sábado. 20.04.2024

¿A qué juega Garzón?

El candidato no respeta la resolución de la Presidencia Federal y muestra una preocupante tendencia a ir por libre, alineándose con sectores y personas fuera de la disciplina de IUCM...
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El candidato no respeta la resolución de la Presidencia Federal y muestra una preocupante tendencia a ir por libre, alineándose con sectores y personas fuera de la disciplina de IUCM

A fuerza de repetirlo hasta la saciedad algunos han conseguido fabular una historia tan injusta como irresponsable. Una historia que huele a podrido, y que, con su irrespirable y cínica carga de moralidad, han intentado trasladar a la militancia, para justificar una intolerable campaña de acusación contra Ángel Pérez y Gregorio Gordo. En la Presidencia Federal del 30 de enero se presentaron dos resoluciones sobre el llamado caso Bankia. Ganó la defendida por Cayo Lara que proponía desautorización política, apertura de expediente a Pérez y a Gordo -según permita la norma estatutaria- y diálogo con la dirección de IUCM. Perdió la presentada por Enrique Santiago, que exigía la expulsión de los dos compañeros e intervención de la federación de Madrid. Garzón apoyó, aunque no votó, porque se marchó antes, la de Santiago.

Desde hace tiempo se apunta a las cabezas de Pérez y Gordo como responsables políticos, ni más ni menos, que de todo lo que en Caja Madrid/Bankia llevó el nombre de Izquierda Unida. Ni los gestores, ni los auditores, ni el Banco de España, ni el FROB, ni el PP, ni el PSOE, ni la oscura operación urdida por el Gobierno, en colaboración con las principales entidades financieras de nuestro país para acabar con las cajas de ahorro, aparecen en el debate de IU; los responsables son los representantes de IUCM y, en su nombre, Ángel Pérez y Gregorio Gordo.

Una conclusión inaceptable. Algunos en IU se empeñan en decirle a la sociedad: nosotros ya hemos hecho justicia y depurado responsabilidades con lo de Bankia. Ya hemos expulsado a los directamente culpables, y lo hemos intentado con Pérez y Gordo porque pasaban por allí y son responsables. Emulando las más indeseables prácticas inquisitoriales, sin un solo dato, un solo hecho, una sola acusación verificable, ambos son acribillados y difamados porque sí.

¿Qué han hecho Ángel Pérez y Gregorio Gordo?  ¿Conocían la existencia de las tarjetas Black  y el uso dado por sus titulares? Porque, seamos claros: cuando los órganos de dirección de IUCM debatieron las líneas generales de la política a aplicar en Caja Madrid, las decisiones se tomaron de forma unánime o por amplia mayoría. Y a partir de ahí, la responsabilidad directa de la gestión en los órganos de representación de la caja es de quienes allí estaban. Entonces, ¿a qué viene esta caza de brujas? A algo más sencillo: Pérez y Gordo, como una amplia mayoría de IUCM tienen una idea de la organización y de la política, de Izquierda Unida, que no encaja bien en los planes de vaporoso futuro que para IU diseñan  otros. Algunos entienden, con incomprensible candidez -o lo que sea-, que cortando la cabeza a Pérez y Gordo, ciertos grupos y colectivos de IUCM -prácticamente fuera de IU desde el resultado de las primarias y en abierta ‘colaboración’ con otros proyectos políticos- se reincorporarán a la disciplina de una organización en la que no creen. Craso error.

Hace ya tiempo que Ángel Pérez y Gregorio Gordo anunciaron su intención de no volver a presentarse a proceso electoral alguno. Hace muchos años que ni son coordinadores, ni ocupan responsabilidad alguna de dirección. Les quedan apenas tres plenos de actividad institucional. No es suficiente. Hay que depurarlos, aunque no se sepa por qué. Hay que hacerles pagar por los errores de otros. Hay que colgarlos en la plaza pública. Unos cuantos tertulianos y los adversarios políticos lo agradecerán. Triste pero real como la vida misma.

IUCM se debe a su Asamblea, a su afiliación y a sus órganos de dirección. Nunca dudó y así seguirá siendo, de su compromiso federal con el proyecto de IU. Una organización soberana, pero estrechamente vinculada a un proyecto de país como el que encarna Izquierda Unida.

IUCM ya decidió, en el ejercicio de sus competencias, aplicar la resolución federal sobre el caso Bankia. Una Comisión de Investigación depuró responsabilidades. Los grupos institucionales renovaron la confianza en sus portavoces. La capacidad para decidir medidas disciplinarias contra Pérez y Gordo corresponde a IUCM. Es conocido que la resolución de la Presidencia Federal buceará en la norma estatutaria para ver que se puede hacer, y que en un escenario de diálogo y colaboración, IUCM ayudará a despejar malentendidos.  Pero si algunos como el candidato Garzón –que deberá ser ratificado por el Consejo Político Federal- insisten en mantener abierto el conflicto y abrir una causa general contra IUCM, apoyando a quienes obstinadamente se han saltado las decisiones políticas de IUCM y de la dirección federal en nuestra comunidad y ya actúan como una organización paralela, deben saber que están trabajando por debilitar el proyecto, la imagen, la organización y el futuro político y electoral de IUCM. Trataremos de evitarlo.

¿A qué juega Garzón?