sábado. 20.04.2024

La gestión ineficiente no es un valor político

La elección a la Asamblea de Madrid ya está en pleno furor. Ya conocemos los candidatos de los partidos, incluso de Ciudadanos. Algunos medios han dejado asentar una impresión poco fundada, pero que ha calado en algunos comentaristas, a saber, que la candidata del Partido Popular y Presidenta de la Comunidad, Díaz Ayuso, no sólo recogerá votos de su partido, sino también de los votantes de Ciudadanos y, por su inclinación ultraderechista, de Vox. No hay datos sociológicos que avalen esta impresión interesada, pero se deja destilar a ver si cala. Lo que sorprende es que esa impresión que otorga un victoria fácil a la Presidenta Díaz Ayuso haya podido asumirse en algunos medios de comunicación, porque la gestión de la candidata del Partido Popular ha sido tan nula, tan vacía y tan ideológica que sorprende que alguien, con independencia de sus convicciones políticas, se plantee en serio que esta señora ha de repetir Gobierno. Estas calificaciones de la gestión de Díaz Ayuso no son improperios huecos, como veremos a continuación.

¿Cómo ha sido la gestión de la Presidenta Díaz Ayuso desde agosto de 2019?

Primer dato: no ha logrado aprobar un Presupuesto, a pesar de tener mayoría parlamentaria suficiente. ¿Qué denota este dato? Incapacidad de dirección. En el sistema parlamentario hay que combinar los apoyos de la Cámara, hacia derecha y hacia izquierda, pero Díaz Ayuso, coaligada con Ciudadanos y necesitada del apoyo externo de Vox, no ha tenido capacidad para aunar a ambos partidos para consensuar un Presupuesto mínimo. No hay que extrañarse, porque la capacidad de dirigir no parece una cualidad de la todavía Presidenta.

Segundo dato: la gestión del coronavirus. Díaz Ayuso ha empleado la pandemia para reafirmar ante la opinión pública una imagen de Juana de Arco contra el malvado Gobierno de Sánchez. ¿Y además de provocar una y otra vez al Presidente y al Ministerio de Sanidad, qué más ha hecho en la lucha contra la pandemia? Ha levantado un hospital sin quirófanos, que es la admiración del mundo y de algunos planetas próximos a la Tierra. Y por si algún país no había conocido las maravillas del Hospital Isabel Zendal, la Presidenta organizó una visita de diplomáticos extranjeros acreditados en Madrid… Pero, con hospital o sin hospital, los datos sobre el contagio de la Comunidad de Madrid son los peores de toda España, salvo las dos Ciudades Autónomas.

Y no debe extrañarnos que los datos sanitarios de Madrid sean los peores de España, porque en lugar de preocuparse por limitar seriamente los contactos sociales, la Presidenta Díaz Ayuso, convertida en representante y líder del sector madrileño de la hostelería y la restauración, ha optado por dar manga ancha a restaurantes y bares para que los ciudadanos se puedan relacionar en proximidad. Y está animando al turismo francés de fin de semana para que vengan a Madrid, traigan sus contagios desde Francia y puedan llevarse más virus a su país.

Es decir, la intervención de Díaz Ayuso frente a la pandemia ha girado en torno a varios ejes:

  • Atacar y deslegitimar al Gobierno del Presidente Sánchez para que la opinión pública conservadora vea en ella la nueva versión de Esperanza Aguirre, frente a la supuesta tibieza de Pablo Casado. Díaz Ayuso ha imitado a Torra en su enfrentamiento banal con el Gobierno, hasta el extremo de que hubo algún constitucionalista que propuso se aplicara el artículo 155 a la Comunidad de Madrid.
  • Favorecer al sector privado, sanitario y no sanitario, a costa de debilitar el sector público autonómico.
  • Incitar al consumo de la hostelería y restauración a costa de provocar mayores contactos humanos.
  • Desentenderse de una buena gestión sanitaria en beneficio de la pura propaganda: hospital Isabel Zendal sin medios sanitarios ni humanos, privatización de la vacunación, olvido de las residencias de mayores durante las primeras semanas de la pandemia.
  • Comportamiento privado poco ético al recluirse en un apartamento alquilado por el que pagó una renta muy inferior al precio usual de mercado. Como es sabido, los préstamos de Aval Madrid al padre de la Presidenta constituyen un antecedente poco edificante.

Pero, sobre todo, Díaz Ayuso ha roto el sustrato político, el contrato social en que se ha basado el Estado de Bienestar. La frase “Socialismo o Libertad” tiene una gran carga inconstitucional y política, porque niega que la socialdemocracia sea, como es, un pilar del Estado Social, un pilar del gran pacto derecha–izquierda que ha permitido que media Europa disfrutara de democracia y bienestar desde 1945. La frase es una declaración de guerra no sólo al socialismo democrático, sino, sobre todo, al pacto social que permite que la sociedad conviva pacífica y democráticamente. Díaz Ayuso estará muy a gusto con la desafortunada expresión que le preparó Miguel Ángel Rodríguez, pero a la larga la lamentará, porque su asesor la ha sacado a empellones del pacto que permite la existencia del Estado Social.

Con esta figura, ¿es imaginable que una mayoría de ciudadanos, por conservadores que sean, vaya a votar a esta Presidenta? Con un candidato socialista honesto, con buena gestión demostrada en el Ministerio de Educación, dispuesto a pactar a derecha y a izquierda, ¿es imaginable una mayoría electoral en favor de Díaz Ayuso?

La gestión ineficiente no es un valor político