miércoles. 24.04.2024

Lo nacional

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Uno de los hechos que más van a dificultar el encuentro de una solución al problema político que el Reino de España tiene con Catalunya y de paso al problema que internamente tiene Catalunya, así como el de la relación de ésta con España, reside a mi juicio en lo siguiente:

En España, la mayor parte de la minoría que no recela,abomina, o directamente odia, Catalunya (y lo catalán) y que siente de algún modo simpatía por los catalanes y lo catalán, lo hace solo en cuanto los catalanes son “lugarareños” de una de las regiones de España, pertenecen a ésta , es decir les pertenecen.

Pero esa simpatía (que no empatía) de la mayor parte de la susodicha minoría es muy distinta a la que pueden sentir por los “nacionales” de otros países (italianos, islandeses, croatas o guatemaltecos...) con los que pueden simpatizar o empatizar en cuanto tales, es decir en tanto italianos, islandeses, croatas o guatemaltecos, con su lengua, su literatura, su música y sus himnos, su cocina, sus emblemas y banderas, su historia, sus costumbres, su soberanía política etc.

Yo en cambio la simpatía y atracción que siento , por ejemplo, por lo “ italiano” o los italianos (estereotipo) es de la misma naturaleza –no son los míos- que la que siento por Catalunya , lo catalán y los catalanes ( en general, también como estereotipo, sin entrar en demasiadas distinciones).......y mi simpatía hacia Italia lo es a pesar de que de allí son Berlusconi, Salvini y Renzi ( y a pesar de lo que los sostiene y de quienes los sostienen ...)...y donde dije Italia y todavía con mayor motivo (aunque por desgracia con menor conocimiento), he de decir Portugal

Lo de los españoles respecto a Portugal da para otro comentario; muy parecido en el fondo a lo que ocurre con Catalunya, pero manifestado no como odio (por temor a la pérdida de lo que nos pertenece), sino como menosprecio y ninguneo (como reacción por la irreversible pérdida de lo que creen que nos perteneció)

Esa reacción visceral ante el miedo a perder lo que nos pertenece (por derecho natural), emocionalmente es muy similar a la que se da en el hombre en su relación de pareja y cuya manifestación más aberrante- en tanto machismo- es la violencia de género. Es por ello que el comportamiento de las huestes de Rivera&Arrimadas y Casado –sin distinción de género[1]- sea tan próximo en su odio incluso estéticamente, a la del machirulo, humillado o herido en su orgullo o vanidad de hombre, que menosprecia, humilla e incluso maltrata hasta acabar con la vida de su pareja ( y de sus hijos si llega el caso), cuando su posesión está en riesgo.

[1] Nada lo ilustra mejor que la imagen de Arrimadas enarbolando la rojigualda en la tribuna del Parlament, con otro  banderón de España como fondo.

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