sábado. 27.04.2024
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Joan Segovia | @JoanRohan

Blue Giant se presenta como un ambicioso intento de llevar el vibrante mundo del jazz del manga a la pantalla grande. Dirigida por Yuzuru Tachikawa, la película nos sumerge en la historia de Dai y sus amigos, tres músicos con sueños e inquietudes que se entrelazan para formar el grupo JASS, una banda de jazz que quiere reavivar el género en Tokio. A través de una combinación de animación en 3D y 2D, la película busca capturar la energía y la pasión del jazz, aunque no siempre logra mantener su ritmo constante.

Tachikawa nos presenta una visión única del mundo del jazz, llena de luz y vibrante vida, pero su ejecución resulta desigual. Si bien la animación en 3D aporta una sensación de agilidad y dinamismo a las escenas de acción musical, su calidad visual a menudo se ve comprometida por movimientos robóticos y una integración poco natural con el entorno. Llegando al punto en el que por momento cuesta identificar a los personajes por la poca similitud con su versión 2D. Por otro lado, la animación en 2D ofrece momentos de belleza y profundidad, pero su falta de cohesión con el 3D crea una desconexión visual que afecta la experiencia general. La película oscila entre momentos de intensa emoción y otros de quietud contemplativa, pero la transición entre ambos estilos a veces se siente abrupta y poco fluida.

La banda sonora, compuesta por la talentosa Hiromi Uehara, es sin duda uno de los aspectos más destacados de la película. Sus composiciones enérgicas y emotivas elevan la narrativa y la emoción de la historia, añadiendo capas de profundidad y significado a las escenas musicales. Sin embargo, a pesar de la magnificencia de la banda sonora, la falta de sincronización entre la animación y la música en ciertos momentos disminuye su impacto y crea una sensación de discordancia que interrumpe la inmersión del espectador. Esto se puede ver claramente con Tamada, el batería del grupo, que en los primeros planos podemos sentir su fuerza mientras que en los planos generales en los conciertos, en 3D por supuesto, parece un cualquiera que mueve los brazos sin ton ni son.

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Aunque la calidad de la animación 2D está a la altura de las grandes obras actuales y consigue dar profundidad a las escenas más emotivas, la falta de expresión en la animación en 3D a veces limita su capacidad para transmitir emociones de manera efectiva, dejando al espectador desconectado de la historia en ciertos momentos clave. Lo que sí es resaltable, y hace de la película una buena obra de jazz es el trabajo de Tomoaki Baba, Hiromi Uehara y Shun Ishiwaka danod vida a la banda JASS en sus conciertos. Es que si algo tiene esta película es la capacidad de transmitir el amor a esta música que tienen estos artistas.

Blue Giant es una película que busca alcanzar las estrellas, pero que no lo consigue, aunque se queda cerca de la grandeza. Si bien ofrece momentos de emoción y belleza, especialmente en sus secuencias musicales, la falta de cohesión visual y la ejecución desigual de la animación en 3D y 2D lastran su impacto general. Aunque es una experiencia que vale la pena para los amantes del jazz y la animación, no logra alcanzar todo su potencial debido a sus limitaciones técnicas. Una pena que, con una trama, de la que no he dicho nada porque no merece ser lastrada con spoilers, con conmovedora y con una música tan espectacular, la factura final pierda tanto en lo visual.

'Blue Giant': pasión, superación y jazz