jueves. 28.03.2024

IUCM: Ideas y palabras

En los últimos días se suceden en ciertos ámbitos de la información digital algunos llamamientos para la defensa de populares caras en IU, llenos de palabras y vacíos de ideas.

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En los últimos días se suceden en ciertos ámbitos de la información digital algunos llamamientos para la defensa de populares caras en IU, llenos de palabras y vacíos de ideas. No es de extrañar, por tanto, que mientras sugieren defender IU, empiecen poco a poco a pensar en otra cosa.

Izquierda Unida en general, e IUCM en particular, viven una convulsa situación cruzada de  frases hechas y acusaciones sin rigor que más pronto que tarde pondrán a cada cual en su sitio. Los hechos se precipitan a raíz de unas elecciones primarias en la Comunidad de Madrid que auparon a Tania Sánchez y Mauricio Valiente para liderar las candidaturas de la Comunidad y el Ayuntamiento de la capital. En ese mismo momento, los ganadores creyeron que el mundo empezaba con las primarias: la dirección es ilegítima, las irregularidades de la candidata, un invento del ‘enemigo’, y el futuro de IU pasa inevitablemente por superar IU. En esta aventura sobran “la vieja guardia, la casta, la mafia y el viejo régimen; el aliado es el adanismo de las palabras y las imágenes, el que cosecha espectaculares subidas en las encuestas, aunque su principal protagonista nada quiera saber de Izquierda Unida.

Así las cosas, expresar la confianza en el proyecto que dio lugar al nacimiento de Izquierda Unida, se convierta en una antigualla. “No se puede uno aferrar a las siglas. Izquierda Unida tiene que impulsar la unidad popular. Tenemos que incorporarnos a la ola de las plataformas ciudadanas que recorre España. No tiene sentido reivindicar identidad, estrategia y programa; la prioridad ha de ser integrarse en aquellas. Lo de coalición o agrupación electoral es un problema menor. Quien se niegue a ello estará fuera del cambio”, son algunas de las perlas que nos dirigen a los que vemos futuro al proyecto de IU.

Pero ¿qué pasa en realidad?

Izquierda Unida tiene representación en más de dos mil ayuntamientos de toda España. Solo en unas decenas se observan movimientos de reagrupamiento electoral de naturaleza muy diversa y objetivos imprecisos. Salvo excepciones, Podemos, allí donde se presenta a las elecciones municipales, lo hace fuera de las plataformas electorales donde está IU. Y entonces, ¿qué fuerza ascendente y rompedora queda en el interior de estas plataformas capaz de superar todos los límites y dar por buena la idea de que merece la pena a IU sacrificar identidad, estrategia y programa? Conozco algo de lo que pasa en Madrid, una de las principales plazas a conquistar, y me costaría identificar un aliado potencial de probada solvencia política y proyección electoral en el interior de Ganemos, además de Izquierda Unida. En consecuencia, fuera de las palabras y de las ocurrencias que lo invaden todo, ¿qué sentido tiene formar parte de una plataforma electoral en cuyo seno somos una entidad dispersa, que además debe renunciar a ser lo que es? ¿Es esta la ambiciosa convergencia, el frente amplio, el bloque social de progreso, el frente popular del que nos hablan algunos? Pues sencilla y llanamente, no.

Cuando se abrió en la dirección federal el proceso de la convergencia y se eligió a Alberto Garzón como responsable del mismo, todo el mundo pensaba en el diálogo IU-Podemos.  Incluso cuando en Madrid echó a andar Ganemos, sus promotores pensaban para su éxito en Podemos, y menos en IU. Desde entonces, Podemos construye partido, ajusta discurso y programa, avanza candidaturas, desmonta otras y a lomos de las encuestas se aleja raudo y veloz de Izquierda Unida. Y el proceso de convergencia entra en fase de orfandad, casi a la misma velocidad con que Podemos se desentiende del mismo. Una realidad que se ve agravada por el acusado movimiento de sectarismo en el interior de Ganemos, exigiendo en nombre de no se sabe qué fuerza y programa, que los partidos -a saber, IU y Equo- renuncien a su protagonismo político y estratégico. Pues bien, un sector de IUCM avala esta situación de “frentismo de bajo perfil político”. Otros defendemos que en este contexto, si no se garantizan condiciones básicas de programa, estrategia, convivencia y competencias, IUCM debe presentarse con sus siglas a las elecciones municipales y autonómicas. Y el tiempo apremia.

Soy partidario, lo he dicho siempre, del diálogo IU-Podemos, a partir de la consideración de que son dos ideas distintas de entender la política y la estrategia de cambio y transformación. Podemos ahora se resiste al diálogo. No dejemos de intentarlo, pero mientras tanto, reforcemos, renovemos y activemos el proyecto de Izquierda Unida.

Los problemas de la candidata

Tania Sánchez ganó holgadamente las primarias en IUCM. Un hecho democrático incontrovertible que hemos de valorar. Tania Sánchez tiene problemas de credibilidad en la ciudadanía por distintas irregularidades en el desarrollo de su gestión cuando fue concejala en el Ayuntamiento de Rivas. Si es o no es delito, no estoy en condiciones de opinar. Que son hechos éticamente inaceptables y ajenos al más elemental código ético de IU, no me cabe la menor duda. ¿Cómo si no, puede calificarse que alguien se presente a un concurso en un área de gestión municipal dirigido por un familiar y acabe quedándose con el contrato? Y no es el único caso que afea su gestión.

En IU somos especialmente exigentes con hacer en casa lo que predicamos fuera. Tanto que un eurodiputado dimitió por algo de menor alcance que el caso comentado. Lo dijo el anterior alcalde, el que mejor supo liderar, junto a su equipo una gestión de vanguardia en Rivas, y cuya dimisión precipitada fue perseguida con saña por, entre otros, el actual alcalde y la candidata, ahora en cuestión, a golpe de falsedades e infamias: “se me ocultó conscientemente la relación familiar; de haberla conocido ese contrato, que se repitió a lo largo de los años, no se hubiera llevado a cabo”. No faltan quienes creen que esta denuncia de la candidata obedece a un ajuste de cuentas dentro de IU. Pero sin ignorar que los ajustes de cuentas forman parte de la historia de los partidos y tienen de protagonistas a todas las familias, la pregunta que cabe hacerse es: ¿los hechos que se analizan, y que cuestionan su gestión en el Ayuntamiento, son reales o inventados?

Si trascendemos al psicoanálisis y nos detenemos en los hechos citados, cuesta aceptar que la candidata no reconsidere su situación, sabiendo que, de no hacerlo, se convertirá –y con ella, IU- en el pim pam pum del debate político y de la campaña electoral.

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