lunes. 20.05.2024

Capitalismo estamental

Capitalismo estamental es una forma sui generis de practicar capitalismo que hace furor en nuestro país, adornando de este modo con una más de sus peculiaridades...

Capitalismo estamental es una forma sui generis de practicar capitalismo que hace furor en nuestro país, adornando de este modo con una más de sus peculiaridades a esta tierra digna de admiración, sorpresa o de la perplejidad que ha animado a tanto hispanista. Finalmente, una más de sus contradicciones.

Y es que el modelo español de capitalismo de corte estamental, supone una paradoja que no resulta fácil explicar que produce a la vez asombro e incredulidad. Todo capitalismo tiende a utilizar todos los recursos a su alcance para ponerlos a disposición de los jugadores, de todos los jugadores, que en el mercado actúan en función de sus intereses y desplegando sus habilidades. En este combate por la utilización de los recursos en beneficio propio se producen fricciones, desigualdades, injusticias y hasta crueldades innegables, pero a cambio otorga una  cierta compensación en forma de mecanismo meritocrático de acceso al poder y la riqueza. No es sencillo, pero el mercado podría compensar las deficiencias adscriptivas de una persona por ser mujer, negro, homosexual, o simplemente no pertenecer a la casta de los poderosos de toda la vida.

En principio en el régimen capitalista el dinero sustituye a la hegemonía de la sangre (roja o azul), la arbitrariedad del género del sexo (hombre o mujer), supera la adhesión eclesial (laica o religiosa), desvanece la preferencia sexual (hetero u homo) y convierte el color de la piel en un exotismo. Pero mantenemos que esto sucede en principio, en la formulación ideal del capitalismo que sufre serias desviaciones en su aplicación práctica.

En España, la deriva del modelo capitalista respecto de su canon podría definirse como el de un capitalismo estamental, es decir un modelo de economía capitalista en el que el mercado meritocrático ha sido desplazado por la de un mecanismo de reconocimiento y justificación de la posición ganada por la alcurnia y pertenencia a alguna de las familias de siempre, formar parte de la Iglesia carpetovetónica y/o mantener silencio y soportar con resignación las injusticias que pudieran producirse pos resultar ser mujer, maricón o cineasta.

Porque en España lo que se lleva es un modelo de capitalismo, esto es de explotación de todos los recursos al alcance, pero al alcance solo de la mano de los estamentos de siempre, la familia aristocrática, la burguesía pía connivente y las santa madre iglesia. Ellos son quienes dominan el mercado, lo ocupan hasta desplazar la llegada de terceros, y luego ya se apañan entere ellos. De cuando en cuando aparece un “advenedizo” que si con el tiempo da muestras de fidelidad será admitido con todas las de al ley (pj Mario Conde en su momento de gloria) tras un riguroso proceso de evaluación (en el que se halla Amancio Ortega). Si no se supera con aprovechamiento el advenedizo es expulsado con rigor bíblico (pj Ruiz Mateos a manos del Opus/Vals o Díaz Ferran abandonado a su suerte).

Una vez situado y consolidada la posición estamental por la pujanza de la sangre, la dádiva o la cooperación con los pares, el estamento refrena la liberalidad del capitalismo, bloqueando el mercado o modulando su energía centrífuga, y dedica su potencial al cultivo y protección de los intereses del grupo estamental de que se trate. Esto es así desde los tiempos de Felipe IV en el que el primer provisor de fondos para el estado era la compra de méritos para formar parte de uno de los grandes estamentos, la aristocracia, la iglesia o la administración. Pero en 1600 la cosa era transparente, no era necesaria la ficción del mercado para ocupar el poder y manifestarlo abiertamente, pues  al formar parte de un estamento uno disponía de jurisprudencia propia y un blindaje que sólo limitaba con el de los otros estamentos. 

Las prebendas del rey han sido subsumidas por el mercado, pero el instrumento de pertenencia a la clase elegida no. La encomienda ha desaparecido, pero los comendadores no.

¿No es acaso España el país en el que las empresas más importantes están dominadas mayoritariamente sus consejos por apellidos nobles? ¿Hay algún otro país en el que las direcciones de sus empresas se nutran de la cuna y no en la pugna? ¿Hay un registro de la propiedad que acepte sin inmutarse el cambalache de las inmatriculaciones de propiedades públicas y privadas de la Iglesia que no sea España? ¿Hay algún otro país en el que las mujeres trabajadoras sean sospechosas de querer ser productoras y no solo reproductoras y de que no se les va a poner fácil? ¿Hay algún otro país en el que la presión lobbista se haga en fin de semana en la finca de caza?

¿Hay algún país en el que hasta sus espectáculos, pagados o subvencionados con dinero público se transformen en corridas goyescas con los espacios preferentes ocupados por las caras y apellidos de toda la vida?  Si, se llama España y su mejor fotografía esta en el palco del Bernabeu y también en el Open de tenis de su capital.  

No hay ningún otro país, no lo hay con la raigambre y solera del capitalismo estamental español. ¿Paradójico? Si, pero de gran utilidad estamental, matas dos pájaros de un tiro: dominas el mercado por apellido y alardeas de merecerlo por talento.

Capitalismo estamental