sábado. 27.04.2024
meditation

La meditación existe desde tiempos inmemoriales en las diversas tradiciones espirituales de Oriente y Occidente. En Occidente, en el siglo XX, se han desarrollado métodos derivados de métodos tradicionales de meditación, que se han inspirado en técnicas orientales, como es el caso de la Meditación Trascendental, el Mindfulness o Atención Plena o el Big Mind, entre otros.

En el mundo de la psicología han sido diversos los autores que se han interesado por estos temas, desde los inicios del siglo XX. El primero que hace alusión a la meditación es William James (1902), en su libro Las variedades de la experiencia religiosa.

Posteriormente, son muchos los científicos interesados en indagar o en experimentar con la meditación, como Carl Gustav Jung, con su práctica de la “imaginación activa”, Erich Fromm con el “Zen” y, posteriormente, un número creciente de autores dentro de las psicologías transpersonales que integran la meditación al ámbito de la psicoterapia y del crecimiento personal.

En los años 70 nos encontramos con los primeros estudios científicos sobre los efectos psicológicos de la meditación. Desde entonces, y especialmente desde la década de los 90, el número de estudios sobre este tema ha experimentado un aumento exponencial, que ha sido mayor en los últimos 10 años. En la misma década se hace el primer estudio sobre los efectos del mindfulness, un método derivado del Vipassana, que se ha adaptado para la intervención en salud mental. Los estudios más frecuentes, en los últimos años, se han realizado con el mindfulness, cuyo uso se ha generalizado en el ámbito clínico.

Beneficios y riesgos

La meditación puede tener muchos efectos positivos, en ciertos casos, se pueden tener experiencias desagradables, producirse riesgos o incluso estar contraindicada. Estos fenómenos no son nuevos, pues las advertencias acerca de los riesgos o dificultades del caminante espiritual están descritas por maestros o místicos de todas las tradiciones. Casi todos los autores actuales hablan de la meditación como un método que genera buenas experiencias. Lo que supone el riesgo añadido de que, al no advertirse de las posibilidades de tener experiencias desagradables, es más probable que quien las tiene experimente mayores dificultades o que no sea consciente de que dichos efectos pueden formar parte de un proceso de introspección o de autoconocimiento y que, elaborado adecuadamente, puede llevar a una mayor madurez y consciencia. Pero aún es más grave si alguna persona experimenta alguna alteración psíquica más seria y no es consciente de la necesidad de una ayuda especializada en el ámbito de la salud mental. Parece que la meditación no provoca los mismos efectos en todo el mundo y por ello es importante tomar consciencia de sus beneficios y de sus riesgos.

Entrenamiento mental

Un sesgo bien conocido en la toma de decisiones individuales es la tendencia a evitar información sobre resultados potencialmente negativos. La capacidad de un individuo para tomar buenas decisiones depende fundamentalmente de su conocimiento del estado del mundo. En la medida en que las emociones anticipatorias negativas juegan un papel importante en la evitación de la información, un entrenamiento mental que apunta a la regulación de tales emociones podría ayudar a disminuir su influencia en la toma de decisiones.

La práctica de la meditación puede aumentar los niveles de atención y regulación emocional

Una de esas formas de entrenamiento mental es la meditación de atención plena (mindfulness) cada vez más popular en occidente debido a una variedad de beneficios, por ejemplo, para la salud, el estrés, la depresión y la productividad. La meditación fomenta un estado mental particular (atención sin prejuicios al momento presente), y varias evidencias de la psicología y la neurociencia han demostrado que su práctica puede aumentar los niveles de atención y regulación emocional (y, de hecho, cambiar estructuralmente las regiones del cerebro asociadas con tales tareas).

Un estudio reciente realizado por Elliott Ash, profesor de Derecho, Economía y Ciencia de Datos en Zúrich y publicado en Economics Letters, muestra que las personas pueden reducir esta tendencia hacia la evitación de la información a través de la meditación realizada de forma regular de atención plena. Los investigadores definen la práctica de la meditación de atención plena como sentarse quieto con los ojos cerrados, observando, pero sin responder, control de la respiración, de las sensaciones físicas, de los pensamientos y de las emociones.

Estudio

Antes y después del experimento, los participantes del estudio tuvieron que responder a un conjunto de preguntas estandarizadas para determinar qué tan bien lidiaron con la información negativa y qué tan fuertemente respondieron a las emociones.

En esta investigación, los participantes (N=261) se asignaron aleatoriamente a una intervención de tratamiento (14 días de meditaciones guiadas de atención plena de 15 minutos) o a una intervención de control activo (14 días de escucha guiada de música relajante de 15 minutos). Los hallazgos muestran que la atención plena redujo la evitación de la información, es decir, la tendencia de un participante a evitar recibir información que pueda causar preocupación. En relación con el control activo, el tratamiento de atención plena redujo la escala de evitación de información en aproximadamente 0,25 desviaciones estándar.

Se proporciona evidencia de que el apoyo para la regulación de las emociones como un mecanismo plausible, ya que el tratamiento tuvo un efecto positivo en una medida de autoinforme de no reactividad a la experiencia interna.

Así pues, meditar durante solo 15 minutos al día ayuda a las personas a aliviar el estrés, aumenta su capacidad de concentración, reduce su riesgo de depresión y mejora su productividad. Al igual que en otros estudios, Ash y sus coautores pudieron demostrar que la meditación diaria aumenta la capacidad de las personas para lidiar con las emociones negativas. Este desarrollo positivo no se observó en los miembros del grupo control.

El entrenamiento de meditación podría ayudar a las personas a tomar mejores decisiones

Los autores del estudio concluyen que la meditación de atención plena hace que las personas sean más resistentes a las emociones incómodas, lo que a su vez les permite procesar la información negativa de manera más objetiva. “Alguien que lidia bien con las emociones negativas también querrá saber qué podría salir mal como resultado de una decisión en particular", dice Ash. En otras palabras, el entrenamiento de meditación podría ayudar a las personas a tomar mejores decisiones. Dado que es más probable que también consulten información a la que podrían haber estado previamente en actitud negativa, estén más informados.

Se ha demostrado pues, que la atención plena reduce los síntomas de malestar basados en creencias, como la ansiedad y las preocupaciones habituales. En general, se ha encontrado que la atención plena aumenta las habilidades para regular las emociones.

Por último, compartir esta reflexión del escritor y médico inglés Sir Thomas Brown:

“Quienes no meditan ni han aprendido a estar solos, viven en prisión consigo mismos y tal vez también con otros”.

Beneficios de la meditación: del mindfulness al entrenamiento mental