sábado. 27.04.2024
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"¡Todas las ruedas se detienen cuando tu brazo fuerte lo quiere!" Igual nos parece que queda muy lejos el sentido del mensaje de esta canción que, a mediados del siglo IXX, cantaban los adheridos a la Asociación General de Trabajadores Alemanes, organización que más tarde se convertía en el SPD, el partido socialdemócrata alemán. Fueron tiempos en que los trabajadores comenzaron a organizarse y a representar juntos sus intereses. Se habían dado cuenta de que podían lograr muy poco como individuo aislado, pero mucho como grupo.

Fue, precisamente de esta sencilla lógica el nacimiento del movimiento sindical. La que hoy muchas personas creen que está superada, que forma parte de un lejano pasado. Por esto, al leer y oír las noticias de estos días se preguntan: ¿de verdad existen todavía las cadenas de montaje, con sus obreros y obreras?, ¿de verdad que si estos hacen huelga se parará toda la producción? Incluso más de un gurú de la economía y muchos reputados profesores y expertos en gestión de recursos humanos, hoy también se estarán haciendo estas preguntas al ver que, si estos últimos días el mundo del trabajo está ocupando portadas en todos los medios de comunicación del planeta, no es porque estén informando sobre los temas que ellos exponen y escriben diariamente: robotización, digitalización, plataformas de Internet, Inteligencia Artificial o teletrabajo.

No, estos días las portadas no la ocupan esas preguntas existenciales sobre qué valor tiene hoy el trabajo frente a la tecnología cuando, nos dicen, que ésta lo hace prácticamente todo o, ¿qué sentido tienen hoy los sindicatos y las relaciones laborales colectivas cuando frente a una realidad donde se impone la individualización?.

Pero no, en estos días los titulares han sido mucho menos sofisticados, incluso a alguien le pueden parecer más propios del pasado porque lo que nos anunciaban es un fuerte conflicto colectivo laboral: “Más de 13.000 trabajadores están preparados para paralizar la industria del automóvil de Estados Unido”. “Posible huelga histórica en los gigantes del automóvil de EEUU”. “Se anuncia una huelga sin precedentes en EE.UU.: trabajadores de tres plantas de GM, Ford y Stellantis pueden iniciar un paro el viernes 15 de septiembre”.  

Pues sí, si los obreros y las obreras aún existen. Aunque se vaya consolidado poco a poco la interesada idea de que, gracias a la transformación económica debida a la globalización, la implantación de las nuevas tecnologías y la modernización de la empresa, son cosa del pasado. Y que en las empresas de hoy todos son colaboradores, intraemprendedores o emprendedores, cuando no socios, ya que, gracias a la nueva organización del trabajo flexible, la calidad total y las nuevas tecnologías, el trabajo se ha adaptado a la persona, lo que habría convertido al “viejo obrero” en el nuevo trabajador creativo, autónomo y libre.

Y por esto ya no hay razón de sindicatos porque ya no hay motivo para representar. Ni contraposición de intereses porque los intereses no son ya contrapuestos. Los medios de comunicación, las películas y las series de televisión nos suelen describir una sociedad sin trabajo y sus conflictos, donde la empresa se identifica solamente con sus ejecutivos y accionistas. Poco a poco, el trabajo ha ido desapareciendo de nuestra realidad cotidiana, como si ya no existiera el mundo productivo, como si la dureza del trabajo fuera algo de ayer,

Pues no, y este 15 de septiembre de 2023, la noticia mundial es que 13.000 trabajadores del automóvil estadounidenses han dejado de fabricar vehículos y se han declarado en huelga, cuando los convenios colectivos de estas tres empresas, con vigencia de cuatro años, ha expirado a las 23,59 horas del jueves. Se inicia, por primera vez, en los 88 años de historia del sindicato, una huelga coordinada y simultáneamente en las tres empresas. ¿Cuáles son las demandas sindicales?  Pues poco originales ya que se resumen en: mejorar las pensiones, reducir la jornada laboral, sindicalización de los trabajadores en las plantas de baterías y auxiliares y un incremento salarial del 40% en cuatro años, el incremento de salarios que han tenido los directores y ejecutivos de las empresas en los últimos cuatro años.

Un conflicto que nos vuelve a recordar una verdad que sigue vigente: "¡Todas las ruedas se detienen cuando tu brazo fuerte lo quiere!".

Huelga en Detroit: se han parado las máquinas