domingo. 28.04.2024
museo_ memoria_derechos_humanos_chile
Museo de la Memoria y los Derechos Humanos. Santiago de Chile. (Imagen tomada por María Rodríguez)

Javier M. González | @jgonzalezok |
Gabriela Máximo | @gab2301 | 

Xavier Altamirano Molina, que fue uno de los asesores políticos de Michelle Bachelet en su segundo gobierno (2014 a 2018), fue nombrado hace seis meses subsecretario de Derechos Humanos en el actual gobierno del presidente chileno, Gabriel Boric. Próximo al Partido Socialista, aunque no está afiliado, nació en Canadá hace 46 años, debido al exilio de sus padres. Altamirano estuvo este domingo en el Museo de la Memoria y Derechos Humanos de Santiago para la abertura de la exposición dedicada al fotógrafo brasileño Evandro Teixeira, que cubrió el golpe Estado del 1973 y fue el autor de la única foto del poeta Pablo Neruda muerto trece días después del golpe. Recorriendo los registros de Teixeira, como la de rostros asustados de jóvenes opositores detenidos en el Estadio Nacional de Santiago, Altamirano dice a Nuevatribuna que considera que los gobiernos democráticos fallaron en la transmisión de la memoria para que rupturas como la de 73 no sean relativizadas.

“Hemos fallado en memoria, no solo en el sentido de que ha descansado en los familiares el esfuerzo de levantar los sitios de memoria y mantenerlos vivos, y eso significa literalmente hacerlos funcionar con recursos propios. Como Estado, ahora estamos tratando de remediar aquello. Pero también hemos fallado a nivel de la educación. Durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet se logró incorporar dentro de la malla curricular un pequeño espacio de educación cívica, imagínate”.

Hemos fallado en memoria. Como Estado, ahora estamos tratando de remediar aquello

Recuerda, en este sentido, el caso de Alemania, donde el aprendizaje sobre el pasado nazista y el Holocausto es parte de la educación de los jóvenes. Altamirano menciona el caso del tenista Alexander Zverev, que detuvo un reciente partido en el US Open, cuando un espectador gritó una de las frases más famosas de Hitler, “Deutschland über alles” (Alemania por encima de todo). “No estoy diciendo que el sistema educativo tiene que cargar con todo el trabajo de transmisión de la cultura de Derechos Humanos, pero claramente es otra dimensión que está fallando”, consideró.

Xavier Altamirano se hace también una autocrítica desde la izquierda: “Que la democracia que hemos hecho en el ejercicio del poder no haya sido suficientemente potente para demostrar que es mejor que un régimen autoritario. Y en ciertos temas ha permitido que avance una mirada que es mundial, que es un cuestionamiento de populismo autoritario, donde lo que se quiere es, por ejemplo, cuestionar la capacidad de la democracia en controlar la seguridad. Como hemos tenido un aumento del crimen organizado y eso es real, no podemos negarlo, la democracia aparece impotente”.

El subsecretario de Derechos Humanos se muestra horrorizado con la actitud de las nuevas generaciones que no vivieron el régimen de excepción: “Le preguntan a los jóvenes, usted prefiere, estimado joven, que vive con todas las libertades garantizadas gracias a la sangre de los caídos, la dictadura o la democracia. [Y muchos responden] la dictadura. Es una brutalidad, entonces estamos todos aterrados, pero inmovilizados respecto a esa conversación pendiente con los jóvenes. Yo no soy joven, yo tengo 46 años. Soy hijo de un preso político, tengo otro preso político mi tío, mi abuelo, estoy rodeado de gente así. No puedo no conocer la historia, pero claramente hay un conjunto grande de la población que no conoce la historia y hemos fallado como sociedad en que no conozcan la historia. Esa es la realidad pura y dura”.

Cómo se revierte eso, reflexiona ante Nuevatribuna: “Qué tenemos en carpeta como gobierno, y ahora me pongo el traje de oficialista. Como gobierno, yo estoy muy contento que estamos avanzando por ejemplo en memoria. Yo creo que es el gran balance positivo de este año. Porque estamos por primera vez teniendo lugares de memoria declarados, que es una categoría especial patrimonial en todas las regiones de Chile. No existía aunque ustedes no lo crean. Adicionalmente hemos incorporado un conjunto de lugares de memoria que faltaban. Hace dos días estuvimos en un acto donde se recuperó la casa de Irán 3037 [en el barrio santiaguino de Ñuñoa], una casa que fue ocupada como centro de tortura y de violación sistemática de los Derechos Humanos, pero de las peores aberraciones. Ahí se hizo violencia política sexual, es espantoso. Esa casa pertenecía a un privado y ahora el Estado la expropió”.

En dicho lugar funcionó uno de los principales cuarteles de la DINA y fue conocido con dos nombres, Venda Sexy y Discoteque, por la música a altísimo volumen para ocultar los gritos de las torturas. Se especializó en la detención de estudiantes universitarios del MIR y del Partido Socialista. Y las torturas incluyeron violaciones y distintos tipos de tormentos de tipo sexual, bajo el control de una mujer integrante del cuerpo de Carabineros, la mayor Ingrid Felicitas Olderóck.

Este año vamos a trabajar junto con las agrupaciones para que la ley de memoria sea una realidad

¿Qué queda por delante?, le preguntamos a Altamirano: “Este año vamos a trabajar junto con las agrupaciones para que la ley de memoria sea una realidad. Institucionalmente el Estado debe estar presente con recursos, con apoyos, con capacidades técnicas, porque si no, las compañeras se van muriendo y la memoria desaparece. Ahora el Estado tiene que hacerse presente. Tal como estamos haciendo con el Plan Nacional de Búsqueda que es otra de las tareas que tenemos en el Ministerio de Justicia. Yo lo llamo la doctrina Boric: donde antes hubo un esfuerzo de la sociedad civil organizada o los familiares, ahora el Estado se hace presente como política permanente”.

Al recordarse ahora los 50 años del golpe de Pinochet, el clima social en Chile está más polarizado que hace años. Incluso hay un avance de la ultraderecha que reivindica sin vergüenza algunos aspectos de la dictadura. El 30 de mayo de este año se conoció la encuesta CERC-MORI, sobre la era Pinochet, con resultados sorprendentes: El 36% consideró que los militares tenían razón para dar el golpe y un 47% consideró que el régimen militar fue en parte bueno y en parte malo. En el 2013, solo un 16% justificaba la dictadura.

En respuesta al consejero constitucional Luis Silva (Partido Republicano, extrema derecha), que había expresado su admiración por Pinochet, al que consideró un estadista, el presidente Boric fue contundente: “Pinochet fue un dictador, esencialmente anti demócrata, cuyo gobierno mató, torturó, exilió a hizo desaparecer a quienes piensan distinto. Fue también corrupto y ladrón. Cobarde hasta el final. Hizo todo lo que estuvo a su alcance para evadir la justicia. Estadista jamás”.


javier_m_gonzalez


Javier M. González | Corresponsal de RNE en América Latina y en Alemania. Cubrió información de Chile desde la transición hasta la muerte de Pinochet.


gabriela_maximo


Gabriela Máximo | Periodista brasileña de política Internacional. Cubrió diversos acontecimientos en América Latina y África para Jornal do Brasil y O Globo.


Imagen portada: María Rodríguez.

Xavier Altamirano: "Hemos fallado como sociedad en que no se conozca la historia"