martes. 30.04.2024
PP

Le sugiero señor que vaya practicando la táctica de otro gran enigma de la política española, un tal M. Rajoy, que quizás le suene por la atribuida identidad a un señor de Galicia que un día dirigió una entidad política nacional que se enmierdó hasta las trancas. Su antecesor, el enigmático M. hubo de vérselas con realidades muy adversas como por ejemplo comandar una camarilla de trúhanes traicionada por su sargento semana, el chusquero Bárcenas, con quien hubo de marcar distancias hasta provocar un vacío que solo podía rellenarse refiriéndose a él como a ese señor del que usted me habla. Genial, qué movimiento táctico, qué cintura, qué saber estar, y sobre todo qué gran legado para su formación política.

Que no digo yo, señor punto Feijóo, que sea usted el heredero de tanta inmundicia, y si lo fuera, no pasa nada pues queda usted y su responsabilidad diluida en el anonimato. Ahora bien si lo fuera, si por fas o por nefas se ve acosado por realidades igualmente molestas, le aconsejo que tire del libro de estilo de su organización y comience a referirse a cierta situación de compañía y sana camaradería con partidos execrables con ese enajenante partido del que usted me habla, así podrá usted marcar distancias cuando la situación lo requiera ¿Por qué pone usted esa cara de desaprobación? ¿Es que acaso cree que las presencias de Bárcenas y la de Vox no provocan la misma toxicidad? Pues está usted muy engañado. Ya le digo que antes de que amanezca y cante el gallo, usted negará su vinculación con un partido sostenido por una ideología y práctica política desacreditada y en según qué casos perseguida por la justicia y el remordimiento moral.

No me cree ¿verdad? Déjeme que le apunte algunas cosas que usted debería contemplar pero ante las que parece cegado por la pasión por el poder que tanto ha reprochado a otros. La ultraderecha le traicionará, ellos también persiguen el poder como usted, solo que ellos persiguen un modelo de poder incompatible con la civilidad del siglo XXI. No me refiero a la perplejidad que pueda provocar una aspiración al poder por parte de un grupo de gentes salidas de los más bajo de nuestra sociedad, sino a que dado su nivel de rencor y obtusa capacidad de interpretar y por tanto acompañar el desarrollo de los hecho sociales, no pueden guiar los destinos de quienes en estos momentos mueven sus hilos, bancos y grupos de inversión. Pero lo reclamarán y cuando éstos, los auténticamente poderosos, adviertan los efectos negativos de su existencia, de su incapacidad para gobernar más allá del reparto de cromos, les van a dejar con el culo al aire y a usted con ellos. Ahí te las compongas con tus amiguitos los intransigentes dirán con cara de absoluta inocencia. ¿Qué responderá entonces? Pues con la distancia y el embarullamiento, que ese partido del que usted me habla...

¿Cree que exagero, que el gran capital jamás abandonará a sus secuaces paramilitares? Se equivoca, punto F. El gobierno del capital muestra el camino al gobierno social, y no teniendo ninguna responsabilidad histórica, su estrategia es la de plegarse a lo concreto, pragmatismo lo llaman. Ir a lo gordo en lenguaje de calle. Y lo gordo, lo que va alimentar el eterno ciclo del insaciable apetito del capital ya muestra su composición nutricional, masivas inversiones públicas para el desarrollo de infraestructuras  y transformación del modelo energético. Y he de decirle que para instalarse y sacar partido a estas tendencias históricas los compañeros de viaje que ha elegido son un auténtico suero, la antítesis de lo que se requiere ¿Ve a Buxadé negociando la posición de las empresas españolas en la conformación y disfrute de las redes de generación y distribución de energía verde? ¿Ve a Ayuso (su Prigozhin) capitalizando los servicios sanitarios? ¿Ve a Barrera liderando la educación digital armonizada con la evolución de la IA? ¿Ve a Gallardo o a Gamarra pilotando la revolución agrocientífica en marcha?

¿Verdad que no? No se engañe con cálculos aritméticos que tan mal se le dan y acepte lo que es una realidad palpable. Tan pronto los tenedores de bonos y títulos fondistas perciban ralentización del incremento patrimonial por incapacidad para entender y gestionar el relevo en la generación y mantenimiento de la riqueza, le van a mandar a tomar… las aguas. Manténgase alerta, diga conmigo: ese partido del que usted me habla…

Por su bien se lo digo, tiene que desarrollar mayor capacidad de supervivencia, de nadar y guardar la ropa, de ser wáter my friend. Tiene que tener mejor relación con los diferentes, es un axioma de la modernidad, la riqueza proviene de la diversidad, no se oponga a ella o los ricos le van a dar para el pelo. Claro que se ha aliado con lo opuesto, lo rancio y lo anquilosado, un problema serio. Acallar a Guardiola en Extremadura ha sido el último acto de defenestración de lo diferente y una genuflexión ante ese partido del que yo le hablo. 

Ese partido del que usted me habla