viernes. 29.03.2024

Hasél, héroe o villano, o cómo la prensa ha conseguido dividirnos

hasel

Bravo, bravo, bravo, hemos vuelto a picar el anzuelo, hemos vuelto a caer en el cepo cual animal sediento de sangre fresca, porque a eso se dedica la prensa mediática, a ofrecer sangre fresca, y una vez más lo han conseguido.

Pablo Hasel, un perfecto desconocido para el 99% de los que hablan de él, se convierte en el centro de atención de un asunto demasiado trascendental para la opinión pública que, hace que los poderes mediáticos procuren focalizar y personalizar para que pase de pies juntillas el verdadero problema, la libertad de expresión.

La maquinaria política y el cuarto poder, han sacado todo el armamento para dividir a la sociedad, y lo han conseguido, por un lado abundando en la búsqueda de tuits con tilde machista para poner a un amplio porcentaje de feministas en contra de una persona, ese feminismo necesario en la lucha callejera ha olvidado lo esencial, poder decir lo que te dé la real gana sin necesidad de pisar un juzgado, mucho menos por la cárcel, por supuesto.

Por otro lado, varios junta letras no han tardado en difundir verdades a medias, bueno que coño, mentiras del tamaño del hotel donde se hospeda otro de los protagonistas de la historia, el fugado defraudador de hacienda, Juan Carlos, al cual se les ha escondido demasiado bien de toda la polémica, a fin de cuentas, Hasel entra al talego por las declaraciones sobre el emérito.

Sabiendo que los simpatizantes de Unidas Podemos podían unirse en masa a las protestas, no tardaron varios medios en expandir noticias falsas atribuyendo al líder del moño declaraciones totalmente falsas acerca del rapero, rapero que no olvidemos, ha puesto a parir al capitán del equipo morado.

Esos videos de Hasel dando cera a su tocayo no tardan en volar por redes sociales, ¿la razón?, dividir a los seguidores morados de tal modo que solo apoyen la causa, que no a él, los que realmente ven el trasfondo del problema, se nos ha quitado de las manos uno de nuestros bienes más preciados, la libertad de poder decir sin miedo a ser encarcelados lo que pensamos, la libertad de tener una opinión personal, vamos, lo que tendría que ser lógico en una democracia plena, o al menos, así lo entiendo yo.

Los que hemos pasado por el yugo de la dictaduras que no permiten expresarnos libremente, sabemos de qué hablamos, por eso puede, que no siendo partidario o simpatizante de Hasel, de muchos de sus textos o declaraciones, lo ético es que empatice con él, no hacia su persona, si hacia su situación.

¿Es casualidad que fuese detenido cuatro días después de que se cumpliera el plazo para que se entregara voluntariamente? ¿Es casualidad que aparezcan más sentencias dos días después de ser detenido? Nada es casualidad en esta vida.

A dos días de terminar el plazo de entrega voluntaria del rapero en el talego, se celebraban elecciones en Cataluña, no podía permitirse otro 1 de octubre lleno de “altercados”, quedaban mejor las imágenes de mesas electorales con personal disfrazado de enfermera, y es que para votar, el único acto democrático que se puede hacer en este país bajo el amparo legal sino es 1 de Octubre, no hay pandemia, mientras miles de personas votaban en Cataluña, en Madrid no era permitida por el delegado del Gobierno del Psoe, José Manuel Franco Pardo, una manifestación en favor de los servicios públicos, esto tampoco lo habrá escuchado ni leído en los grandes medios.

Tampoco es casualidad, ¿en qué cabeza cabe señalar al Psoe como responsable de permitir en Madrid un sábado una manifestación antisemita que aplaude a la División Azul mientras niega la celebración de una en favor de servicios públicos al mismo tiempo que a 600 kilómetros tenía que hacer valer su efecto Illa?

Pablo Hasel no es otra cosa que la cabeza de turco de una justicia fascista, solo hay que ver los dos entogados que le han llevado al trullo, Concha Espejel, quien modificara el sistema de reparto y elección para que le tocara el caso Gürtel, lo que propició que tuviera que ser apartada por proximidad al Partido Popular, ya solo con esto se puede entender que las letras de Hasel gustar, lo que se dice gustar, no creo que le gusten. El segundo de a bordo para juzgar a Hasel se llama Nicolás Poveda, miembro del ala más conservadora del poder judicial , se presentó a unas elecciones bajo las siglas de la Falange, siendo estudiante presentaba maneras, formó parte del Frente de Estudiantes Sindicalistas, reclamaban ser sucesores del Sindicato Español Universitario falangista, vamos, otra joyita que no creo que sepa lo que es mantener su ideología ultra de su deber de neutralidad a la hora de juzgar a alguien que piense distinto a él.

Pero centrémonos en lo importante, en la división de fuerzas para ocultar la realidad, que mientras para ese bando ultraconservador, Hasel es la cabeza de turco para que nadie vuelva a rapear los textos que en prensa extranjera salían meses después, que el fugado es un chorizo que ha defraudado a hacienda, que vive a cuerpo de rey sin doblar el lomo en hotel en Abu Dabi pagado por los españoles, y que durante años hemos pagado sus tropelías y las de todo su séquito de vagos a fuerza de tarjetas black, para el otro equipo no es otra cosa que la gota que colma el vaso del hartazgo, y ahí es donde hay que separar, no solo con los puntos que han leído más arriba, tienen que salir a la luz a diario, en prime time, en cabecera de telediarios, en portadas de panfletos a todo color, de los tertulianos mejor ni comento, los putos contenedores ardiendo, los mismos putos contenedores en los que diario miles de personas buscan restos de comida, ésta última imagen no la verán en el telediario ni en los panfletos claro, interesa la de los que arden, del mismo modo que tampoco interesa la de los bomberos portando pancartas de “Libertad de Expresión, Libertad Pablo Hasel”, curioso que quien los apagan en lugar de quejarse por apagarlos, sepan ver algo más que la acción de la quema de estos, y es la de que estamos ya un poco bastante hasta los cojones.

Ayuso habla de políticos que alientan a la violencia, cuando en plena pandemia en la comunidad con más fallecidos, en la comunidad en la que se dejaron morir a más de 7.000 personas en residencias por no trasladarlas a hospitales, decía, “lo de Núñez de Balboa les va a saber a poco”. Recordemos que en Núñez de Balboa en pleno confinamiento total, una serie de engominados cayetanos salían sin permiso a aporrear con sus palos de golf las señales de tráfico ante la pasividad de las FFCCSE, las mismas que a mí me identificaban el otro día en un encierro en la Gerencia de Atención Primaria de Madrid, las mismas que el sábado pasado me abrían la mochila al acercarme a la Plaza de Callao mientras al del fachaleco que salía de el Corte Ingles no le decía ni “mu”, y es que de eso se trata, de la diferencia de trato a unos y a otros, no de Pablo Hasel.

Hablan de contenedores ardiendo, ojo, que no soy partidario de que se quemen, pero si entiendo, aunque no comparta, que quien lo haga, está a un nivel por encima del mío en cuestión de hinchada de pelotas, hablan del gasto que supone la reposición de esto, y por ahí es por donde no paso mientras hemos pagado 750 pavos por cada puto banco de la estafa de construcción del hangar Zendal. No soy nada partidario de la violencia, no soy nada partidario de los saqueos, pero tampoco usare estos para tapar la realidad.

Estamos sumidos en una época en la que tertulianos hacen de periodistas, en la que periodistas se dedican casi en exclusividad  a reproducir notas de prensa sesgadas y redactadas cual anuncio propagandístico, hace falta más periodismo callejero, más periodismo objetivo, más periodismo sin pelos en la lengua, y sin miedo a perder su trabajo  porque su jefe de redacción está afiliado a un partido, o porque su medio de prensa en realidad no es suyo, es propiedad de una entidad bancaria con intereses personales. Hace falta más pueblo hablando en las calles.

No podemos dejar que se nos ciegue como si se tratase de la peli del Joker, donde unos hacen reflexión acerca de cómo puede llegar Joaquin Phoenix es el vengador, otros piensan que es injustificable su violencia, y otros solo ven una figura mediática extraída de la saga de Batman pero son incapaces de analizar el trasfondo de la peli, del mismo modo que donde unos ven a Hugo Weaving en V de Vendetta como un héroe y otros como un villano, tanto Joker como V son víctimas de un sistema, pero es ficción, así que podemos entrar en ese debate, pero Hasel no puede ser ni héroe ni villano, ni mártir siquiera, hay que centrarse en que simplemente es el fruto de una anomalía del sistema al que todavía tienen la poca vergüenza de llamar democracia plena y consolidada, y ese el que tiene que ser el verdadero foco del debate. ¿Cuántas aberraciones se dicen en series de televisión, películas o juegos de consolas y ninguno de sus creadores no es que no pise cárcel, sino que es del todo inadmisible pensar siquiera que llegaran a pisar un juzgado?, ¿ripeándolo si? Venga cojones, que no es Hasel, es la puta acción de quitarnos la liberta de expresión, y eso es del todo intolerable., y eso es lo que tenemos que defender.

Ojo, no olvidemos, la jornada laboral de 8 horas reduciendo así las 14 que teníamos instaurada, no se consiguió pidiendo las cosas por favor, busquen en la hemeroteca como esos luchadores tumbaban un tranvía, reflexionemos de todo un poco, dejemos de focalizar todo en una persona, dejemos de personalizar los actos que tienen que ir enfocados al conjunto de la ciudadanía, y lo más importante, tomemos de nuevo las calles pacíficamente, pero no solo detrás de la pancarta con el nombre de nadie, si no detrás de todas las pancartas que de algún modo si no nos representan directamente, si representen la libertad y la defensa de lo público, tomemos las calles en nombre de la escuela pública, de la sanidad pública, de las residencias públicas, de los servicios públicos en general porque lo público representa libertad, de los riders explotados por multinacionales, de las camareras de piso, de las asistentas a domicilio, de todo lo que representa al pueblo, porque solo el pueblo salva al pueblo.

Por cierto, y ya despidiéndome, ninguno de los detenidos en las más de 200 concentraciones a lo largo y ancho del reino constitucionalista este que le llaman, ha sido por saqueos, a ver si los de los saqueos son de los suyos y nos la están colando también, denle unas vueltas a esto.

Hasél, héroe o villano, o cómo la prensa ha conseguido dividirnos