jueves. 28.03.2024

De pactos y estrategias: una visión catalana

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Por David Buxens | Toda vez que se ha consultado a las bases de los partidos implicados en la investidura de Pedro Sánchez, a saber, PSOE/PSC, Unidas Podemos e Izquierda Unida, se abren horizontes y reflexiones variadas, como por ejemplo:

1. ¿Por qué la abstención ha sido superior entre el militante del PSC que en el resto de demarcaciones y federaciones del PSOE?

La respuesta más sencilla viene dada por el conocimiento que en Cataluña hay de los vaivenes de “els Comuns” una confluencia no siempre en consonancia con las opiniones y deseos de la Ejecutiva de Unidas Podemos, que el PSC ya sufrió cuando por hacerle la corte a un partido que hasta la fecha no ha presentado ni programa ni proyecto político, como es ERC rompieron unilateralmente un pacto de gobierno municipal progresista e interesante para Barcelona. Además, el transfuguismo desde esta confluencia hacia la entidad política independentista ha sido un goteo constante en los últimos meses. Por tanto, el militante del PSC recela o puede llegar a hacerlo de la fidelidad de un partido, el dirigido por Ada Colau, que un día se muestra independentista y al siguiente niega la mayor.

2. ¿Qué puede suponer este pacto para la gobernabilidad de país?

En mi opinión, el pacto de gobierno es una garantía de que se aplicarán medidas políticas consensuadas que revertirán en mejoras sociales para una población que sufrió los embates de la crisis y del austericidio impuesto por el PP en toda España y que, en Cataluña, tuvo especial incidencia con los recortes salvajes de Artur Mas, Carles Puigdemont y actualmente Pere Aragonès.

¿Qué horizontes se abren por tanto?

Bajo mi humilde opinión, creo que de fructificar el pacto y haber investidura van a acaecer algunos hechos que deben tenerse muy en cuenta. El primero, el fin del mal llamado procés independentista, que debe pasar obligatoriamente por la abstención de ERC a la investidura de Pedro Sánchez, una futura abstención del PSC en caso de adelanto electoral en Cataluña y, si ERC resulta la fuerza más votada en dichas autonómicas puede convertirse en muy probable un futuro pacto entre ERC y Comuns resultante de dichas elecciones, abandonando así la formación republicana el nocivo pacto actual con la extrema derecha burguesa catalana y dándole los socialistas margen de salida, diálogo, negociación y pacto en los aspectos sociales que la ciudadanía demanda.

Dicho pacto también afectará a la más que probable oposición de derechas. Puede suponer un muro que haga que el totalitarismo de VOX que, presumiblemente en estas últimas elecciones ha alcanzado su techo de votos, comience un lento pero inexorable declive poniendo a prueba la capacidad e inteligencia política de un Pablo Casado, que ha vuelto a intentar ser la derecha moderada, robando discurso y votantes a un Ciudadanos que no ha sabido ver la jugada y se ha sumido en la irrelevancia política como ya sucediera con UpyD.

Vienen tiempos en los que la audacia y la eficacia política deben superar los vetos y los egoísmos partidistas. Los firmantes del pacto de investidura parecen haberlo entendido y, si no hay oposición responsable por parte del PP de Pablo Casado, puede suceder que dicho pacto acabe reduciendo a la derecha a una simple corriente reaccionaria en nuestro país. En Cataluña parece que ese va a ser el camino. De la aplicación de soluciones federalistas a los cambios que exigen tiempos y sociedad y de la evolución en paralelo de la política europea e internacional tenemos que ser actores principales y no meros observadores, la sociedad está madura en una democracia que también lo es y no va a admitir muchos más devaneos ni vaivenes ya.

De pactos y estrategias: una visión catalana