sábado. 27.04.2024

Hace 30 años, comenzó un movimiento hoy muy notorio, el escéptico (Skeptical movement), de militantes entregados a un activismo dialéctico específico. Se trata de una causa abrazada sobre todo para alertar, sobre las denominadas pseudociencias y los fenómenos paranormales, tenido todo ello en general por engañoso. Son numerosas las manifestaciones de esta corriente global, también bastante activa en España (ARP, Circulo Escéptico y otras plataformas). En Internet topamos enseguida con escépticos de actitud diversa, algunos exhibiendo una dosis de vehemencia. Esta corriente se nos presenta saludablemente alineada con la ciencia y el método científico, pero también con el pensamiento crítico; sí, con este deseable modo de pensar, que en realidad se viene entendiendo de diferentes maneras, incluso al margen del Critical Thinking Movement.

Los mensajes escépticos o críticos combaten la credulidad en torno a los numerosos temas abordados (psicoanálisis, hipnosis, reiki, yoga, kinesiología, astrología, religiosidad…), sin embargo, considerando que seguramente los creyentes tienen sus legítimas razones para creer y no dejarán de hacerlo, surgen voces que cuestionan la intención o utilidad del movimiento. 

Esta corriente se nos presenta saludablemente alineada con la ciencia y el método científico, pero también con el pensamiento crítico

 El Critical Thinking Movement define los siguientes puntos en el perfil del pensador

-  Su predisposición no apunta a denunciar engaños o errores, sino a documentarse debidamente y alcanzar respuestas que le parezcan convincentes, sólidas.

-  Trata de contrastar y asegurar cada información antes de utilizarla, pero esta actitud no deriva de un escepticismo científico, sino sobre todo de la voluntad de acertar en la tarea.

-  Piensa por sí mismo, cree lo que decide creer, y respeta esta actitud en los demás; al manifestarse, no trata de imponer sus posiciones, aunque las sostenga asertivamente.

-  Se muestra inquisitivo (pero no inquisidor) en sus indagaciones, presenta una mente receptiva ante posibilidades o alternativas, y a veces resulta por ello creativo, innovador.

-  Entre sus virtudes intelectuales se señala la humildad y la prudencia, y evita ciertamente arrogarse la posesión de la verdad y la razón, aunque se esfuerce en contar con ellas.

-  Es consciente de sus prejuicios, inquietudes, sentimientos, intenciones e intereses, y reflexiona sobre sus propios pensamientos: no es un pensador impulsivo ni destemplado.

-  Procura ver las cosas desde distintas perspectivas, con suficiente empatía, consciente de que la realidad se nos muestra a veces compleja, relativa.

El conocimiento religioso, ante todo, es dogmático: se acepta o no, pero carece de argumentos lógicos demostrables, sino que se sustenta en la fe (algo indiscutible). Propone, de distintas maneras, que los seres humanos somos fruto de la creación divina y que por ende debemos rendir culto al creador.

En consecuencia, impone ciertos preceptos morales y éticos, expresados a modo de una doctrina. Esta puede o no ser custodiada e impartida por una iglesia: una organización social que tiene como fin perpetuar una fe específica.

Por otro lado, el conocimiento religioso se pone en práctica mediante rituales y rezos, generalmente basados en la repetición y en la forja de lazos comunitarios entre los creyentes, por lo que también sirve como punto de encuentro social y de constitución de un “nosotros” organizado. De hecho, muchas guerras se libraron en la antigüedad por imponer una fe sobre otra.

El conocimiento religioso, ante todo, es dogmático: se acepta o no, pero carece de argumentos lógicos demostrables, sino que se sustenta en la fe

Los saberes religiosos, pues, son incuestionables y se rigen por una lógica propia, que generalmente distingue entre el bien y el mal, o entre lo justo y lo pecaminoso, dependiendo de los valores que se expresen detrás de cada religión. Por ejemplo, el cristianismo es una doctrina de la culpa, mientras que la religión de la antigua Grecia se basaba en el honor y el equilibrio.

Finalmente, el conocimiento religioso se suele recoger en libros sagrados, que pueden ser uno solo o distintos tomos, y que suelen mezclar la narración con las ordenanzas, con los rezos y con el recuento histórico-religioso. La Biblia, el Corán o el Talmud son ejemplos de ello.

En un estudio de la Universidad de Columbia, publicado en la revista Science encuentra que el pensamiento analítico puede disminuir las creencias religiosas, incluso en creyentes devotos, arrojando nueva luz importante sobre la psicología de las creencias religiosas.

EL objetivo del trabajo era explorar la pregunta fundamental de por qué las personas creen en un Dios en diferentes grados. Una combinación de factores complejos influye en asuntos de espiritualidad personal, y estos nuevos hallazgos sugieren que el sistema cognitivo relacionado con los pensamientos analíticos es un factor que puede influir en la incredulidad.

Los investigadores utilizaron tareas de resolución de problemas y de cebado experimental sutil, como mostrar a los participantes la escultura de Rodin El pensador o pedirles que completaran cuestionarios en fuentes difíciles de leer, para producir con éxito un pensamiento "analítico". Los investigadores, que evaluaron los niveles de creencia de los participantes utilizando una variedad de medidas autoinformadas, encontrando que las creencias religiosas disminuyeron cuando los participantes participaron en tareas analíticas, en comparación con los participantes que participaron en tareas que no involucraron el pensamiento analítico.

El pensamiento analítico puede disminuir las creencias religiosas, incluso en creyentes devotos, arrojando nueva luz importante sobre la psicología de las creencias religiosas

Los hallazgos se basan en un modelo de psicología humana de “big data” (El término "big data" se refiere a que los datos son tan grandes, rápidos o complejos que es difícil o imposible procesarlos con los métodos tradicionales) de dos sistemas cognitivos distintos, pero relacionados, para procesar información: un sistema "intuitivo" que se basa en atajos mentales para producir respuestas rápidas y eficientes, y un sistema más "analítico" que produce respuestas más deliberadas y razonadas.

El estudio, se basa en investigaciones anteriores que vinculan las creencias religiosas con el pensamiento “intuitivo”, pero los hallazgos de este trabajo sugieren que activar el sistema cognitivo “analítico” en el cerebro puede socavar el apoyo “intuitivo” a las creencias religiosas, al menos temporalmente.

En el estudio participaron más de 650 personas en Estados Unidos y Canadá. Las cifras recientes sugieren que la mayoría de la población mundial cree en un Dios, sin embargo, los ateos y agnósticos suman cientos de millones, dice Norenzayan, codirector del Centro de Evolución Humana, Cognición y Cultura de la Universidad de Columbia. Podemos afirmar pues, según este estudio, que las convicciones religiosas están moldeadas por factores psicológicos y culturales y fluctúan a través del tiempo y las situaciones.

Por último, compartir esta reflexión de Chesterton: “El hombre puede ser un escéptico sistemático; pero entonces no puede ser ya ninguna otra cosa; y ciertamente tampoco un defensor del escepticismo sistemático”.

Pensamiento analítico y creencias religiosas