jueves. 28.03.2024

Privatizar el agua, la prioridad de Bolsonaro

El pasado miércoles Jair Bolsonaro logró otro de sus objetivos prioritarios. El Senado, por pedido del presidente, aprobó un proyecto que agiliza la privatización de las empresas estatales de agua y saneamiento, el último sector importante de infraestructura en Brasil que aún no había sido privatizado.

Bolsonaro, impulsor de una agenda de reformas de libre mercado, consideró prioritario dejar un servicio público y vital en manos privadas “en un momento crucial, en el que muchos países lamentan haber tomado la misma decisión”, según aseguran desde la oposición.

La aprobación de este proyecto de ley espera la firma del presidente luego de que en el Congreso retiraran los apartados más polémicos del texto que, a pesar de la negativa del Partido de los Trabajadores, obtuvo 65 votos a favor y 13 en contra.   

Los servicios de saneamiento básico para toda la población no deberían someterse a los intereses privados, en los que prima el beneficio de unos pocos. Sin embargo, y según la versión oficial, el proyecto tiene como finalidad brindar un mejor servicio a 35 millones de brasileños que carecen de agua potable.   

Hasta el momento la intervención estatal en las zonas más pobres del país ha sido nula. El constante lavado de manos, el aislamiento social y el uso de geles alcohólicos no se han hecho nada fácil para quienes malviven en la favela brasileña. Desde el inicio de la pandemia más de un millón y medio de habitantes de zonas marginales no han podido acceder a las mínimas condiciones de higiene y precaución para evitar la expansión del coronavirus. La ONG Central Única das Favelas (CUFA) ya había advertido en marzo falta de asistencia estatal que ponía en riesgo la vida de millones de brasileños.

La intervención del Estado es fundamental en el escenario actual. Pero la resistencia de Bolsonaro a considerar la gravedad de la pandemia ha generado una crisis sanitaria que ha colocado a Brasil en el segundo puesto de fallecidos y contagiados. 

La prioridad del presidente de Brasil no es paliar la situación de millones de brasileños sin acceso a agua potable, sino beneficiar a los grandes monopolios. El nuevo proyecto de ley impedirá que los estados y municipios contraten directamente a las empresas públicas que hasta ahora han prestado servicios en el área de saneamiento y distribución de agua, y las obligará a  pasar por un proceso de licitación  que siempre ganan los más poderosos.    

Privatizar el agua, la prioridad de Bolsonaro