jueves. 02.05.2024

Su Majestad Felipe VI, que no parece el Rey de todos los españoles, ha decidido proponer al señor Feijóo candidato a la Presidencia del Gobierno.

¡Aleluya! ¡Que suenen las fanfarrias! ¡Que redoblen los tambores! ¡Que truenen las trompetas! Y yo que pensaba que estaría metido en las arenas movedizas de la política. ¿O quizás siga en ellas?

La decisión de Su Majestad me produce dos incertidumbres. De mis escasos conocimientos de Derecho, España es heredera del derecho griego, romano y napoleónico. Derecho escrito, reglamentista y garantista, lo contrario a la costumbre. El derecho anglosajón sí se caracteriza por sus principios consuetudinarios. Así que el argumento de la Casa Real no está acorde con nuestra Historia. Salvo que su intención sea cambiar las bases del Derecho sin intervención del Legislativo.

Tampoco entiendo que al inclinarse por el señor Feijóo se pierde la posibilidad de que este año haya Presupuestos Generales del Estado. Y ya se sabe que eso suele perjudicar a los más débiles.

Proponiendo al señor Feijóo se pierde la posibilidad de que este año haya Presupuestos Generales del Estado. Y ya se sabe que eso suele perjudicar a los más débiles

El pasado 23 de agosto saltó una noticia crucial, vital y no sé si definitiva en perjuicio de los intereses del PP: PSOE y SUMAR facilitarán la constitución de Grupo Parlamentario propio a ERC y JUNTS.

Se dice que la estrategia del PP es alargar el proceso de la investidura con la intención de conseguir la repetición de las elecciones. Y también que se trata de consolidar el liderazgo de Feijóo en clave interna. Ambos argumentos me parecen razonables. Pero entonces señor Feijóo, ¿a dónde mira usted, al patriota de Marbella y al Reino de Madrid o a los 350 diputados? A usted le corresponde la respuesta.

Cuando llegue el 26 de septiembre ante la luz y los taquígrafos, Feijóo tendrá la oportunidad de llamar a la cara filoetarras a los diputados de Bildu; independentistas separatistas a ERC y prófugos de la Justicia a Junts. Y de explicarles a los del PNV que sus socios de VOX quieren su ilegalización.

Como ese panorama es negro, muy negro, dicen las malas lenguas que sólo le queda el recurso del ‘Tamayazo’. Es decir, la compra de voto siguiendo una honda tradición española. A los del PP no les falta razón. Es sabido que cuando se habla con un conservador de derechas, de los de toda la vida, enseguida te suelta esta frase: no hay rojo que se resista a una docena de gambas de Huelva con un buen blanco bien frío. Se dirá que es una frase tópica pero ya verán ustedes como en esta larga cuaresma aparecerán ejemplos en los medios de comunicación comecocos.

Señores y señoras diputados, desconfíen cuando vean una sombra a sus espaldas, sobre todo si a la vez oyen la música de la Pantera Rosa

Alarmado por tal posibilidad he contratado al detective Pepe Carvalho, con permiso de mi admirado Vázquez Montalbán (no creo que a él le importe), para seguir, vigilar y escudriñar a los 350 diputados del Congreso. Escribo 350 porque le he encargado que no solo vigile a los diputados del bloque progresista que se dediquen a comer gambas de Huelva con vinos caros, sino también a los diputados del bloque conservador. Ya se sabe que puede haber historias y vicios ocultos, como no haber hecho la mili, y que puedan servir de tránsfugas al equipo contrario. Así que, señores y señoras diputados, desconfíen cuando vean una sombra a sus espaldas, sobre todo si a la vez oyen la música de la Pantera Rosa.

PD: Ayer, en el tradicional baño de masas gallego del PP que da inicio a la temporada, la Sra. Ayuso, a la sazón Virreina de Madrid, se ausentó. Sr. Feijóo, ¿no le huele eso a chamusquina?

La Cuaresma de Núñez Feijóo