viernes. 29.03.2024

Catalunya ni independentismo ni españolismo

Las opciones de las izquierdas en Catalunya deben ser equidistantes de los nacionalismos, esto quiere decir rehuir el nacionalismo independentista y a la vez el nacionalismo españolista.

Las izquierdas han de ser radicalmente federalistas en Catalunya, en España y en Europa. Y en este federalismo tienen que defender los hechos diferenciales de Cataluña entre ellos la defensa de su autogobierno, de su lengua y su cultura de forma radical. Defender los hechos diferenciales y los hechos comunes con el resto de los pueblos de España y en la construcción de una Europa federal.

Durante mucho  tiempo la derecha ha sido hegemónica en España y en Catalunya. Las dos derechas antagónicas se han retroalimentado mutuamente y las izquierdas han quedado en una condición subalterna.

Es hora de que los partidos de izquierda se rearmen ideológicamente y apuesten de una forma clara y sin ambigüedades por una opción federal por más difícil que sea plasmarla puesto que haría falta un cambio constitucional. Pero es la forma de Estado que hay que defender e intentar avanzar en fórmulas federalistas dentro del Estado autonómico.

Todo esto es importante para no caer en falsos debates sobre temas como la lengua. Defender la inmersión lingüística en Catalunya no es defender algo ajeno a la izquierda. La lengua no es patrimonio de nadie, sino un valor para todos, tanto la catalana como la castellana. La prevalencia de la lengua catalana en Cataluña es admisible porque se trata de una lengua minoritaria que coexiste con una lengua fuerte como es el castellano.

La reivindicación de la escuela en catalán fue impulsada por las fuerzas de izquierda como el PSUC y el PSC como medio para evitar dos líneas de escuela diferenciadas en catalán y en castellano que comportaran una posible discriminación de la emigración de habla castellana

Dentro de la sociedad catalana el castellano continúa teniendo una fuerte implantación, es la lengua materna en muchas familias y es mayoritario en los medios de comunicación y en el ámbito social y público. Es una lengua que no necesita defensa especialmente si está cubierta su enseñanza en el ámbito educativo. Informes cómo PISA demuestran que su conocimiento en Catalunya es mejor incluso que en otras autonomías como por ejemplo Madrid.

Catalunya tiene la suerte y la ventaja de disfrutar de una riqueza cultural propia y de una cultura española común. Y las dos tienen que ser cuidadas y respetadas. Esto es lo que actualmente trata de hacer en el ámbito estatal el Instituto Cervantes, potenciarlas por todas partes de Goya y Picasso a Casas y Dalí o de Cervantes y Ausiàs March a Espriu y Machado.

En el caso de la literatura catalana hay que defender sus diversas formas de expresión tanto en catalán como la de expresión castellana, no se puede negar la catalanidad y la importancia para la cultura catalana de los Marsé, Gil de Biedma o Vázquez Montalbán. El bilingüismo no tiene que considerarse de ninguna forma un hecho negativo más bien al contrario algo a mantener y potenciar, lo cual no comporta no ser consciente de la necesidad especial de protección a la lengua más débil en el ámbito general.

La reivindicación de la escuela en catalán fue impulsada por las fuerzas de izquierda como el PSUC y el PSC como medio para evitar dos líneas de escuela diferenciadas en catalán y en castellano que comportaran una posible discriminación de la emigración de habla castellana. Y no hay duda de que el resultado ha sido positivo y no ha sido nunca conflictivo. La conflictividad se ha querido atizar por algunas fuerzas políticas de la derecha españolista a quien interesa confrontar con la derecha independentista y arrinconar a las izquierdas.

Por eso es criticable la actitud de algunos personajes de la izquierda, que casualmente no conocen la realidad catalana, lanzando campañas en defensa de un supuesto peligro del castellano en Catalunya cuestión totalmente falsa e inexistente. Con estas actuaciones lo único que hacen es dar munición a la derecha españolista y al independentismo para arrinconar a los partidos de izquierdas en Catalunya.

La izquierda tiene que volver a sus planteamientos de la “Transición” cuando era ideológica y culturalmente hegemónica y ahora en torno a la defensa de una salida federal al conflicto catalán volviendo a recuperar los votos que el “procés” independentista le ha arrebatado en beneficio de opciones identitarias de la derecha de uno u otro sentido utilizando temas como la identidad lingüística para dibujar falsas divisiones.

Las izquierdas se tienen que sacar de encima sus miedos hacia los planteamientos nacionalistas de derechas y ofrecer su planteamiento en defensa de la libertad, la igualdad y la fraternidad dentro de la sociedad catalana y española basado en la práctica de la solidaridad federal.

Catalunya ni independentismo ni españolismo