jueves. 18.04.2024

Deuda, paraísos fiscales y la gran precariedad

Los paraísos fiscales son un elemento clave de la globalización, que se inició con el gobierno de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, donde el secreto bancario está asegurado.

Los paraísos fiscales son un elemento clave de la globalización, que se inició con el gobierno de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, donde el secreto bancario está asegurado

Hay que comenzar por El Tratado de Maastricht, (1992). Dicho Tratado incrementó las necesidades de emisión de deuda pública de los Estados y CREÓ UNA EUROPA A DOS VELOCIDADES, ya que no se estableció una POLITICA SOCIAL UNIFICADA salarial,  fiscal, y distributiva que equiparase a los países integrantes de la Eurozona. En España, la reforma del artículo 135 de la Constitución, aprobada por el PP y el PSOE, dio prioridad al pago de la deuda y con el cumplimiento de dicho articulado se derrumban los derechos sociales que veníamos disfrutando durante los últimos años.  Hoy, la deuda pública y el fraude fiscal se han convertido en la soga que está ahogando a las capas populares españolas. 

Si en el año 2007 la deuda era del 27% del PIB (Producto Interior Bruto), en el año era 2011 era del 47%  y en 2015 ya alcanzaba la escalofriante cifra del 100% del PIB. España destina cada día 100 millones de euros a pagar los intereses de la deuda, NO el principal, y esto supone anualmente 36.500 millones de euros. La deuda pública es una herramienta que debe utilizarse por el Interés general y son las Administraciones del Estado quienes se endeudan para hacer obras públicas, creación  de empleo, protección social de la población. Pero los sucesivos gobiernos han desvirtuado dicho principio haciendo obras faraónicas innecesarias y otros “desafueros”, que diría Dº Quijote. Ya sabemos que el Bum inmobiliario no se realizó para dar vivienda a las capas más desfavorecidas, sino para facilitar el enriquecimiento rápido de una jerarquía económica y de los amigos y demás familiares; esta gran familia disfrutó de préstamos bancarios y de jugosas concesiones de obras y servicios. Las  Cajas de Ahorros se hundieron, pero se dio EL GRAN PELOTAZO. Y la deuda ilegítima se convirtió en pública (rescates bancarios, aves que pasan por pueblos para darles mayor empaque, como es el caso de “Valdeluz”,  carreteras privadas, aeropuertos innecesarios…

Así, el dinero especulativo y los paraísos fiscales conforman un entramado de enormes y vergonzosas dimensiones,  basados en la libertad de movimiento de capitales; nada importa que la protección que se da al dinero arrastre a los  pueblos a la precariedad.  Actualmente, Panamá está en la boca y en la mente de muchas personas, pero este país es solo la punta del gran iceberg que se extiende por diferentes lugares geográficos donde se refugia el dinero de numerosos políticos españoles e internacionales, negocios especulativos y personajes famosos.  Ahora se sabe que la firma Fonseca era el refugio de fondos destinados a la CIA para desestabilizar gobiernos de la izquierda de América del sur y de Centroamérica. Manuel Noriega, dictador panameño,  era un obediente y fiel agente que sirvió durante un tiempo, pero dejó de ser útil y le quitaron de en medio.  En Panamá se cobija el dinero que procedente del tráfico de armas y de drogas.

Los paraísos fiscales son un elemento clave de la globalización, que se inició con el gobierno de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, donde el secreto bancario está asegurado. Así pues, se ha implantado una nueva fase del capitalismo; el capitalismo financiero incontrolado. En el Foro Social Europeo de Londres (2004), Rose Pestana, sindicalista de ATACC, nacida y residente en el paraíso fiscal de la isla de Jersey, relató la situación real de esos pequeños enclaves donde el dinero del fraude fiscal y otras actividades ilegales reposan plácidamente; países donde las finanzas gozan de todos los parabienes a la vez que la población vive bajo una férrea oligarquía.

Nevada se ha convertido en el Nuevo Paraíso Fiscal Mundial, dentro de los propios EEUU, junto con otros estados como Wyoming y Dakota del Sur. ¡Caramba! EEUU que presionaba a otros países para perseguir a los estadounidenses ricos que evadían su dinero en paraísos fiscales se convierte en un paraíso fiscal que oculta el dinero evadido por todo tipo de extranjeros multimillonarios. No es casualidad que desde abogados londinenses hasta sociedades fiduciarias suizas, estén ayudando a mover sus cuentas a los archimillonarios, desde Bahamas o las Islas Vírgenes Británicas, hacia Nevada, Wyoming y Dakota del Sur. Se podría decir que los paraísos fiscales de EEUU son la nueva Suiza, las nuevas Bahamas o el nuevo Panamá. De hecho, para la mayoría de los estadounidenses, el concepto de paraíso fiscal extraterritorial ya no tiene sentido con la aprobación de la ley FATCA, ya que ésta hace imposible llevar el dinero sucio estadounidense al exterior. Ahora, todo el dinero sucio de los norteamericanos… se blanquea dentro de los propios EEUU.

Y mientras la desvergüenza inunda a políticos, oligarcas, famosos, nuevos ricachones, aristócratas y realeza, la precariedad de las capas populares va en aumento. La precariedad puede ser moderada o extrema y está instalada en todo el mundo, aunque en algunos países y en ciertos sectores de la población es más extrema que en otros. En España hace tiempo que se desinfló la burbuja que permitió plantar casas como si éstas fuesen setas. Se deshinchó y se cayeron los ladrillos encima de los que tenían la precariedad prendida en los bolsillos.  La burbuja inmobiliaria que enriquecía a quienes ya eran ricos, sólo era una cortina de humo para que no viéramos lo que había detrás; una galopante deslocalización industrial que no se compensaba con nuevos y necesarios empleos en el ámbito social. ¿No vieron, o no quisieron verlo?  Y el dinero, “siempre tan dinámico e interesado”, se puso a resguardo en los paraísos fiscales mientras los trabajadores y las trabajadoras se fueron al paro, remunerado o no. Hoy, en España hay más paro y un mercado laboral con el porcentaje más alto de temporalidad y precariedad de la Unión Europea.

Los sectores de población que la padecieron antes y que la seguirán padeciendo son: mujeres, inmigrantes y jóvenes. Según CCOO, a la alta temporalidad de los contratos se suma que un gran porcentaje, 35%, no se ajustan a lo dispuesto por ley; un desajuste dentro de otro desajuste. La precariedad es una pescadilla que se muerde la cola y se palpa por todas partes. Los mayores europeos podrán seguir disfrutando cada vez más del sol y de la hostelería, porque España quedó para solárium y reposo de la Europa industrializada.  Francisco Martín Seco tiene un magnífico libro titulado La economía estúpidos, la economía que define muy bien las aristas que raspan dicha economía. La realidad es que el sistema económico actual se muestra incapaz de dar soluciones a los grandes problemas de la humanidad, a los antiguos y a los que se avecinan. Es Él el hacedor de los problemas estructurales de hoy y de los que vendrán mañana. ¡No!, no es una visión pesimista, es lo que hay. No hay optimismo que valga para la gran precariedad de la mayoría de la población. Sentir optimismo en dicha situación es poner una cortina de humo a una realidad que se nos presenta cada vez más obvia, aunque queramos cerrar los ojos. 

Deuda, paraísos fiscales y la gran precariedad