viernes. 03.05.2024

Yo le escuché decir al ínclito Emilio Romero, director falangista del diario “Pueblo” y quien presumía de no venderse, simplemente alquilarse, una frase que después de escribirla en un artículo mío ha sido reproducida exhaustivamente y cuyo tenor literal venía a decir que la derecha para ganar unas elecciones tenía que mentir y la izquierda, sin embargo, no, ya que la derecha defendía los intereses de doscientas familias y eso no daba votos suficientes para vencer en unos comicios. En opinión de George Steiner, “lo que no se puede conceptualizar no se puede decir; lo que no se puede decir no puede existir”. En sentido inverso, cuanto se puede decir tiene opciones de arraigar en las meninges de los receptores como algo que en verdad existe. 

Citar con gesto convencido el atentado de Bowling Green, que nunca se produjo, tiene grandes posibilidades de incorporarse al imaginario colectivo como un ataque terrorista del que nadie informó, pero la intoxicación perpetrada por Conway carece de originalidad [i]. En la Apología de Guillermo de Orange –siglo XVI, guerras de Flandes– la leyenda negra española se concreta en un ejercicio de información envenenada y de propaganda, pero tuvo tal poder de convicción entre los flamencos sometidos a la autoridad de Felipe II en la lejanía y del duque de Alba in situ, que el propio Montesquieu acudió a la Apología para crear parte de sus Cartas persas, y aun en el siglo XVIII seguían los ilustrados apegados al arquetipo español del panfleto orangista, anticipatorio de la posverdad.

La mentira para el conservadurismo hispánico se ha convertido en el único instrumento de acción política

La historia de España vertebrada por el franquismo sigue con una vigencia extemporánea en un Estado presuntamente democrático. La guerra civil comenzada por republicanos y socialistas es una impostura manejada a diario por derechistas y sus voceros mediáticos. La mentira para el conservadurismo hispánico se ha convertido en el único instrumento de acción política. En la última campaña electoral, Feijóo compuso una ópera bufa en la que tildaba de mentirosos a los que descreían de sus enjundiosas falsedades. “¡Dios mío! ¿pero qué le pasa señor Sánchez?” Fingía asombrarse el líder del PP cuando el presidente del gobierno desmontaba sus mendacidades. Imaginarse a Feijóo y sus coéquipiers en el gobierno es duro de digerir conceptualmente en un escenario de pulcritud democrática

En este contexto, el conjunto de la derecha y ultraderecha carpetovetónica, difícil de diferenciar en ocasiones por su origen común franquista, propician que el debate político se diluya hasta convertirse en un territorio de violencia verbal donde todo se sustancia en una dualidad segregativa entre patriotas y traidores, buenos y malos españoles, en una voluntad autoritaria de exclusión de los que no comparten la ideología ultraconservadora en un formato antidemocrático donde la política solo puede contemplarse desde una relación de vencedores y vencidos.

El acompañamiento agi-pro de los grandes trusts mediáticos facilita la posverdad en el debate político y debilita la democracia y la hegemonía de las mayorías sociales

Es este autoritarismo hispano jamás derrotado en nuestro país, el que construye cosmovisiones de espejo cóncavo de feria donde una falsa realidad se intenta imponer como entelequia ideológica irreversible. El acompañamiento agi-pro de los grandes trusts mediáticos y culturales facilita la posverdad en el debate político y debilita la democracia y la hegemonía de las mayorías sociales. Se trata de imponer unos escenarios donde la política se comprime, se estrecha en todas sus capilaridades sustantivas, para recrear una vida pública mediocre, cortoplacista, carente de grandes ideales y menuda en las aspiraciones del bien común. de inautenticidad por cuanto suponen el mantenimiento del utillaje institucional de intereses y poderes poco compadecidos con los modelos de Estado donde la democracia es una convicción moral y material de que su esencia radica en dotar a la ciudadanía de los instrumentos jurídicos y políticos de autodefensa ante cualquier poder no sujeto al escrutinio de la voluntad cívica. Esta impronta democrática es la garantía de la igualdad que refrenda la redistribución honesta de poder y riqueza que nutre la primacía del interés general. 


[i] La «masacre de Bowling Green» es un incidente inexistente mencionado por la consejera del presidente de los Estados Unidos Kellyanne Conway en entrevistas con Cosmopolitan y TMZ el 29 de enero de 2017 y en una entrevista en el programa de noticias de televisión de MSNBC Hardball with Chris Matthews el 2 de febrero de 2017. Conway citó la «masacre» como justificación para una prohibición de viaje e inmigración de siete países de mayoría musulmana promulgada por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Sin embargo, tal masacre nunca se produjo. Conway dijo más adelante que ella quiso referirse a la detención en 2011 de dos refugiados iraquíes en Bowling Green, Kentucky por cargos de terrorismo, incluyendo «intentar proporcionar apoyo material a terroristas y a Al Qaeda en Irak».

La derecha y la mentira