sábado. 27.04.2024
8M
Imagen de archivo.

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Ya estamos en el 8 de Marzo y, como cada año, los medios de comunicación dedicarán páginas, programas e informativos especiales dedicados al Día de la Mujer, dando cuenta de las múltiples iniciativas y actos que con motivo de esta fecha se realizarán a lo largo y ancho de nuestro país.

Quizás sea necesario, más allá de las medallas, diplomas y reconocimientos institucionales que se darán en este 8 de Marzo, recordar y no olvidar que esta fecha empezó siendo el Día de la Mujer Trabajadora. Aunque esta fecha se haya convertido para algunos ámbitos de la sociedad en un “día glamuroso”, con incluso presencia del 8M en las Redes Sociales de muchas “pijas influencers”, hay que recordar que para muchas personas, en todo el mundo, el 8 de Marzo es un día para recordar a aquellas obreras textiles que en el invierno de 1857 salieron a las calles de Nueva York, y también a las más de 15.000 que en marzo de 1908, medio siglo más tarde, marcharon por la misma ciudad al grito de “¡Pan y rosas!”. Éstas sintetizaban la exigencia de mejora de sus condiciones de trabajo, de una jornada laboral de 8 horas y de igualdad salarial, cuestiones pendientes aún hoy en muchas empresas, así como el derecho de las madres a amamantar a sus hijos durante las 10 horas de trabajo. Es además un día de homenaje a las 140 obreras asesinadas en la madrugada del 25 de marzo de 1911 al arder la fábrica textil Triangle Shirtwaist, también de Nueva York, como consecuencia de que los propietarios habían bloqueado todas las salidas.

Hay que recordar también la lucha y el sacrificio de millones de mujeres trabajadoras de todo el mundo, protagonistas de la historia del movimiento sindical pero que han quedado ocultas u olvidadas en demasiadas ocasiones. Una discriminación más hacia la mujer.

El 8 de Marzo es una buena ocasión para recordar la gran importancia que ha tenido la lucha de las sindicalistas para el movimiento obrero de nuestro país

Que todo ello sirva para reconocer que muchos de los avances en los derechos de la mujer han sido protagonizados por mujeres sindicalistas. El 8 Marzo es una fecha para reivindicar el trabajo de miles de mujeres sindicalistas, luchadoras que han escrito páginas heroicas del movimiento sindical y que en la mayoría de las ocasiones no están presentes en los libros. Mujeres luchadoras de ayer en los talleres e industrias europeas y de EEUU, y mujeres que hoy siguen escribiendo páginas con sus luchas en el norte de África, en Asia y en las maquilas de Centro América. Mujeres que son la principal riqueza de sus países, que tejen y cosen para las grandes marcas de la moda, que crean sindicatos y luchan por unas condiciones dignas de trabajo y de vida. Mujeres sindicalistas luchadoras como las de la industria textil en Bangladesh que se han puesto al frente de la movilización de hombres y mujeres, del conjunto de la clase trabajadora de su país, por el derecho a la vida y por un salario vital.

El 8 de Marzo es una buena ocasión para recordar la gran importancia que ha tenido la lucha de las sindicalistas para el movimiento obrero de nuestro país. Una  buena fecha para recordar a Petra Cuevas Rodríguez (1908- 2014), una mujer sindicalista y resistente antifranquista, luchadora incansable y fundadora del Sindicato de la Aguja en los años 30 del siglo pasado, afiliada y militante de CCOO hasta su último día. 

Es una buena ocasión para  recordar y reconocer las duras huelgas que en los años 1976 y 1977 protagonizaron las más 6.000 trabajadoras de la empresa Induyco de Madrid en defensa de unas reivindicaciones tan antiguas, pero también tan actuales hoy, como es la mejora del salario y la reducción de la jornada, la creación de una guardería, el cobro del cien por cien del salario real durante el embarazo, la supresión de las categorías profesionales discriminatorias, la igualdad salarial para trabajos de igual valor, el respeto personal y el fin del autoritarismo empresarial. Y una buena ocasión también para recordar la lucha protagonizada por las 336 trabajadoras de la fábrica Jaeger Ibérica, del Valles Occidental (Barcelona) en 1989 en la que reclamaban “igual salario a igual trabajo del mismo valor”. Después de tres semanas y media de huelga, en la que no participaron los hombres, el 8 de mayo de ese año conseguían la plena equiparación salarial.

El 8 de Marzo es pues un buen día para lanzar el grito: ¡Viva la lucha de todas las sindicalistas del mundo

8 de Marzo. ¡Viva las sindicalistas!