martes. 19.03.2024

Presidente Salvador Allende, presente...

allende

Hoy el Presidente Allende es un testimonio universal de decencia política y coherencia moral y democrática hasta la muerte

El 11 de Septiembre es también una efemérides para todos los demócratas y progresistas del mundo. Celebramos una derrota, es cierto, pero también un derroche de dignidad, de heroísmo, de resistencia, de lucha insobornable por la Democracia y la Libertad y contra el fascismo.

Ahora que hay tanto torerillo de salón en el ambiente y tanto lobo disfrazado de lobo totalitario, conviene recordar el ejemplo imborrable del compañero Salvador Allende, Presidente constitucional de Chile, que defendió con las armas en la mano y hasta el útlimo aliento de su vida, atrincherado con sus más fieles en el Palacio de La Moneda, símbolo del Chile democrático y ejemplo de civilidad, la dignidad de Chile y las clases populares chilenas frente a la traición y el golpe criminal de Pinochet y sus secuaces, que habían jurado lealtad a la Patria, a la Constitución y al Presidente Allende muy poco tiempo antes ... ¿Qué me recuerda todo esto?

Inolvidable el último discurso del Presidente Allende desde La Moneda asediada y bombardeaba por los rebeldes, que empezaba con un vibrante trabajadores de mi patria ... para concluir con un esperanzador y sepan que más pronto que tarde se abrirán las amplias avenidas por las que vuelva a transitar el hombre libre (estoy memorizando al toque).

Era un aciago y tristísimo 11 de Septiembre de 1973. Recuerdo a la perfección lo que hice aquel día: Escribir un número extraordinario del periódico SUTEGI, órgano clandestino de expresión de la USO de Euskadi, dedicado a denunciar el golpe militar y la represión salvaje en Chile, y a glosar la figura y trayectoria del Presidente Allende y su vía democrática al socialismo truncada por el golpe de Pinochet, mero títere de los USA y su estrategia golpista en todo el continente latinoamericano. Dos días después, con los clichés ya picados, viajaba de San Sebastián a Bilbao, donde teníamos el aparato clandestino de propaganda -en el barrio de Recalde Berri, por cierto-, a imprimir el SUTEGI.

Hoy el Presidente Allende es un testimonio universal de decencia política y coherencia moral y democrática hasta la muerte. Y Pinochet es apenas un detritus olvidado en el vertedero de la Historia. Es más, el único "jefe de estado" que vino al entierro de Franco. Qué jodida es la memoria y la verdad ...

Vaya mi agradecimiento también al compañero y amigo Joan Garcés, un gran intelectual y una gran persona, que estuvo con el Presidente Allende en La Moneda hasta el último momento y que tanto me enseñó sobre la vía chilena al socialismo democrático.

Jóvenes de hoy, hombres y mujeres del mañana, leed, informaros, exigid ser beneficiarios de la memoria verdadera, para que no seaís ajenos e indefensos ante las amenazas e incertidumbres que ensombrecen vuestro presente y vuestro futuro, vuestra libertad y medios para construir proyectos de vida dignos y valiosos.

Presidente Salvador Allende, presente...