viernes. 29.03.2024

Gobiernos autonómicos de izquierda: el primer paso

Las izquierdas de nuestro país no han querido, sabido o podido colaborar en el poder autonómico, salvo muy contadas experiencias.

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Las izquierdas de nuestro país, a diferencia de lo que ocurre en el ámbito municipal, no han querido, sabido o podido colaborar en el poder autonómico, salvo muy contadas experiencias. Incluso cuando lo han hecho, por lo general han terminado embroncados y renegando de la experiencia de coalición. Sin duda la desigual fuerza parlamentaria entre ellas, ha sido un factor de dificultad a la hora de establecer una sólida confianza y leal colaboración.

Las cosas han cambiado, aun no sabemos si de forma definitiva, y la mayor pluralidad de la izquierda y un cierto reequilibrio de fuerzas, puede dar paso a unas nuevas formas de relación mas estables, abandonando en unos casos actitudes de prepotencia, como ha sido bastante habitual entre los socialistas, y en otros la actitud de sistemático complejo de haberse “institucionalizado”.

Tras las elecciones del  24 de mayo, han surgido al menos tres escenarios interesantes y positivos en el ámbito autonómico: la Comunidad Valenciana,  las Islas Baleares, y Navarra, los tres con unas características diferentes.

En Navarra va a tener lugar una experiencia nueva de coalición entre la socialdemocracia de perfil abertzale de Geroa Bai, la izquierda alternativa vinculada a IU y la izquierda puramente abertzale de Bildu. De este pacto se autoexcluido el PSOE, agarrotado aun por el pasado de persecución a sus militantes en el País Vasco y Navarra y por el temor a las criticas que la derecha les haría de forma despiadada y sus efectos en el conjunto de España. Podemos, aunque ha apoyado el acuerdo, no se ha decidido a entrar en el gobierno.

En otro sentido, es presumible que IU se sienta, por fin, cómoda en un gobierno progresista y cuenta para ello con un excelente representante en el nuevo gobierno de Navarra como vicepresidente de políticas sociales, el prestigioso catedrático Miguel Laparra.

La experiencia de la Comunidad Valenciana con el gobierno de coalición entre el PSPV (PSOE) y Compromis, resulta un cambio de actitud muy positivo por parte de los socialistas. Por primera vez en la historia de la democracia, el PSOE ha aceptado un gobierno autonómico prácticamente igualado, aunque haya sido forzado por la correlación de fuerzas. El socialista Ximo Puig, presidente del gobierno, ha demostrado cintura negociadora y ahora va a tener que aprender a compartir las políticas y hacer un permanente esfuerzo de dialogo leal, algo que no  ha sido frecuente entre muchos socialistas. Para empezar el PSPV ha asumido toda una serie de iniciativas de acentuado carácter progresista, a propuesta de Compromis.

A su vez, Compromis (con una parte de  su militancia procedente, o mejor dicho, echados de IU y otra con origen en el nacionalismo de izquierdas), ha superado los arraigados prejuicios de la izquierda alternativa de colaborar con el PSOE, ha rebajado sus  pretensiones iniciales de ostentar la presidencia, y han acordado un programa que aúna las mejores tradiciones socialdemócratas con las innovadoras reivindicaciones de la nueva izquierda ecosocialista.

La experiencia del gobierno valenciano de coalición, que tendra que remontar la pesadísima losa que les ha dejado 20 años de gobierno del PP mas corrupto, debería ser un importante referente para toda la izquierda de España y marcar un camino para un deseable gobierno de amplia coalición progresista tras las próximas elecciones generales. De ahí la importancia de que su gestión sea un modelo de transparencia, eficacia, solidaridad, progreso y lucha implacable  contra las profundas capas de fraude, economía sumergida y corrupción que asolan la Comunidad  Valenciana. Debemos desear el máximo éxito a Ximo Puig y a Mónica Oltra.    

Por ultimo, esta el gobierno de coalición de las Islas Baleares, entre el PSOE y MES, una organización de izquierdas de origen muy plural, con bastante similitud con Compromis. Aunque en el gobierno el predominio de los socialistas es evidente, el programa también es un claro giro a la izquierda para el PSOE. En Baleares ya ha habido experiencias de coalición de izquierdas, aunque no les sacaron todo el potencial posible; esperemos que en esta ocasión los resultados sean de mayor calado, aunque al igual que sucedió en el pasado, van a contar con la dura oposición de los fuertes intereses económicos de quienes consideran las Baleares un complejo turístico propio.

Este nuevo panorama de más y mejor colaboración entre la izquierda, ha tenido otros aspectos positivos, como el apoyo de IU de Asturias a la investidura del candidato socialista, apoyo decidido por referéndum de la militancia (¡que diferencia con la vergonzosa actitud adoptada en Extremadura en el año 2011!). O el  apoyo de Podemos también a los candidatos socialistas en Castilla La Mancha, Aragón  y Extremadura, que muestran un notable cambio de actitud de la organización de Pablo Iglesias, que ojala se consolide y amplíe en el futuro.

Confiemos en que esta dinámica de dialogo y colaboración, sean el preámbulo que permita un gobierno de amplia coalición progresista, tras las próximas elecciones generales.

Gobiernos autonómicos de izquierda: el primer paso