sábado. 20.04.2024

¿Y si trabajamos juntos?

todos juntos

Si me preguntaran si, de verdad, creo que nuestros políticos son conscientes del lugar que ocupan sus actitudes respecto al común de los ciudadanos, tendría que responder que no, que ni idea de lo alejados que están de lo que piensa y hace la inmensa mayoría de mis conocidos. Ellos, mis conocidos, son de derechas, de izquierdas, medio pensionistas y en general, gente normal entre la que también quedan representados los extremos y todos, sin excepción, saben de la necesidad de colaboración entre los partidos.

Es posible que el PP y  Vox, los únicos junto con otros dos partidos que no me acuerdo, no estén conformes con estos presupuestos, pero no pueden negar que la tarea de ganarle la mano a un futuro complicado es cosa común a todas las fuerzas políticas del arco parlamentario. Si les preguntáramos a muchos de los que han votado a favor si estos son “sus” presupuestos, los ideales, nos contestarían que no, que ni mucho menos: dirían que eran los “posibles”.

Los que piensen que la razón les pertenece por completo, que piensen que, casi seguro, se equivocan

Estoy convencido de que estos presupuestos tampoco son los que les gustarían al PSOE, así que les he llamado los “Presupuestos del Bicho”: los únicos posibles y que no son el ideal de nadie. Dicho esto, que reconozco como una visión muy particular, debería hacerse posible la idea de un tiempo de trabajo colectivo que afronte lo que está por venir. En versión castiza, un marrón del 15. Para el enorme trabajo de reconstrucción, rediseño y generación de nuevos paradigmas sociales y políticos se necesita a todo el mundo: nadie puede quedarse fuera del tajo; nadie puede escurrir el bulto esperando que por delante de su puerta pase ningún cadáver.

Hace meses que se volaron todos los puentes; hace meses que la política se ha convertido en un lodazal infecto ausente de grandeza, tanto moral como intelectual y eso es nefasto para este país. Es preciso que se reconstruyan los puentes, es preciso acordar, trabajar, negociar, acercarse, fracasar, volver a intentarlo una y otra vez hasta encontrar la manera de colaborar para el bien común.

Los que piensen que la razón les pertenece por completo, que piensen que, casi seguro, se equivocan. Los otros pensarán igual y con ese esquema mental, la cosa se bloquea y lo común no florece. Y por aquello de empezar por los míos,o teóricamente míos: señores del PSOE, no es posible elegir a la oposición, así que a bailar con ella, que desde el poder se tienen más alternativas y mucha más responsabilidad, principalmente.

No seré yo el que ensalce las glorias del PP y mucho menos de Vox, pero de la misma manera que se encontraron líneas de trabajo para converger con el otro lado -muy duro, por cierto - toca picar piedra para encontrar otras formas de entenderse con ellos y que el Parlamento se acerque, aunque sea un poco, al ejemplo moral que está dando la ciudadanía.

Un inmenso porcentaje de la población les está dando sopas con honda a los señores diputados. Son esos ciudadanos, absolutamente ejemplares, que han estado trabajando como héroes en aquello que les ha tocado trabajar afrontando el riesgo de la pandemia como jabatos. No han vuelto la cara y han abierto las cajas de los supermercados, han atendido los surtidores de gasolina, han hecho el pan y han traído la fruta y, a diferencia de policías, bomberos, médicos o sanitarios, ni estaban preparados para ello, ni jamás pensaron dedicar su vida a ayudar, proteger o sanar a los demás. Les ha tocado comerse el marrón y lo han hecho con la mejor de las actitudes; han dado ejemplo de lo que es sacrificio y consciencia de las necesidades colectivas. Todos y cada uno de ellos.

Debemos ganar el futuro trabajando desde ahora y debemos iniciar una ruta bien definida y dibujada; debemos planificar, estructurar, estudiar, decidir, elegir y trabajar para todos con el soporte de todos

Teniendo en cuenta ese ejemplo extraordinario,  ¿serán capaces SS de torcer la cara y no  encontrar la forma de hacer lo que deben hacer ? ¿Seguirán sordos a la llamada de la historia? De esta pandemia vamos a salir heridos de gravedad; la recuperación va a tardar años, miles -digo bien, miles - de empresas se habrán ido para siempre y otras miles deben tener ayuda para nacer y reconstruir el país bajo modelos nuevos apoyados y sostenidos por la tutela de lo público. En esas circunstancias, lo que ahora se inicie debe contar con la seguridad de continuidad en el tiempo y en las legislaturas: debe ser una tarea común para todos y comprometida por todos. No servirá que, dentro de unos años, un cambio político pare lo iniciado buscando el inicio de otra idea. Si tal sucede, con perdón, la habremos cagado una vez más y habremos perdido un tren que no nos va a esperar.

Debemos ganar el futuro trabajando desde ahora y debemos iniciar una ruta bien definida y dibujada; debemos planificar, estructurar, estudiar, decidir, elegir y trabajar para todos con el soporte de todos. Tal como vamos, nos aguarda un fracaso basado en la irresponsabilidad de una clase política que no habrá sido capaz de estar a la altura de lo que el momento exige, ni más ni menos. Que ninguno de ellos mire a otro lado buscando al culpable: cada mañana lo tiene delante en el espejo de su cuarto de baño.

¿Y si trabajamos juntos?