martes. 19.03.2024
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Foto: Fernando Alvarado de EFE

Anunciarlo con carteles de neón es lo que falta para que las y los madrileños, en su totalidad, se enteren de la ineptitud de la presidenta de la Comunidad de Madrid junto a al incompetente del vicepresidente Ignacio Aguado.

Ya en Junio de 2020 el Ministerio de Sanidad advertía a las comunidades autónomas de que fuesen comprando jeringuillas aptas para la vacunación contra la Covid-19, haciendo gala de su negligencia, la pareja del foro hicieron caso omiso, y eso que la fábrica de jeringuillas se encuentra en la localidad oscense de Fraga, lo que supuso la pérdida de un gran número de dosis, en este caso me ha sido imposible calcularlo, pero como Ayuso nos tiene acostumbrados al despropósito a diario, no ha tardado en volver a repetir la faena para darme la oportunidad de hacer un cálculo estimado de la cantidad de personas que no se vacunan, mientras se desperdician miles de dosis a diario.

Las guías técnicas de COMIRNATY (Vacuna COVID-19 ARNm, Pfizer-BioNTech), y COVID-19 Vaccine AstraZeneca, proporcionadas por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, especifican el número de dosis que se tienen que administrar por cada vial dependiendo del fabricante. En un principio, Pfizer, calculaba 5 dosis por cada vial, pero los magníficos profesionales con los que contamos en la sanidad pública española lograron extraer hasta 6 dosis del mismo bote, esto supuso que Pfizer tuviera que cambiar su guía técnica modificando de 5 a 6 dosis las administradas por frasco. Partiendo de la base que estoy totalmente en contra de que las patentes de una vacuna contra una pandemia mundial estén en manos de farmacéuticas privadas, he de decir que es lógico que si una empresa vende dosis y no frascos, modifique su contrato para que se le abone la cantidad de dosis que se están inoculando.

Cada frasco de Pfizer cuenta con 0.45 ml (vial), añadiendo a estos los 1.8ml de suero necesarios para su dilución, contamos con un total de 2.25 ml, si para cada dosis son necesarios 0.3 ml de la mezcla, y teniendo en cuenta que las matemáticas son una ciencia exacta, de cada vial se pueden extraer hasta 7.5 dosis. Siendo escrupulosos y haciendo caso a las recomendaciones médicas de no mezclar viales, lo dejaremos en 7 dosis, cosa que tampoco logro entender, no creo que la fabricación de la vacuna sea por botecitos, llámenme loco, pero yo supongo una elaboración de esta en masa.

Todavía a día de hoy, Pablo Casado, tiene la poca vergüenza de decir que Isabel Díaz Ayuso es el ejemplo a seguir en lo que a gestión sanitaria, dentro de unos años, imagino que para Casado, serán cosas del pasado

En el caso de AstraZeneca, la guía técnica dice tener, y cito literalmente, “unos 5 ml de la vacuna”. No necesita disolución y es administrada en dosis de 0.5 ml, por lo que haciendo de nuevo uso de la matemática, contaríamos con un total de 10 dosis por vial. Una vez más el tesón del equipo de enfermeras, su gran vocación, la inexactitud de la cantidad tal y como marca la propia guía, y unas ganas indescriptibles de tener a la sociedad vacunada cuanto antes, nuestras enfermeras nos muestran, que los viales de AstraZeneca contienen más de 5 ml, que se pueden extraer hasta 12 dosis.

Las variaciones en la cantidad de extracción de dosis por vial vienen supeditadas al tipo de jeringuillas que se use, utilizando tanto jeringuillas como agujas de bajo espacio muerto, supone que se aproveche más líquido, imposible de extraer con jeringuillas convencionales.

Y aquí viene donde la matan, si yo compro una barra de pan de donde preveo sacar dos bocadillos, pero alguien que no ha merendado se me acerca y tengo la posibilidad de cortar en tres porciones la barra, la educación que me han dado mis padres me dice que lo correcto es no dejar sin comer a una tercera persona, llevando esto al terreno de la vacunación, el Código Deontológico  de Enfermería Española, extraído de la web del Colegio de Oficial de Enfermería de Madrid dice:

  • CAPÍTULO V, PROMOCIÓN DE LA SALUD Y BIENESTAR SOCIAL, Artículo 34:
    • Es el establecimiento de programas de promoción de la Salud y en el reparto de los recursos disponibles, la Enfermera/o se guiará por el principio de justicia social de dar más al más necesitado. Los conceptos de justicia social son algo más que paternalismo.

Presuponiendo que el más necesitado es quien necesita la vacuna ante una pandemia mundial, y no una empresa farmacéutica como Pfizer que obtuvo en 2019 unos beneficios netos de 16.273 millones de dólares, algo no me cuadra, y esto lo digo sin poner en ningún momento a la enfermera como responsable, ya que desde la Comunidad de Madrid se les prohíbe la inoculación de las dosis que no vienen reflejadas en las guías técnicas de los viales, cuando lo lógico sería utilizarlas haciéndoselo saber a la empresa, empresa que recordemos, en su contrato dice no hacerse responsable de nada en lo relacionado con la vacunación.

Cosa que no opino yo solo, la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas explica que debería reflejarse en la ficha técnica o en una instrucción de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), el ministerio de Sanidad o las consejerías.

De igual modo que advierten de Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas (ANENVAC) que, la enfermera que proceda a la extracción y administración de una séptima dosis ahora no tiene ningún respaldo legal ni administrativo, poniendo de este modo entre la espada y la pared a las enfermeras, haciéndolas incumplir su código deontológico al ponerlas legalmente a los pies de los caballos.

Este tipo de sucesos no deberían de suceder si se cumpliera con la legalidad, cosa que no se hace, no se han tenido en cuenta nunca las opiniones de quienes administran las vacunas, artículo 27, las enfermeras/o deben cooperar con las autoridades de Salud en la planificación de actividades que permitan controlar el medio ambiente y sean relativas al mejoramiento de la atención de la salud comunitaria.

“La séptima dosis, método y preocupación enfermera”, emitido a través de la plataforma Educa-med, pone de manifiesto que la covid-19 y las cuestiones relacionadas con las vacunas ha hecho visibilizar aún más la importancia del papel que el personal de enfermería puede y debe jugar en situaciones de salud pública de tal magnitud, ya sea por los avances logrados -como la consecución de una séptima dosis de los viales de la vacuna de Pfizer- como los problemas cuando no se ha contado con las enfermeras en la planificación de la campaña.

El 26 de Febrero se administraron en el Wanda, al menos, 27.000 inyecciones de AstraZeneca, a 10 dosis por vial nos salen 2.700 viales, teniendo en cuenta que las enfermeras hablan de la posibilidad de extraer hasta 12 dosis, en el “vacunódromo” madrileño, solo ese día, se desperdiciaron 5.400 dosis.

El lunes 1 de Marzo en el hangar Zendal se calcula haber vacunado a 8.000 personas, usándose de este modo unos 1.333 viales haciendo números a la baja, es decir, en este caso se han podido llegar a desperdiciar 1.331 dosis de Pfizer.

La Comunidad de Madrid está entre las más lentas de vacunación a nivel estatal, varios escándalos producidos ante la falta de plan de vacunación y la corrupción en hospitales al vacunar a personal fuera de listas de preferencias.

En lugar de consultar al personal de enfermería, presidido por una persona investigada por varios procesos de corrupción, en lugar de administrar las dosis de las que dispone comunicando al Ministerio de Sanidad para que este haga lo propio con las empresas para que se modifiquen las guías técnicas y no dejar legalmente descubiertas a las profesionales, todavía a día de hoy, Pablo Casado, tiene la poca vergüenza de decir que Isabel Díaz Ayuso es el ejemplo a seguir en lo que a gestión sanitaria, dentro de unos años, imagino que para Casado, serán cosas del pasado.

Ayuso tira en un sólo día 6.731 dosis de vacunas contra la Covid19