miércoles. 01.05.2024

Afluentes de Podemos por la izquierda

Nuestros votos son los ríos que van a dar en la mar, que es la convocatoria para las generales del 20 de diciembre.

Nuestros votos son los ríos que van a dar en la mar, que es la convocatoria para las generales del 20 de diciembre, dijo Manrique en sus coplas. Bueno, o algo parecido. Y en vista de las reglas que impone el sistema electoral y lo que apuntan las encuestas, el anuncio ha sumergido a los implicados en la llamada “unidad popular” en un frenesí de trazado de de cauces y tendido de puentes que ni la Confederación Hidrográfica del Ebro.

Por brío y caudal acumulados en el último año, la mano de esta partida la juega Podemos. Presiones internas, externas y hasta matemáticas les repiten el mantra televisivo de nuestra infancia: “Solo no puedes; con amigos, sí”. La frase, que había perdido el brillo y hasta el acento ortográfico, gana actualidad como consejo más o menos interesado cuando lo prioritario es arañar escaños en busca de una posible mayoría.

Echando esas cuentas, se señala que sumando “allí ríos caudales, allí otros medianos y más chicos” podría componerse una lista de afluentes de Podemos por la izquierda con gran capacidad de desborde. Una catarata por la que precipitar la vieja política. Un río, quizás ría si se suman las mareas atlánticas, imparable. Incluso acariciando el sorpasso, como ocurriera en las grandes ciudades en las municipales y a pesar de la fortaleza demostrada por un PSOE que aguanta la competencia mejor de lo augurado.

En el tira y afloja de la negociación retransmitida por los medios, son legítimas y lógicas las precauciones, porque enfangarse y abrir vedas en ríos revueltos no está exento de peligros. Pero, frente a los recelos iniciales del “núcleo irradiador”, parecen desdibujarse las líneas rojas y se atisban posibles pactos en una decena de autonomías.

Aguarda su desenlace un electorado capaz de movilización si se le enamora, pero también muy sensible a los desacuerdos mal explicados. En ambas orillas de la corriente parecen coincidir ahora en que de la desilusión al rechazo (o a la indiferencia, el más cruel de los castigos de un amor despechado) hay apenas un paso.

Afluentes de Podemos por la izquierda