miércoles. 08.05.2024
Palestina_Manifestacion_Madrid (1)
Manifestacion en Madrid. (Imagen de archivo)

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De nuevo Gaza, de nuevo el horror de fosas comunes bajo los escombros, de nuevo la protesta inútil de la ONU, las declaraciones de los defensores de los derechos humanos, de las organizaciones pacifistas o del Papa de Roma. Todo eso dado igual a EEUU  a Israel,  y evidencia  que las propuestas de la ONU y las leyes internacionales sobre el respeto entre Estados y sobre los derechos internacionales y los humanos son papel mojado mientras siga vigente el derecho de veto de los poderosos, como ocurre hoy con el genocidio en Gaza y la cacería de palestinos en Cisjordania. Uno se pregunta para qué sirve la ONU cuando vemos lo que ocurre ahí y la desfachatez con que es ninguneada por los genocidas y su padrino yanqui sin que el resto del mundo ni  la Corte Penal Internacional puedan  impedirlo. Así que llevaba razón Nebod en su libro “Socialismo o barbarie”. Asesinatos a la población palestina, muros infranqueables, vallas de cuchillas, impunidad de los tratos inhumanos o del asesinato a los migrantes dan una imagen perfecta de la idea de barbarie. Y por si algo faltaba, en este carnaval de la muerte, estamos siendo amenazados por otro fascismo y otra guerra en Europa. ¿Donde está ya la civilización? ¿En qué punto la dejamos atrás? ¿Cómo es posible haber llegado tan lejos?

Cada vez resulta menos comprensible en este contexto la más elemental falta de humanidad en la clase política.  Sorda y divorciada de la ciudadanía, pero piel con piel con los presentes  enemigos de la vida, es algo tan vergonzoso que no es posible comprenderlo desde ningún punto de vista. Si se supone que estos sujetos encorbatados y sonrientes que vemos en nuestras pantallas a la sombra de la bandera de la Unión Europea o la de su patrona Atlántica nos representan, ¿por qué, entonces, no escuchan el grito unánime de medio mundo que clama contra el genocidio palestino o contra una posible guerra? ¿No será que no representan más que intereses  de otros, ocultos en paraísos fiscales y bursátiles? Pues claro que sí. Entonces no son demócratas, sino mayordomos de ricos. Entonces no nos representan ni podemos esperar nada de ellos, con que imaginen si los fascistas – más serviles todavía a los mismos amos - ocupan su lugar como están pretendiendo con bastante éxito en  esta Unión Europea decrépita.

Asquean y producen rechazo sin límite, a partes iguales, las  políticas de confrontación en Europa- por orden del “amigo americano” y sus industrias de la muerte- contra una Rusia que no nos ha hecho nada al resto de europeos,  y su servilismo interesado y  perruno  al gobierno sionista de Israel, que no cesa en su política de exterminio con riesgo de generar en Oriente un incendio de alcance imprevisible anunciándonos a diario que asaltarán el Sur de Gaza. Y si eso sucede- y los Estados Unidos lo apoyarán-, ¿qué podría llegar a pasar? ¿Sería este el límite de la tolerancia mundial, la gota que colma el vaso, y la mano de Caín será detenida a tiempo? Es difícil ser optimista. Y a ninguno de estos individuos cultos, refinados, importantes y encorbatados que fingen representarnos se le cae la cara de vergüenza. Al contrario: esas caras sonríen para las cámaras y en esa su foto de familia hasta parecen un equipo de gentes decentes. ¿Lo son?

¿Cómo entender el empeño fanático del gobierno norteamericano en armar a Israel mientras bloquea en la ONU los intentos de parar el genocidio?

¿Cómo tratan a los asesinos y a sus cómplices los códigos penales de nuestros democráticos estados europeos, y no digamos de los EEUU? ¿Animan allí los  poderes públicos a vender armas a los asesinos para cometer sus crímenes, o no dudan los jueces  en decretar severos castigos, incluida la pena de muerte? Por supuesto que no. Entonces, ¿cómo entender el empeño fanático del gobierno norteamericano en armar a Israel mientras bloquea en la ONU los intentos de parar el genocidio? O, ¿cómo entender el comportamiento de Europa con su doble juego de querer parecer decente con palabras mientras hace lo mismo que los Estados Unidos en hechos?

¿Acaso la “compasiva” Europa es mejor que su patrón? Políticas de doble moral y doble rasero;  hipocresía de la peor  en estado puro disfrazada de legalidad, democracia y hasta de defensa de los derechos humanos; buenas palabras sin efecto alguno; política acomodaticia, y mentiras a espuertas. ¿Es decente todo eso o son conductas objetivamente delictivas según las leyes a las que dicen respetar?  Ya no podrán decirnos nunca que lo hacen en defensa de la justicia, ni que defienden la civilización, mientras ejecutan la barbarie;  ni argumentar que lo hacen en nombre de alguna religión, pues ¿quién iba a creer a estas alturas a un Biden que se dice católico, a unos líderes europeos de la misma creencia o a un Netanyahu que se dice judío cuando  todas esas religiones dicen claramente “No mates” y “No codicies lo ajeno”? Pues son colonialistas, codician lo ajeno y matan o apoyan, según convenga, a quien les moleste en su propósito. ¿Tiene eso algo de religioso, y no digamos de espiritual o divino ? Dice Netanyahu que ellos son la luz. (Sin comentarios).

Todos se dicen demócratas mientras  nutren de armas y más armas al gobierno fascista de Ucrania y al gobierno fascista de Israel. Claro que Rusia no es mejor  que Ucrania o Israel desde el punto de vista de la moral, de las leyes divinas o la democracia, porque derecho a votar no significa democracia: hace falta – como mínimo, y para empezar- que los votantes sean escuchados y aceptadas sus propuestas y sus protestas. Mandar a la policía contra la población que protesta por el genocidio en Palestina revela cómo los gobiernos entienden la democracia. Pura hipocresía. ¿Es decente la hipocresía?

¿Y ellos? Es claro como agua de manantial que son el poder ejecutivo  de ese Nuevo orden Mundial iniciado en 2008, profundizado con un oportuno virus, continuado con la provocación incesante a Rusia vía Ucrania, y llevado al extremo con el apoyo a un gobierno de psicópatas. Todo esto no significa para los pueblos a los que dicen representar más que crisis tras crisis, pobreza, desempleo, falta de viviendas, aumento de precios, bajos salarios, privatizaciones, más fascismos, guerras y ahora  amenaza nuclear. Y no hay más argumento para este Nuevo orden criminal que el deseo de poder y de robar todo lo que se puede robar, incluidas vidas, recursos y territorios. ¿Donde se encuentra entonces  el imperio de la ley y el orden que tanto dicen amar? Ni un tonto les puede creer, pues todo lo que pretenden que creamos es tan burdo como miserable y peligroso para  nosotros, los pueblos, que a diferencia de ellos todavía tenemos conciencia y la manifestamos llenando de protestas las calles del mundo.  Así que en conciencia deberíamos sumarnos a todos los que gritan Fuera las manos de Palestina, Palestina libre, No a la guerra, no a la OTAN.

Paz, democracia real y Palestina libre