viernes. 19.04.2024

De política y ajedrez

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Por David Buxens | El tablero dispuesto, la cita el 14 de febrero, pero las piezas ya se habían movido mucho antes, en concreto, el pasado mes de septiembre, con la inhabilitación del gesticulante President Torra. Ello supuso que el mal llamado “procés” independentista entonase ya, de manera definitiva y con la sola salvedad de Carles Puigdemont, sus enloquecidos lobbistas de la ANC y los desnortados “anti-todo” de la CUP, el réquiem esperado. ERC en boca de Pere Aragonès y el portavoz Puigneró, dieron por agotada la legislatura el pasado mes de enero, dejando una sociedad dividida, agotada de tanto “viaje a Ítaca” y lo que es peor, desmovilizadas en lo político.

Tal es la magnitud de lo sucedido durante esta “Década decadente” de la política catalana, que se llegó a filtrar que altos funcionarios de la Generalitat hacían lo imposible para intentar evitar ser adscritos a las Conselleries de ERC, en especial a las encabezadas por Pere Aragonès y Alba Vergès y bueno, en vez de hacer políticas efectivas, qué quieren que les diga, se dedicaban todo el rato a zancadillear a sus socios de coalición, a JuntsxCat, partido cercado y desbordado por la corrupción institucional y la apropiación sectaria de instituciones y medios públicos. Todo ello ha hecho inevitable la convocatoria de nuevas elecciones, las enésimas desde hace una década, pareciera que en Cataluña fuese un deporte nacional equiparable a la petanca.

Y el lector más fiel pensará, vale, el Govern ha sido un desastre sin nada que destacar, pero…¿Y qué ha hecho de la oposición? Bueno, baste decir que el partido ganador de los anteriores comicios, Ciutadans, con Inés Arrimadas al frente, sencillamente no ha hecho oposición, tuvo la oportunidad de hacer que el reloj para que el proceso de elección de President de la Generalitat, se pusiera en marcha, no quiso, se dedicó a montar un numerito gesticulante tras otro, imitación patética de la estrategia de un infausto Quim Torra y cuando vio que nadie le hacía caso, aparejó para el Congreso de los Diputados, donde un político ya curtido como Edmundo Bal le ha parado los pies y parece, que dirigido a un plano menos histriónico. Su sucesora, Lorena Roldán, ha pasado sin pena ni gloria, y desde hace unos meses ha sido sustituida por un Carlos Carrizosa sin nada que proponer. La verdadera oposición ha sido realizada por un Miquel Iceta sereno, inteligente y mordaz que en todo momento exhibió discurso pegado a la calle y a las necesidades expuestas de manera reiterada por el pueblo catalán, sin ambages. Iceta, estuvo muy bien secundado por políticos versátiles y experimentados como Eva Granados, Assumpta Escarp, Beatriz Silva, Alicia Romero, Esther Niubó, Ferrán Pedret o Raúl Moreno. Un gran equipo para el único diputado con la capacidad de ser un buen President de la Generalitat, ya que desde el primer minuto defendió la máxima de “diàlogo, negociación y pacto””.

Tampoco estuvo nada mal Jessica Albiach salvo cuando apoyó con su grupo político Catalunya en Comú unos presupuestos continuistas y que no resuelven la problemática de la pobreza infantil, la precariedad laboral y la transición ecológica entre otros muchos aspectos. La presión del aparato del partido, encabezada por Ada Colau y Jaume Asens ensimismados y enamorados de todo lo que huela a ERC, emborronan algunas actuaciones brillantes desde el faristol.

Por último, tenemos a un Alejandro Fernández que, con un discurso bastante alejado de las tesis ultras de su líder del PP, Pablo Casado ha parado el golpe sufrido por un partido al que la corrupción y el autoritarismo marcado hasta la fecha, Álvarez de Toledo, García Albiol … les pasó una dura factura.

Presentado el tablero, veamos que pasa en este “Gambito de Dama”, versión catalana.

El irredento Carles Puigdemont de Junts, partido de viejo-nuevo cuño, sacrifica a su dama, Laura Borràs creyendo que una jugada táctica basada en el neofascismo identitario, dónde las primarias no tienen valor, el escuadrismo, la fe absoluta en el “amado líder” y las “jugadas maestras”, les permitirá superar a ERC. Cuando la cámara permanente de TV3 se vaya del palacete de Waterloo, será el jaque mate definitivo a la ultraderecha nostrada y sus locos lobbistas.

ERC, a falta de poco más de mes y medio nadie sabe a ciencia cierta qué piensan hacer, ¿seguirán un plan de juego? ¿harán algún movimiento táctico? El caso es que les guía el nerviosismo por haber engañado sin ningún rubor a sus seguidores y miedo a perder otra vez unas elecciones que creen tener en la mano, curiosamente como la republiqueta reaccionaria que defendían con denuedo. Es lo que pasa cuando te presentas a unas elecciones sin programa, sin proyecto y con el único afán de bloquear la política y sabotear a tus aliados puntuales creyéndolos enemigos.

El PSC, que curiosamente fue el primero en anunciar candidato, inicialmente, Miquel Iceta tras Consell Nacional, el pasado Diciembre de 2019, inicialmente la estrategia era seguir ganando en dinamismo y poder desarrollarse rápidamente por el tablero de la política catalana, pero, hoy se ha resuelto a realizar una jugada magistral para hacer frente al desgaste sufrido por 5 largos años de oposición descarnada ante una dirigencia mediocre, ni más ni menos que activar la poderosa pieza de Salvador Illa, persona muy querida en el PSC y que viene de realizar una notable labor de gestión de la crisis sanitaria, económica y social más dura que jamás hemos sufrido. Illa es un político sosegado pero firme, comprometido con el progresismo y de una inteligencia vivaz. Iceta no se retira de la primera línea, sino que acometerá actividad política de gran calado. Los socialistas se dejan de jugar a mantener posición y salen a ganar sin complejos.

Resto de formaciones, el objetivo de Ciutadans es evitar un golpe como en las pasadas elecciones a Cortes, el de los Comunes tener discurso propio, alejado de la puerilidad demagógica de la “nueva izquierda” y conseguir algo de dinamismo. El de la CUP, expandirse por el tablero facilitando una vez más el hacer President a un candidato ultraderechista carlista rupturista. El PP buscará pescar votos en el electorado naranja y para ello han “fichado” a Lorena Roldán, marcar distancia con la extrema derecha tradicionalista de VOX y buscar un discurso neoconservador. Por último, VOX, intentará introducir su show mediático en el Parlament y por tanto hacer aparición en el tablero de juego.

Como puede observar el lector, la situación es compleja y depende fundamentalmente de 3 parámetros para simplificarse, primero elaborar una estrategia de campaña eficaz que aborde los problemas reales de la población, segundo movilizar al electorado y que éste sea consciente de que el futuro está en sus manos y, por último, responsabilidad para optar por continuismo, cambio o show con doble ultraderecha ¡Eso es algo que no se había visto jamás! ¿Quién ganará la partida?

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