viernes. 29.03.2024

La ley y el orden es Biden-Harris

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Vengo reclamando hace muchos años que en las elecciones presidenciales en los USA, Estados Unidos de Norteamérica, deberíamos poder votar todos, pues al ser los USA la primera potencia mundial con una clara vocación imperial en lo económico, lo cultural, lo militar, cuanto suceda en ellos -la metrópoli- nos afecta a todos -la periferia- en bastante medida. Ya sé que ese derecho universal al voto en las elecciones norteamericanas no es posible. Pero debiera serlo porque tanta palabrería sobre la globalización y luego resulta que en los temas que de verdad son globalmente decisivos  ésta no rige.

Las del próximo 3 de Noviembre son especialmente decisivas para todos. Porque importa, e importa mucho, que la gestión para erradicar la pandemia universal y gestionar la reconstrucción, a nivel global también, haya en los USA un presidente y un gobierno aseadamente democrático u otro en manos de un patán e iletrado neofascista. Maxime cuando otras potencias como China, Rusia, Brasil, Turquia o India, padecen gobiernos y líderes autoritarios de alto riesgo, (por cierto, en la campaña electoral en los USA, en las redes sociales, ya han aparecido las primeras tramas de origen ruso difusoras de mentiras e intoxicaciones con el objetivo de favorecer electoralmente a Trump, como ya pasara en las elecciones de 2016).

Trump, al que las encuestas dan perdedor frente a Biden, ha decidido quitarse la máscara -la mascarilla antivirus nunca se la puso- e ir a una campaña de signo inequívocamente neofascista, con apología del racismo y la violencia policial contra los negros, relanzando sus peores tics xenófobos, homófobos y antifeministas, negando la gravedad del virus -del que acusa a China sin ningún fundamento- en un país con 6 millones de contagiados y casi 200.000 víctimas, jaleando la infección de armas domésticas de gran calibre que asola la sociedad norteamericana y que provoca que un niño o un adolescente puedan matar con  un potente rifle en disturbios o por el placer patológico de producir masacres, con políticas suicidas en Oriente Proximo que ponen en riesgo la estabilidad y la paz mundial, con apoyo explícito a partidos y movimientos de ultraderecha, a su imagen y semejanza, con el objeto confeso de desestabilizar y disolver la Unión Europea … ¿sigo?

Ojalá que Biden sea allí tan radicalmente antifascista como lo es la señora Merkel aquí

Esta sarta de demencias, de cínicas y calculadas imbecilidades, las resume Trump en un santo y seña de su campaña: “ley y orden”, y con ella confía seducir, previo aterrorizar, al electorado más retardatario y reaccionario, la llamada “américa profunda”, un tipo que se cisca en la ley, en los imperativos institucionales, que, sin memoria ni futuro alguno ni más proyecto que ejercer el poder a toda costa, divide a la sociedad y provoca desorden metódicamente en su nivel nacional y en nuestro nivel mundial.

Lo más cómico, y trágico y cínico a la vez, es que Trump acusa a Biden de ser un “caballo de troya”, dentro del cual va el extremismo socialista y comunista que, según este demente, no otra cosa es el Partido Demócrata norteamericano.

Salvada la distancia contextual entre el cuadro  político norteamericano y el europeo, el Partido Demócrata sería un partido de centro, de centro-izquierda o izquierda algunos de sus sectores. Joe Biden es del ala derecha del partido. Fue vicepresidente con Obama para compensar la ubicación de éste en el ala izquierda. Por el mismo juego de equilibrios, a Joe Biden lo acompaña en la candidatura Kamala Harris, excelente referencia del ala izquierda. Resumiendo, frente a la campaña histérica y mentirosa de Trump, Joe Biden estaría más cerca de lo que la señora Merkel representa en Europa que de lo que representa Pedro Sánchez, pongo por caso. Ojalá que Biden sea allí tan radicalmente antifascista como lo es la señora Merkel aquí.

Bueno, espero que estas líneas les ayuden para votar la candidatura Joe Biden-Kamala Harris, caso de que tuvieran alguna duda. Dos razones añadidas aún: 1) En 2016 ganó por voto popular directo la candidata demócrata Hillary Clinton al tal Trump, con una diferencia de casi tres millones de votos, no olvidarlo, 2) La central sindical norteamericana, la AFL-CIO, apenas 12 millones de afiliados, está movilizada a tope en apoyo de Biden-Harris, como lo estuvo por Obama; a tener en cuenta.

La ley y el orden es Biden-Harris