jueves. 09.05.2024
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Hace unos años escribí para un modesto periódico digital un artículo en el que reflexionaba sobre las secciones juveniles de los partidos políticos españoles, lo cierto es que por aquel tiempo quizá hablaba más de lo que había visto que de lo que había vivido o reflexionado.

Han pasado 4 años de ese artículo y todo cambia, en primer lugar, mi percepción de estas organizaciones y en segundo la experiencia vivida, pues ahora soy parte activa de juventudes socialistas de Madrid.

Siempre que reflexiono en torno a este tema, me planteo la misma pregunta: ¿cómo pueden las propias juventudes de los partidos volverse relevantes para sus mayores?

En cuanto a las organizaciones derechistas, ya hemos visto que no son más que una muletilla de sus mayores, pues al final carecen de propuestas propias y, por supuesto, no confrontan en ninguna cuestión fundamental con sus partidos.

Un ejemplo reciente es la búsqueda de Nuevas Generaciones del PP de Madrid de acuerdos con discotecas para que ofrezcan descuentos a sus militantes, esto a parte de parecerme una falta de respeto a sus miembros, trasluce que no hay ningún tipo de propuesta para mejorar la vida de la juventud en Madrid.

Centrándonos en quién puede cambiar este país, es decir, las organizaciones de izquierda, la respuesta es: siendo serias, planteando que son capaces de dar una respuesta contundente a los problemas de su generación y, sobre todo, fomentando la reflexión entre sus miembros, saliendo así de dinámicas tóxicas en lo orgánico que no aportan nada al proyecto colectivo y que solo buscan el interés individual.

La creación de equipos que persigan unos objetivos comunes es fundamental, fomentando el trabajo en grupo y el dinamismo dentro de la organización, que finalmente se convierten en mayor motivación, oferta de actividades y formación para la militancia.

Otro punto fundamental, a mi juicio, es el lanzamiento constante de campañas que pongan a la organización en el centro de la reivindicación política, además de campañas de afiliación, que son sumamente importantes para crear tejido social y hacer algo que algunas veces nos da vergüenza, y no debe ser así, hacer proselitismo.

Finalmente, si se pretende elaborar un proyecto serio para la juventud, se deben buscar perfiles con ganas de trabajar, pues uno de los problemas más frecuentes en todas las organizaciones es la aparición de personas que solo quieren satisfacer sus egos personales, dejando en un segundo o tercer plano la responsabilidad dentro de la organización.

Estas son solo algunas reflexiones que decido hacer públicas con el fin de estimular la reflexión del lector y animar a la juventud de izquierdas a enrolarse en organizaciones como la socialista para hacer la sociedad que vivimos, más justa.

Reflexiones sobre las organizaciones juveniles de izquierda