miércoles. 24.04.2024

La encuesta del 10 de noviembre

debate

Lo que hemos visto en éste único debate electoral del pasado lunes, ha sido a un PSOE cada vez más americanizado en el peor sentido del término, intentando argumentar razones del por qué nos han llevado a la repetición electoral y nos mantienen con un gobierno en funciones desde el pasado mes de abril. Y todo, aunque no lo digan ni lo reconozcan, porque el “gurú de turno” que asesora a Pedro Sánchez, creyó tras las elecciones autonómicas y municipales del mes de mayo, que Podemos había entrado en su autodestrucción y que podían morderle un gran número de votos.

Y a la par, la crisis que ya era evidente en Ciudadanos, con la entrada en gobiernos sostenidos por la extrema derecha, les completaba el convencimiento (luego teorizado por la macro encuesta del último CIS) de que una repetición electoral solo podía traerles beneficios electorales en forma de apoyos y representación.

Todo lo demás carecía en esos momentos de importancia. O al menos de la importancia suficiente como para hacer el esfuerzo de intentar llegar a acuerdos de gobierno en una fórmula de gobierno de coalición con Unidas Podemos.

Una vez más se cumplía aquello de que, el fin justificaba los medios. Y que en pos del objetivo todo valía.

¿Que cuál era y ha sido a lo largo del debate el objetivo?

Ganar las elecciones y arrinconar tanto a su izquierda (Podemos) como al llamado centro político (Ciudadanos). Y a ese objetivo del gurú que diseña la estrategia de Pedro Sánchez, se ha subordinado todo lo demás.

La Reforma Laboral ya no se derogará sino que se eliminarán los aspectos “más lacerantes” a la espera de un nuevo Estatuto de los Trabajadores…

La reforma fiscal, se cubre en una nebulosa y no se entra a concretar de dónde se obtendrán los recursos necesarios para el sostenimiento de las necesidades del estado de bienestar…

La necesidad de un acuerdo programático progresista, se nubla con la reiteración de Sánchez de pedir la abstención de la derecha para ser investido presidente si vuelve a ser la minoría mayoritaria tras las elecciones del día 10 de Noviembre…

Y así, la mayoría de las aristas que incomodan a las entidades financieras y empresariales de éste País, llamado España. Órganos de presión, por qué no decirlo, que siempre estuvieron por un acuerdo PSOE-Ciudadanos, que Rivera imposibilitó.

 De ahí que “el juguete Ciudadanos” ya nos les dé garantías ni les sirva. Y ahora estén apostando, sin disimulos, por la gran coalición. De modo que les garantice una serie de reformas constitucionales pendientes, además de asegurarse diversos ajustes (recortes) que un sólo partido no se atreve ni puede permitirse afrontar.

Léase reforma de las pensiones (recortes).

Nuevo Estatuto de los Trabajadores con la “mochila austríaca” como fórmula de abaratamiento del despido (recortes), etc., etc.

Los dos bloques de más de once millones de votantes que nos dejaron las elecciones de abril, con una importante movilización desde los progresistas para cerrar el paso a la extrema derecha, dieron un mensaje claro y nítido para que se formara un gobierno de izquierdas con Podemos. Y ya vemos que fue desoído.

Hoy, unos meses después, y tras la absurda repetición electoral, todo parece indicar que escaño arriba o escaño abajo, vamos a volver a la casilla de salida. Y es por eso que resultaba imprescindible que el PSOE y Sánchez dijeran con quién van a formar gobierno, y si dejan los vetos en el cajón de los recuerdos y aceptarán, esta vez sí, el dictamen de las urnas para formar gobierno sin vetos desde el campo de la izquierda.

Pero no hubo respuesta directa a la pregunta. Y si hubiéramos de interpretar la posición de Sánchez en el debate, mucho me temo que la táctica es seguir rogando a la derecha que se abstenga en su investidura.

Sólo un voto claro y decidido en apoyo de Podemos haciéndole crecer por encima de las expectativas que señalan las encuestas, puede hacer mover desde su posición, a un PSOE mal asesorado y demasiado soberbio en sus manifestaciones.

La encuesta del 10 de noviembre