viernes. 19.04.2024

Baltasar Garzón funda un nuevo partido

Voces informadas anuncian que Baltasar Garzón y la señora Talegón han fundado (o piensan hacerlo) un nuevo partido de izquierdas.

Me pregunto si es posible que exista una angustia existencial en algunos sectores de la izquierda. Lo digo por la hiperinflación de grupos y grupúsculos, de partidos y partidillos que surgen en el universo gelatinoso de la izquierda. Voces informadas anuncian que Baltasar Garzón y la señora Talegón han fundado (o piensan hacerlo) un nuevo partido de izquierdas. Pocos éramos y parió la abuela, diría alguien con sentenciosa retranca. Que la izquierda no goza de la salud que requieren las circunstancias, es cosa sabida. Y un síntoma de esa insuficiencia podría ser la vocación salvífica de quienes, con justa insatisfacción, en vez de acercarse a la formación política que más se les aproxima se meten en el obrador de los artificios y, ¡hala!, a fundar un nuevo partido.

Entiendo que el objetivo no es principalmente la captura del «disputado voto del señor Cayo» sino de un intento de regeneración de la política que se marida con la total negación de que las actuales izquierdas son irreformables. Lo cual tiene una apariencia de verdad, pero una apariencia puede no tener correspondencia con tal como son las cosas. Mi admirado Baltasar Garzón es posible que no haya caído en ese detalle que no es insignificante. De Talegón poco puedo decir porque no he tenido el gusto de conocerla.

Pues bien, ya tenemos otro partido llamado. Se llama La Izquierda.  Y sobre ese nombre quisiera hacerle una observación a Baltasar Garzón. Es sabida la diferencia entre los artículos determinado e indeterminado, al menos en la lengua castellana. Si el nuevo partido se llama la izquierda está queriendo decir, aunque sea involuntariamente, que él y solo él es de izquierdas, lo que implica que el resto de las formaciones que se reclaman así lo hacen de una manera inapropiada. Sé que no es esta la intención de Garzón y Mayor Zaragoza. Pero las convenciones gramaticales están para algo. Lo que sabemos desde, por lo menos, don Antonio de Nebrija. Cambiése, pues, el nombre.

Con todo, la cortesía me obliga a esperar la exposición de motivos de los fundadores de este partido (con su nombre actual o con otro que sea apropiado).

y la declaración de intenciones para fundar dicha organización. Pero, de entrada, me aventuro a dar una opinión provisional: hubiera sido más pertinente que Baltasar Garzón y Federico Mayor Zaragoza (otro de sus miembros) se hubieran ofrecido a la fuerza política que le es más próxima  para lo que hubiere de menester, partiendo de la base de que no todo se ventila en el Parlamento. O que ellos mismos, que gozan de una gran experiencia en ciertos temas –por ejemplo de la Justicia y la cooperación mundiales—siguieran militando en esos campos. Hubiéramos ganado todos.

Baltasar Garzón funda un nuevo partido