domingo. 05.05.2024

Arde Perú

Como resultado de las protestas sociales que se están sucediendo en la ciudad surandina de Andahuaylas -uno de los principales focos de resistencia al golpe institucional- la prensa peruana confirma la muerte de dos manifestantes.

PERÚ

Cinco días después del golpe que desestabilizó al país, el clima social en Perú continúa revuelto. Las demandas de la población van desde el cierre del Congreso -institución que cuenta con bajísima popularidad-, la renuncia de Dina Boluarte, el adelanto de elecciones, y la convocatoria de una asamblea constituyente que acabe con el régimen neoliberal fujimorista, una promesa de campaña incumplida por Pedro Castillo y que arroja como resultado las consecuencias que ya son de conocimiento público.

La represión a la protesta social ha dejado dos muertos. Dos jóvenes tiroteados en Andahuaylas por la Policía del flamante gobierno de Dina Boluarte. Castillo apuntaló su gobierno neoliberal y represivo con el simpatizante belaundista y ex colaborador de Fujimori en la Universidad de San Marcos, Aníbal Torres. Por su parte, Boluarte ha decidido entregar el gabinete a Pedro Angulo, ultra-neoliberal vinculado a los círculos extremos de Kuczynski, que ordenó redoblar la represión a través de los estados de emergencia regionales declarados para el efecto, en colaboración con Alberto Otárola, ex ministro de Humala.

El fallido golpe de Castillo del miércoles 7 de diciembre hubiera constituido la continuidad de un poder que se aleja de los preceptos democráticos. “El Gobierno volverá a masacrar pues su auténtico bando es el militar-policial, la ultraderecha continuará forzando la senda golpista, el golpe reaccionario que tarde o temprano, de una u otra forma puede llegar si el mismo pueblo trabajador movilizado no consigue deshacerse de Castillo”, advertían en mayo desde la plataforma Revolución Permanente. “Con una inflación de 9% interanual, sectores enteros con índices en descenso como la minería, la agricultura, la pesca…, las características del inexorable rumbo a la miseria están dadas”.

En la práctica, el gobierno de Castillo fue la extensión de sus predecesores. Renovó en Washington su lealtad a las transnacionales con un anuncio en el que les aseguraba  "tranquilidad" a los CEOs, y en el que elogiaba el "sostén de la actividad privada" que éstos representan, mientras dirigía al Congreso una propuesta de “consenso” que solicitaba más prerrogativas represivas para la Policía y promovía la bicameralidad.

“Confrontado con la repulsa popular a su evidente derechización desde un inicio, Castillo debió hacer ciertas menudas concesiones a sectores populares rurales o regionales, a fin de no enajenarse todo respaldo. Esto fue aprovechado por la burocracia sindical y política de la seudo-izquierda liberal para permanecer en un cínico castillismo, representando un serio escollo subjetivo y orgánico hacia un sector movilizado de las masas que repudia las peores fuerzas reaccionarias representadas en el Congreso, pero que no alcanzó a comprender toda la dimensión reaccionaria del Gobierno. Aquellas cúpulas tardaron quince meses en deslizar alguna crítica al Ejecutivo y aun así continuaron movilizándose en su defensa. Las pretensiones golpistas fascistoides fueron usadas como pretexto para mantener al movimiento obrero y popular condenado a la derrota permanente frente a la burguesía y sus patrones transnacionales”, expresa el comunicado de Revolución Permanente.

Este lunes se reportaron bloqueos, movilizaciones y enfrentamientos en muchas regiones del país contra las fuerzas represoras. Los asesinatos de dos jóvenes manifestantes han generado el repudio popular y en consecuencia se espera mayor masividad en las concentraciones programadas para esta semana. 

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