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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 15.06.2009

Al menos siete personas muerieron en la masiva marcha de protesta del lunes en Teherán en un enfrentamiento entre opositores y las fuerzas gubernamentales, según ha informado la radio pública. "Un grupo de manifestantes quiso atacar un puesto militar y realizó numerosos actos vandálicos contra el mobiliario público en la plaza de Azadi. Desgraciadamente siete personas murieron y varias otras resultaron heridas", ha explciado la radio Payam.

La emisora no ha especificado si los muertos eran seguidores del líder opositor Hossein Musaví, militares o milicianos basiyis, que desde hace tres días han tomado las calles de Teherán para reprimir las protestas contra la polémica reelección del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad.

Una fuente citada por la AFP ya informó el lunes de que en los enfrentamientos hubo ocho muertos, aunque sólo se había confirmado una muerte por el testimonio de un periodista extranjero.

El tiroteo se ha producido al final de la marcha, encabezada por el propio Musaví, y que ha reunido a cientos de miles de iraníes, principalmente jóvenes. Un testigo citado por la agencia Efe asegura que los miembros de la milicia paramilitar dispararon contra la multitud en la plaza de Azadi.

Los manifestantes, que abarrotaron las calles a pesar de la prohibición decretada por el Gobierno, protestaban por el resultado de la elección presidencial del viernes, que dio una aplastante victoria al conservador Mahmud Ahmadineyad.

Encaramado en el techo de su vehículo, Musaví ha exigido que se repitan los comicios y se ha mostrado dispuesto a tomar parte en una nueva votación. "Estamos preparados para participar en unas nueva elecciones presidenciales. El voto de la gente es más importante que Musaví o que cualquier otra persona", dijo.

Los opositores reformistas habían convocado una manifestación para hoy en el centro de la capital iraní, a las cinco de tarde, pero el ministerio del Interior advirtió que cualquier protesta sería ilegal y como tal sería tratada. Ante tal amenaza, fue pospuesta de forma oficial. Pero los seguidores de Musaví desafiaron al Gobierno y se concentraron en la plaza de Enghelab (Revolución). De un millar que salieron a protestar se ha pasado en las últimas horas a decenas de miles.

Hacía más de diez años que no se registraban disturbios en Irán. Cuando los manifestantes marchaban por el centro de Teherán con carteles donde se leía "¿Dónde está mi voto?" y coreando lemas como "¡Muerte al dictador!" y "Los iraníes preferimos la muerte a la humillación", toparon con decenas de seguidores del presidente Mahmud Ahmadineyad montados en motocicletas y armados con palos.

Desde Washington, la Casa Blanca ha mostrado su inquietud por la situación. "Estamos profundamente preocupados por los informes sobre violencia, detenciones y posibles irregularidades en la votación", dijo Ian Kelly, portavoz del Departamento de Estado. También el presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha pedido "total transparencia" en los resultados.

La Unión Europea, por su parte, ha instado a las autoridades iraníes a investigar las irregularidades electorales denunciadas por distintos candidatos. Los ministros han optado por la mesura y se han quedado lejos de cuestionar la reelección de Mahmud Ahmadineyad, como reclaman otras personalidades europeas.

Los responsables de Exteriores de los Veintisiete "toman nota de resultado anunciado por la Comisión Electoral y también de las preocupaciones sobre el desarrollo de las elecciones manifestadas por varios candidatos", señala el sobrio comunicado en el que se expresa oficialmente la posición de la Unión sobre lo sucedido. "Es una cuestión que las autoridades iraníes deben abordar e investigar".

7 muertos en las protestas de Irán