jueves. 28.03.2024

Madrid debe reforzar sus servicios públicos tras la pandemia

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No hay nadie que pueda dudar que la crisis del COVID-19 ha hecho tambalear todo un modo de vida en Occidente. También en la Comunidad de Madrid, donde el virus nos ha dejado bien claro que podemos ser altamente vulnerables.

La comunidad con el PIB por habitante más alto de España, la comunidad con el PIB más alto del país se ha visto azotada duramente por una pandemia global, con especial incidencia en Europa en estos momentos.

Y lo que esta crisis sanitaria, que se está revelando también como crisis social y económica, nos ha dejado como primera reflexión, es que hacer frente a estas nuevas amenazas requieren respuestas de conjunto.

Hoy tenemos claro que en esta pandemia no hay solución individual para nadie, que la solución debe ser común. Que este virus no se detiene a preguntar la situación económica de aquel a quien ataca, ni el barrio en el que vive, ni siquiera la edad, porque a pesar de ser extremadamente duro con las personas más mayores en edad, todos estamos expuestos a su virulencia y todos tenemos a alguien mayor al que queremos proteger.

Aplaudimos a la sociedad que conformamos, a la comunidad que somos, a lo común que hemos redescubierto que existía, y que hemos puesto en valor

Cada día, a las ocho de la tarde, los ciudadanos salimos a nuestros balcones,  nuestras terrazas, o nuestras ventanas, a aplaudir a nuestro personal sanitario, que se están dejando la piel en los hospitales de Madrid por salvar cada vida que pueden; a los trabajadores y trabajadoras de las residencias de mayores de nuestra región, que han estado resistiendo en condiciones, muchas veces de soledad y abandono, a pesar de la realidad de estos centros; a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, y también las policías locales, los bomberos, protección civil, los trabajadores de Metro o Cercanías, a quienes limpian nuestras calles, a los profesores y maestros que se esfuerzan en que nuestros alumnos superen la anormalidad de estos días,… En definitiva, salimos a aplaudir a nuestros Servicios Públicos, lo común.

Pero también salimos a aplaudir a los agricultores, a los transportistas de mercancías, a los que investigan nuevos fármacos o posibles vacunas para vencer al coronavirus, a quienes están en los supermercados, o en el mercado local, suministrándonos día a día la alimentación y los productos de higiene necesaria, a los artistas y a aquellos que nos entretienen y cultivan en estos días de confinamiento, a las farmacias, a los que se han reinventado para producir mascarillas y respiradores, …aplaudimos a aquellos que forman parte de nosotros mismos. Aplaudimos a la sociedad que conformamos, a la comunidad que somos, a lo común que hemos redescubierto que existía, y que hemos puesto en valor.

Y consolidar lo común, construir un común más fuerte, debe ser la clave del futuro que viene. La Comunidad de Madrid tiene un presupuesto de más de 20.000 millones de euros; y posee también una capacidad normativa sobre los impuestos cedidos por el Estado que se ha caracterizado por poner a disposición de unos pocos ciudadanos durante muchos años, en detrimento del bien común de todos. Es tiempo de cuidar y hacer crecer a nuestros servicios públicos, para que no volvamos a vivir el hecho de tener una sanidad con poco más de 500 camas UCIs para una población de casi 7 millones de habitantes; para no tener que darnos cuenta de golpe que las residencias de nuestros mayores no tenían el control público mínimo necesario, ni contaban con los apoyos sanitarios imprescindibles; para no dejar atrás a los autónomos, más de 400.000 en nuestra comunidad, ni a los trabajadores asalariados, ni a los más de 363.760 desempleados de la región. En definitiva, debemos reorientar nuestros presupuestos y nuestras políticas para hacer crecer lo común, lo que nos hace comunidad, lo que nos está cuidando, lo que no nos ha fallado ahora, que tanta falta nos hacía.

Madrid debe reforzar sus servicios públicos tras la pandemia