jueves. 28.03.2024

Momento para la izquierda

Se acabó lo que se daba. Después de casi un año de incertidumbres y de elecciones, se ha cerrado una etapa inédita en nuestra democracia que no hallaba el modo de elegir un nuevo Gobierno. El resultado final no es mejor que la sensación de tener un país sin ejecutivo. Que Mariano Rajoy sea de nuevo Presidente del Gobierno, es una dramática noticia para las gentes que han querido, han luchado y han trabajado por una alternativa política distinta a la gestión del Partido Popular en el Gobierno del Estado y los indicadores económicos y sociales que deja como legado.

Soy de los que piensan que hay motivos para analizar profundamente sobre lo que el Partido Popular ha tenido en frente en las últimas dos campañas electorales, polarizadas prácticamente entre este partido y el resto. De entrada, hay que destacar dos cuestiones importantes. La primera, que cuesta creer que el PP tenga una base social mayoritaria sobre el conjunto de formaciones políticas. No es verdad. Y en segundo lugar, que debemos reconocer que la izquierda ha fracasado profundamente porque no ha sabido conectar con la mayoría de trabajadores y trabajadoras que han sufrido en una primera instancia, una política neoliberal que ha recortado y eliminado derechos sociales conquistados. Basta con analizar resultados de diciembre y junio pasados.

¿Acaso no merecíamos un cambio político que cambiara todas las contrarreformas económicas, laborales, educativas o sanitarias, que han dejado con menos recursos no solo a los ciudadanos, sino también a las propias administraciones? La respuesta es claramente que sí.

Ni siquiera la llegada de una nueva política que dice haber aterrizado a las instituciones para quedarse, en formato de asalto a los cielos, ha tenido la credibilidad suficiente para conseguir traer la ansiada alternativa. Quizá uno de los problemas sea ese. Que entre tanto vaivén no se haya sido lo suficientemente explícito para expresar que la solución no solo la trae “un gobierno de cambio”, sino también un gobierno desde la izquierda.

A la sensación de abatimiento de comenzar una nueva legislatura con el PP en el poder, se une al desaliento de ver a un parlamento sin una voz que defienda una clara propuesta y discurso de izquierdas. Que huya del perverso discurso basado en afirmar que “el debate derecha-izquierda es un juego de trileros”. Que conecte con los movimientos sociales y con los sindicatos de clase. Que rechace el populismo. Que actúe con responsabilidad y sin miedo a participar, condicionar y transformar también desde las instituciones.

Los de arriba y los de abajo” es un discurso vacío que puede decir cualquiera. Necesitamos un proyecto plural que defienda con orgullo la izquierda y sus señas de identidad.

Es necesario seguir trabajando sobre ello. Con más urgencia que nunca.

Momento para la izquierda