viernes. 29.03.2024

La ruptura de la convivencia cívica, entre salafistas e identitarios

El oscurantismo vuelve a planear sobre Europa, esta se alimentan de la tensión, del prejuicio y de la violencia.

El oscurantismo vuelve a planear sobre Europa, esta se alimentan de la tensión, del prejuicio y de la violencia. Unos alzan las antorchas del indentarismo  mientras  otros  llevados por la más ciega sinrazón se reúnen en siniestros oratorios, levantando su dedo índice bajo la bandera negra del Daesh. El ciclo de la violencia, la acción y la reacción.

La  tensión social  suele carecer de la suficiente visibilidad para que  puedan aplicarse sobre ella las herramientas necesarias para su prevención y solución. El actual flujo migratorio que tiene su origen en la necesidad de refugio de miles de ciudadanos sirios ha dado visibilidad a una nada desdeñable  tensión social entorno al problema de la convivencia, el terrorismo yihadista y los límites de la tolerancia.

Como es natural, todas las aristas entorno a la convivencia y la tolerancia son instrumentalizadas por dos corrientes ideológicas tan antitéticas en sus fines como similares en su praxis. Estas corrientes están compuestos personas y grupos afines al Identitarismo y el Salafismo. Los movimientos idenditarios y salafistas llevan tiempo, años,  trabajando en la instrumentalización y el aprovechamiento de cualquier arista que pudiera presentar la convivencia, tomando siempre como objetivo, la división y el conflicto inter cultural. Estas dos corrientes, que amenazan los valores de fraternidad y tolerancia de la idea liberal de  la  Europa  de la ilustración, son tal y como diría el Filosofo Vicente Rodríguez Carro  citando a Ortega,  dos falsas alboradas, como lo fueron el Fascismo y el Bolchevismo. Sin embargo, toda vez que ha entrado en la escena de la historia idea  liberal, de progreso y democracia, al final esta prevalecerá.

Los movimientos identitarios son de carácter etno-diferencialista, admiten la diversidad  pero promueven la diferencia como un hecho consumado desde una óptica antropológica, cultural  e  histórica. Esta identidad, anclada desde la tradición en la configuración mental de cada “pueblo” dota a sus poseedores de un derecho inalienable sobre los territorios en lo que habitan, siendo imposible la convivencia pacífica con aquellos que tuvieran un sentimiento de pertenencia  identitaria  distinta a la suya. El análisis de situación que algunos movimientos identitarios consideran más ajustado es aquel donde el mestizaje, la inmigración y el olvido de las tradiciones propias no harán si no llevar Europa al hundimiento.

Por otra parte, los movimientos salafistas siguen  una corriente doctrinal del Islam de corte  rigorista cuya denominación alude a los  primeros compañeros de Muhammad. Los salafistas dicen seguir  sus enseñanzas  o  la idea que de ellas dicen tener. No es solo  un método donde se establecen cuales son los criterios interpretativos del Coran contrarios a cualquier innovación  si no que es además,  un estilo de vida el cuál  regula el comportamiento del “buen” musulmán, de todos sus actos y de todas y cada una de la relaciones humanas que este tenga. La vivencia identitaria del salafismo tiene como eje  la vuelta a los orígenes del islam, el que es percibido como el islam puro, el de Muhammad y sus compañeros. Su mensaje es sencillo y atractivo y  a falta de otras alternativas ideológicas, el salafismo cubre por completo las necesidades de carácter existencial de los sujetos que lo abrazan. La decadencia de la civilización islámica,  se debe tanto a una conspiración perpetua por parte de occidente como a una falta de estricta observancia de los preceptos islámicos que por supuesto solo ellos conocen.

Hace unos días  durante la concentración de repulsa de la ciudadanía Bruselense contra la barbarie yihadista, que no es sino una subcultura del salafismo, grupos identitarios irrumpieron en la plaza  lanzando consignas contra la comunidad musulmana a fin de confrontar a la sociedad Belga entre sí. En Oslo patrullas locales bajo las denominación de Soldados de Odin  de claro signo identitario, dicen defender a la jóvenes noruegas que vuelven solas a casa. Mientras, un destacado miembro de la escena salafista noruega, dice haber fundado una organización de autodefensa  llamada los Soldados de Allah, a fin de defender su comunidad de posibles agresiones por parte de los Identitarios. Mientras en Madrid, militantes del Hogar Social Ramiro Ledesma, atacan con bengalas la mezquita de la M30. El sábado 2 de abril, miembros del grupo Generación Identitaria, pretendian realizar una gran manifestación en el barrio de Molenbeek  y en toda Europa, las fuerzas de seguridad, registran viviendas y recaban información a fin de evitar el próximo atentados yihadista. Mientras, la tensión.

La ruptura de la convivencia cívica, entre salafistas e identitarios