viernes. 29.03.2024

La paja en el ojo ajeno

Según La Razón, mientras tanta gente padece estrecheces, Manuela Carmena se ha largado de vacaciones a todo lujo.

Si la hipocresía es el homenaje que el vicio rinde a la virtud, según frase de no sé quién (me suena Oscar Wilde, pero no me hagan mucho caso), los escándalos que destapa el periodismo de investigación cavernaria vienen a resultar también homenajes florales a sus víctimas señaladas.

Le ha tocado el turno ahora mismo al desenfreno estival de Manuela Carmena. Según La Razón, mientras tanta gente padece estrecheces, ella se ha largado de vacaciones a todo lujo, gastando el oro y el moro en una urbanización exclusiva que debería estar vedada a la chusma de Podemos. En la realidad alquilaron la finca en cuestión entre ocho familias, no hubo invitación de nadie, no se pagó el alquiler con dineros públicos, y cuando saltó la noticia a la calle la alcaldesa madrileña estaba ya de vuelta en su despacho, dispuesta a arremangarse para seguir al servicio de la gente que sufre la crisis.

Da igual. El periodismo de investigación tiene una meta, y no cejará en el empeño hasta alcanzarla. Mañana será un concejal socialista que se ha comprado una lubina fresca en lugar de recurrir a la sección de congelados; pasado mañana un candidato de IU sorprendido en trance de hurgarse la nariz en unos aseos públicos; al otro día, un activista de la PAH que dejó a deber un café en el bar de la esquina porque no llevaba suelto.

Todo para demostrar que los pretendidos honestos no son más que corruptos travestidos. Bárcenas, Granados González son gente bragada, que salta al ruedo con soltura y recorta a la autoridad fiscal a cuerpo limpio, mientras que Errejón, o Carmena, hacen lo mismo a escondidas, ocultos detrás del burladero. De cuál burladero, es lo de menos. (¡Ah, las metáforas taurinas! Tendré que reprimir mi tendencia a utilizarlas, sobre todo después de un verano tan aciago como estamos teniendo, con la proliferación descontrolada de los encierros y las capeas de pueblo.)

Pues muy bien. Nos damos por enterados de la sustancia de su argumento, queridos voceros de La Razón. Pero enchufen el ventilador por asuntos de mayor sustancia, si no es demasiado pedir, porque su scoop sobre Carmena ha acabado por tener un inconfundible aire de familia con los reportajes profusamente ilustrados de Hola cuando la familia real acude a su cita anual con Marivent.

La paja en el ojo ajeno