jueves. 28.03.2024

¿Por qué acuden los ciudadanos a urgencias?

En estos días se esta produciendo una polémica sobre la atención en urgencias, sobre su apropiación o inapropiación...

En estos días se esta produciendo una polémica sobre la atención en urgencias, sobre su apropiación o inapropiación, y sobre los posibles mecanismos para controlar la utilización inadecuada, a raíz de una propuesta del presidente de la OMC de establecer un copago sobre esta última.

Primero veamos la perspectiva general para hacernos una idea de la situación: En España en numero de, consultas por habitante y año es alto, un total de 7,4 (media OCDE 6,6) en Europa estamos igualados con Bélgica y nos superan la Republica Checa, Alemania, Hungría, Eslovaquia y Turquía. Pero por el contrario la utilización hospitalaria es baja, el número de altas hospitalarias por mil habitantes  es de 102,46, la mas baja de Europa (media OCDE 155,61). O sea que pese a lo que se piensa no se utiliza en exceso el sistema sanitario sino que el perfil responde a un modelo basado en la Atención Primaria donde la asistencia hospitalaria tiene un menor peso (los últimos datos publicados lo fueron en junio de 2013 y corresponden a 2011).

Aunque existe un consenso bastante elevado en que se acude a urgencias por problemas que podrían resolverse en otro nivel asistencial, generalmente la Atención Primaria, parece que no se entiende bien cuáles son las causas que están detrás de esta situación.

En primer lugar la Atención Primaria tiene unos horarios de atención limitados en muchos sitios y puede comprobarse cómo los días en que no presta atención suben de manera importante las urgencias, es decir hay muchos días, generalmente los festivos, en que la alternativa es inexistente y si el ciudadano tiene un problema de salud tiene que acudir a las urgencias (sean o no hospitalarias).

Además las demoras en las citas que siempre han existido, se han incrementado con los recortes (el que haya 55.000 trabajadores menos en la Sanidad Pública desde 2009 inevitablemente conlleva aumentos de las demoras y dificultades para atender la demanda asistencial). Cuando, como sucede ahora, se dan citas para medicina general con 7-10 días de demora, para el especialista con varios meses o cuando se tienen demoras para intervenciones quirúrgicas de varios meses e incluso de mas de un año, la alternativa que tienen los enfermos es acudir a urgencias. Se trata pues de una mala utilización del dispositivo incentivado y propiciado por la propia administración sanitaria, como sucede también dejando a los inmigrantes sin papeles sin otro recurso asistencial al que acudir, y solo tiene una solución, ofrecer atención sanitaria en otro nivel y en un tiempo razonable. Y no es una cuestión baladí, estamos hablando de alrededor del 80% de la utilización inadecuada de las urgencias.

Por supuesto a veces hay desconocimiento de cómo manejar un problema de salud, y eso, sobre todo en los enfermos crónicos, puede solucionarse mediante actividades de formación y educación para la salud que pueden disminuir de una manera drástica el mal uso de las urgencias, pero aquí también han llegado los recortes, y estas actividades nunca muy desarrolladas, ahora se han convertido en testimoniales.

Y por fin está la presencia de síntomas que son muy alarmantes, que a veces son indicio de una grave enfermedad, pero no siempre (la fiebre de los niños pequeños, el dolor precordial, etc) y que precisan de una valoración profesional inmediata porque en algunos casos, aunque no en la mayoría, pueden suponer serios riesgos para la salud, e incluso la vida de las personas, en este caso es perfectamente entendible que se acuda a urgencias aunque no siempre sea imprescindible.

Esta es la situación. Poner copagos no la va a solucionar sino en todo caso la agravará porque muchas personas, ya se sabe, fundamentalmente las que tienen menos recursos económicos y más problemas de salud, postergaran el acudir a las urgencias o no lo harán por miedo a las consecuencias económicas, con el consiguiente riesgo de empeorar su salud e incluso de fallecer.

Por otro lado, articular un sistema transparente y basado en evidencias para analizar  la adecuación o inadecuación de cada caso concreto tiene unos costes exorbitantes, siendo obvio que no puede dejarse en manos de la arbitrariedad, y en todo caso provocara numerosos conflictos de muy complicada solución, e incrementara la litigiosidad, que hasta el presente es baja en España, con mas costes añadidos.

Es obvio que estas propuestas, tan alegre como irreflexivamente realizadas desde la OMC no han sido consultadas con nadie de sus supuestos y obligados “representados” y no están avaladas por ningún tipo de  evidencia científica ni de experiencia internacional. Desgraciadamente una vez mas la OMC se ha desvelado como una entidad corporativa al servicio de los intereses del sector mas conservador de la profesión, y ausente de cualquier tipo de sensibilidad y responsabilidad social.

¿Por qué acuden los ciudadanos a urgencias?