jueves. 25.04.2024

Las moscas del petróleo

Paraísos azabaches que duermen bajo un manto de arena y de vientos.  Los grandes yacimientos de crudo en Oriente Medio, los terrenos fértiles de Venezuela, la Vaca Muerta de la Patagonia Argentina, Arabia Saudita, Canadá, Irán, Irak, Kuwait, Kazajistán, Libia y Qatar.

La historia de no convertirse en parte de la muestra, las grandes potencias mudando millones de barriles de miseria en combustible oscuro y espeso, sin imaginarse siquiera que el oro negro no siempre es sinónimo de riquezas, pues cuando las sociedades se distancian, los poderes tienden a juntarse. Una explotación rentable del petróleo ha situado a los Estados Unidos tras estrategias de dominación y defensa de las democracias en oriente y en occidente, el ultraísmo de un llanero solitario que protege a la humanidad de cristalizarse en sus propias pesadillas. Los grandes costes de extracción se convierten en la llave que abre mil cofres, una llave que pende de un solo hilo, las políticas de no nacionalización, las privatizaciones, la letra chica en los contratos, la nueva era dorada de la gran demanda automotriz propició el avance de estos mega gobiernos sobre territorios más vulnerables, poniendo en jaque sus soberanías.

El costo de producir un barril de crudo en el reino saudita es de menos de US$9, según datos de la OPEP. En Venezuela y Brasil, según la misma fuente, es de US$27,62 y US$34,99 respectivamente. Estos datos convierten los desiertos asiáticos en verdaderos caldos de cultivo donde es necesario sembrar guerras para cosechar dinero. Las invasiones non santas que se vienen llevando adelante desde comienzos de los noventa son el fiel reflejo del posicionamiento global de las grandes empresas, de los gerenciamientos fraudulentos. Entre el Volga y más allá de los Montes Urales emergen grandes campos petroleros que como un tsunami de inversiones, azota las costas de Nigeria, un movimiento de aguas devenido en capitalismo que no toma a las sociedades de la periferia en sus planes de desarrollo.

El oro negro en la piel de las colonias británicas de 1900, la esclavitud como principal herramienta de opresión, varias centurias luego, esas diferencias aún persisten en esas regiones, el crudo se ha convertido en el nuevo oro negro, pero sus habitantes están vedados a los beneficios que da el privilegio de su extracción. Parecería que ser solo peones limita su accionar ante los reyes, piezas de un tablero que cometieron el único pecado de haber nacido negros frente a un mundo cada vez más blanco. Una conferencia de Berlín que colocó el primer ladrillo, luego vinieron los demás, el poder, los conflictos bélicos, los bombardeos, las muertes, una larga corredera de sangre, los cuerpos esparcidos por doquier, la putrefacción, el olor hediendo, e indefectiblemente, una horda de moscas sobrevolando ambos hemisferios. 

 Juan Manuel Tasada
ex - Vicepresidente de la Sociedad Argentina de Escritores Seccional Atlántica y Consejero Municipal de Cultura del Partido de General Pueyrredón

Las moscas del petróleo