miércoles. 17.04.2024

Madrid Nuevo Norte

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Ante las durísimas objeciones de expertos no me puedo quedar indiferente ni tranquilizarme con la legitima propaganda que está haciendo el gobierno municipal

MADRID NUEVO NORTE, actual denominación de la llamada “Operación Chamartín”, es un ambicioso proyecto de reforma y remodelación urbanística en un amplio sector del norte de la ciudad de Madrid. Una actuación que lleva cerca de 25 años dilatándose y que los sucesivos gobiernos de las tres Administraciones Publicas (Estado, Autonomía y Ayuntamiento) no habían sido capaces de poner en marcha.

Se trata de una intervención que, según argumentan sus impulsores,  pretende superar la importante ruptura urbana de la Estación de Chamartín, soterrando la estación y las numerosas vías e instalaciones que la rodean y generando una amplia zona verde, nuevas viviendas y centros de negocios y comerciales, mejorando la red viaria y los transportes públicos y también generando un importante polo de nuevas actividades y empleos.

Es evidente que una reforma de esa envergadura, de elevados costes y duración prolongada, requiere la colaboración de la iniciativa pública y la privada, de las tres Administraciones y de la representación de los intereses vecinales.

La izquierda madrileña ha sido muy critica con los sucesivos proyectos que se han ido poniendo encima de la mesa e incluso ha habido quienes han razonado que no era una prioridad para la ciudad y región de Madrid, que tenemos otras zonas en el sur y en el este con mayores urgencias sociales.

Había por tanto una indudable expectación sobre cuál sería la posición del ayuntamiento de Ahora Madrid y también de los socialistas madrileños (que dan soporte político y mayoría para gobernar al equipo de Manuela Carmena).

Las largas y complejas negociaciones no han sido nada fáciles y se han introducido importantes cambios sobre los antiguos proyectos.

A partir de su aprobación, la derecha madrileña ha sido muy beligerante contra el acuerdo, el PSOE lo ha apoyado (mostrando una vez más su lealtad al acuerdo con Ahora Madrid), aunque sin entusiasmo, y lógicamente la mayoría del equipo de la Alcaldesa lo ha defendido con fuerza.

Sin embargo, se han ido sucediendo importantes críticas muy significativas, tanto de ámbitos asociativos ciudadanos como de relevantes expertos del urbanismo de procedencia y trayectoria progresista.

Por mi parte he intentado seguir y conocer todo el proyecto y reconozco que no tengo claras las ideas y si esto me pasa a mí, que procuro estar informado de la realidad política, económica y social de mi ciudad y mi región, me figuro las dudas que se habrán generado en mucha gente, incluida la que se siente identificada con el gobierno de Ahora Madrid.

No podemos minimizar la importancia y trascendencia a medio y largo plazo del proyecto Madrid Nuevo Norte, por lo que resulta fundamental la exhaustiva información y transparencia del mismo. Comprendo que, en una operación de estas características, con intervención de tantos actores e intereses distintos, nadie puede, por decirlo de alguna forma coloquial, “ganar por goleada”, todos tienen que ceder algo, porque todos tienen que ganar algo, incluidos la banca y las empresas constructoras.

La cuestión está en el equilibrio de pérdidas y ganancias económicas y sociales. ¿Qué va a prevalecer, el negocio privado o los intereses públicos y ciudadanos? Y en ese orden de cosas tengo serios interrogantes.

¿Es posible un diseño con menor densidad de oficinas y centros comerciales? ¿No sería más prioritario una mayor presencia de vivienda social? ¿Se han considerado suficientes alternativas para evitar una brutal congestión de tráfico en toda la zona norte de Madrid? ¿Se han evaluado los efectos medio ambientales que una saturación de edificación y circulación puede producir en una ciudad, que tiene graves problemas al respecto y que estaba intentando poner algunos remedios en el centro de la capital?

Y por último y no menos importante, dados los precedentes de muchísimos proyectos urbanísticos, ¿Existen suficientes y eficaces instrumentos de seguimiento y control del desarrollo del proyecto a lo largo de los bastantes años que va a durar su ejecución, para evitar sobrecostes añadidos, desviaciones de gasto o graves alteraciones del proyecto original?

Son interrogantes de cuestiones estructurales, de fondo, que seguro que se han considerado por los responsables de la negociación, pero que en mi modesta opinión no están despejados ni mucho menos. Por supuesto que no coincido con las criticas de la derecha política y mediática, ni tampoco con las de el sector disidente del equipo de la alcaldesa, pero ante las durísimas objeciones de expertos como Eduardo Mangada y otros (no ha habido prácticamente ningún profesional progresista que haya defendido el proyecto tal y como está, salvo un reconocido arquitecto muy vinculado a la Alcaldesa) no me puedo quedar indiferente ni tranquilizarme con la legitima propaganda que está haciendo el gobierno municipal.

Resulta urgente e imprescindible que la Alcaldesa y su equipo expliquen y contesten con todo detalle, las profundas objeciones que se han producido y esa explicación (que no propaganda) tiene que llegar por escrito a todos los hogares de nuestra ciudad, por supuesto antes de que entremos en periodo electoral.

La izquierda madrileña nos jugamos mucho con este proyecto. Es la hora de la transparencia, la información y la coherencia.

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