PP?
Espero que el conjunto de la izquierda logre unos resultados suficientes para que puedan crear una alternativa de gobierno progresista, que garantice un cambio profundo en España.
El primer reparto tiene que ver con las condiciones de trabajo. Más y mejor empleo en un país con exceso de jornadas sin fin, sueldos elevadísimos y salarios de miseria.
Es lógico que los ataques indiscriminados del terrorismo islamista, generen un profundo sentimiento de miedo e inseguridad.
Hoy las portadas de los periódicos españoles son casi todas iguales: “Guerra al Estado Islámico”.
Ahora casi todos se proclaman defensores de la unidad de España. Muy bien. Pero como dice el refrán "obras son amores y no buenas razones".
Sabemos de sobra que combinar crecimiento económico y redistribución social no es fácil, pero en absoluto es imposible.
PODEMOS no quiere aparecer en la dinámica tradicional de izquierda/derecha, optando por la alternativa mas transversal de perjudicados y beneficiados por el sistema.
Los datos de Caritas son demoledores: 4’3 millones de personas en situación de gran vulnerabilidad han sido atendidas.
Las elecciones catalanas, a poco que hubiera algo de sensatez, permitirían ganar tiempo para encontrar una vía de dialogo y acuerdos satisfactorios para la mayoría.
A la hora de que España organice la acogida de refugiados, hay que intentar aclarar algunas cuestiones que los gobiernos están manejando de forma confusa.
La UE, EEUU, Rusia y China, tienen instrumentos para ayudar a cambiar la situación en África y Oriente Próximo.
“La Carta a los Catalanes”, por muy bien intencionada que pudiera ser, adolece de un evidente tono paternalista.