jueves. 28.03.2024

Pedro y los demás

Con periodicidad mensual el instituto de opinión MyWord realiza para la cadena SER ( Observatorio de la SER) una encuesta que además de proporcionar valiosa información sobre la evolución de las preferencias e inclinaciones del voto político, da cuenta de los estados de opinión sobre cuestiones de actualidad directa o indirectamente relacionadas con actitudes que en mayor o menor grado tienen su reflejo en el voto y en sus motivaciones.

Sin embargo, el método de entrevistas (online) utilizado presenta un sesgo estructural asociado al uso no homogéneo de ese medio (internet) por parte del universo de potenciales electores. Es decir hay un sesgo debido a la mayor propensión al uso de ese medio por parte de unos tipos de electores respecto a los demás. Eso se corresponde bien con la interesante caracterización que la propia Belén Barreiro, directora del mencionado Instituto, hace de la población en el reciente y sugestivo análisis de sus comportamientos sociológicos y muy particularmente de sus actitudes políticas (“La sociedad que seremos”. Ed. Planeta) al distinguir 4 categorías básicas distribuidas a un lado u otro del universo digital : digitales acomodados, digitales empobrecidos, analógicos salvados y analógicos hundidos.

De ese modo, en los resultados de esas entrevistas periódicas aparece sistemáticamente una consistente desviación entre el ‘recuerdo de voto’ (memoria) y el voto realmente ejercitado (resultados electorales) que no cabe atribuir a lapsus  o deformaciones más o menos intencionadas de esa memoria, sino más bien a una sobre/infrarrepresentación, en la muestra, de los votantes de unos partidos respecto a otros.

Así por ejemplo, de manera clara e invariable se observa que la intención de voto expresada hacia PODEMOS está sensiblemente por encima del voto ejercitado en realidad en la elección más próxima ( del pasado o del futuro).

El (desconocido y bien custodiado) modelo utilizado para “transformar” la intención de voto directamente expresada por los entrevistados en pronóstico de resultados, sin duda ha tenido en cuenta ese sesgo hasta el punto de que, en realidad, una vez que esa desviación entre recuerdo de voto y voto ejercitado se corrige aplicando a la intención de voto el correspondiente índice, se comprueba que los resultados obtenidos son prácticamente idénticos , en todas y cada una de las opciones /partidos, a los reflejados en dichas encuestas como voto más probable o pronosticado.

Naturalmente ese mismo sesgo está presente aunque sin corregir en las respuestas que los encuestados dan a las diferentes preguntas que se les formulan, de manera que si bien aquellas son válidas como indicadores de las preferencias que expresan los votantes de cada partido , lo son bastante menos cuando aparecen englobadas en su conjunto (“todos”) ya que estas últimas se ven afectadas por la infra/sobre representación de las diferentes opciones en el total de la muestra sobre la que se ha efectuado la consulta.

Tomando como ejemplo la última de las encuestas realizadas por MyWord (12/06/2017) se detecta una cuantificable sobrerepresentación de PODEMOS y de CIUDADANOS y por el contrario una mayor infra-representación del PP -igualmente cuantificable-, junto a una ligera infrarepresentación del PSOE. También están claramente sobrerepresentados el resto de los partidos (otros) y en cambio infrarepresentado el subconjunto de las opciones de voto en blanco, nulo o abstencionistas, debido al peso de estos últimos.

Por consiguiente, los muy interesantes resultados reflejados en esa última encuesta que a continuación se comentan han de matizarse a la vista de los referidos sesgos.

Tres son los bloques temáticos en que se pueden agrupar las distintas preguntas de esa Encuesta:

  • Sobre los efectos de los resultados de las primarias del PSOE, con la renovada elección de Pedro Sánchez como secretario general.
  • Sobre la aceptación o valoración de los candidatos presidenciales que muy probablemente concurrirán en las futuras (¿próximas?) elecciones generales.
  • Sobre el estado actual de las preferencias de los electores.

Del primero de esos bloques es de destacar la excelente acogida que el resultado de las primarias del PSOE ha tenido entre los votantes del ala izquierda del electorado (PSOE/PODEMOS), bien  distinta por cierto a la que suelen difundir los ‘medios’. Reacción simétrica por lo demás al disgusto de los del ala derecha (PP y C’s), con la significativa adhesión del periódico de mayor tirada.

El interés de tan predecibles reacciones estriba sobre todo en que, contrariamente a lo que predica la mayoría de tertulianos y comentaristas políticos, tres cuartas partes de los votantes de PODEMOS consideran positivo (55,9%) o muy positivo (18,8%) dicho resultado, frente a la escasa minoría (13,4%) que lo considera negativo (11,1%) o muy negativo (2,2%).

Juicio que se refuerza con la confianza que depositan esos mismos votantes sobre el futuro de las relaciones que el PSOE tendrá con el partido de su preferencia: el 45% cree que mejorará, frente al escaso 7,9% que opina lo contrario (‘empeorará’). Mucho más atenuada resulta esa optimista predicción entre los votantes del PSOE, ya que la mayor parte (42,8%) piensa que la relación con PODEMOS permanecerá igual, frente a porcentajes del 22% y del 20% que suponen respectivamente que mejorará o que empeorará; porcentajes que respecto a la futura relación de ese partido (PSOE) con Ciudadanos se sitúan en el 16,7 % (mejorará) y en solo el 15,4% ( empeorará).

Por el contrario el disgusto entre los votantes del PP es más que evidente: el 80% de ellos consideran que dicha elección es negativa “para la política española y para el futuro del país”, frente a una minoría de esos votantes de derechas que la consideran positiva (9,5%) o muy positiva (0,4%). Algo más matizada, aunque similar en su orientación, resulta ser la reacción de los votantes de su recambio naranja, que en una significativa mayoría (53,3%) considera que Pedro Sánchez es una mala noticia ( pese a haber sido más que su potencial aliado apenas hace un año) , frente a un tercio ( 32,5%) que lo ha recibido positivamente .

Al mismo tiempo, los votantes de derechas –que recordamos están infrarepresentados en la muestra- ven en ese retorno del secretario general del PSOE una ‘amenaza para la estabilidad’ (así lo expresan más de dos tercios de los votantes del PP  y más de la mitad de los de C’s).

Si en opinión de los votantes del ala izquierda del electorado la elección de Pedro Sánchez se juzga positiva para el país, igualmente positiva – aunque un poco menos- se considera que lo es para  el PSOE. Lo contrario sucede, en rigurosa simetría, en las opiniones de los votantes de la derecha (de la azul de siempre y de la anaranjada).

Particular interés tiene la valoración que los encuestados expresan sobre los presidenciables y la evolución experimentada al respecto. Preguntados sobre quién les parece mejor -o menos malo-, sobresale Pedro Sánchez doblando las preferencias sobre el actual ( Mariano Rajoy) , que resulta ser con diferencia el peor valorado (solo lo prefiere el 15,6% de los encuestados). Ese dato, aunque se corrigiese algo por la infrarepresentación que los votantes del PP tienen en la muestra , refleja con claridad hasta cuanto de falsaria tiene la argumentación que una y otra vez esgrime Rajoy sobre una pretendida legitimidad basada en “lo que han votado los españoles” (por encima-según él  del rechazo mostrado a la metástasis de corrupción que cada día se les presenta ante sus ojos).Es más, desde enero de 2015 su imagen es la que mayor deterioro ha sufrido, ya que el 23,4% que por entonces expresaba tal preferencia ha quedado reducido a un casi insignificante 15,6% que la mantiene ahora .Y es que, para mayor abundamiento, el actual presidente es el que registra el más débil apoyo entre los propios votantes de su partido: tan solo un 58,2% frente, por ejemplo, al 86,7% que recibe entre los suyos el líder de Ciudadanos o el 79,1% que entre los del PSOE recoge Pedro Sánchez.

Con todo el mayor de los desgastes registrados lo sufre el líder de PODEMOS, quien pese a su refrendo en Vista Alegre II, ha pasado de tener una elevadísima valoración entre todos los encuestados en 2015 (el 44,4%) – en aquél momento la máxima de todos los líderes--a quedar relegado a un modesto tercer lugar (24,8%); apoyo en realidad aún más bajo si se tiene en cuenta la sobrerepresentación que los votantes de su formación tienen en la muestra seleccionada para las entrevistas. Modesto apoyo que igualmente se sitúa en tercer lugar al considerar el que cada uno de los líderes recibe de los propios votantes de su mismo partido, ya que solo el 63% de los seguidores de PODEMOS lo consideran el mejor presidente (o el menos malo). Es decir algo similar a lo que les sucede a los votantes del PP con su actual líder, que es justamente lo contrario de lo que ocurre con el del PSOE (79,1% de apoyo entre sus votantes)  y más aún al de C’s (con un 86,7% de apoyo entre quienes votan a ese partido).

Finalmente en el bloque predictivo la encuesta refleja los actuales apoyos electorales de cada formación y sobre todo –lo que es más significativo - su tendencia a partir de la evolución registrada en sucesivos sondeos.

Tomando como referencia una situación bastante anterior (enero de 2015) a la de la última confrontación electoral ( junio 2016) , se observa una sensible recuperación del PP que supera sus horas más bajas (24,6% en enero de 2015) pasando ahora a una posición intermedia (28,6%) entre la de aquellas fechas y su punto álgido registrado  precisamente en torno a las elecciones de junio del pasado año (33%), celebradas en una coyuntura muy particular (temores e incertidumbre tras el resultado del Brexit, entre otros factores favorables para la victoria del PP.).

Mientras, en el extremo opuesto , PODEMOS ha sufrido una evolución menguante que con muy leves altibajos se precipita desde el 31% registrado en torno a enero del 2015 , al 19% que ahora le pronostica la última Encuesta de MyWord, ahondando la pérdida ya registrada en las últimas elecciones (el 21,1% del 26-J).

Ligera recuperación dentro de un perfil de sustancial estancamiento es la experimentada por el PSOE que de aquel 19 % de enero de 2015 –su cota más baja- logra colocarse en el actual 24,8% mejorando en dos puntos la marca electoral alcanzada hace un año.

Finalmente en CIUDADANOS el fulgurante ascenso desde el inicial 5% de Enero de 2015 (a raíz de su primera comparecencia en público ) hasta casi el 20 % tres meses después (abril de 2015), ha dado paso a una estabilización en torno a la sexta parte del electorado (territorialmente muy desigual en su distribución), tras pasar de la puntuación más baja en junio del pasado año (13,1%) -corolario de su  desastrosa campaña-, al actual 15,7% que obtendría según la última encuesta de MyWord.

Panorama pues de franca consolidación de la quiebra del turnismo bipartidista, con importantes escollos en la búsqueda de nuevos equilibrios para la formación de mayorías, cuya superación requeriría una gran inteligencia en el manejo del tiempo político y en definitiva en la acertada combinación de tácticas y estrategias. Requisitos que, por desgracia no parecen vislumbrarse actualmente en quienes protagonizan la ‘representación’. Pero esto es ya otro asunto que habrá de ser retomado en breve.

Pedro y los demás