viernes. 29.03.2024

¿Como incidirán los disturbios violentos de Cataluña en las elecciones del 10 de Noviembre?

Era muy previsible y lógico que la publicación de la sentencia del Tribunal Supremo generaría una amplia respuesta de protesta en Cataluña. La sorpresa para mucha gente ha sido la sucesión de desordenes violentos y prolongados, aunque evidentemente muy minoritarios.

Esta respuesta violenta está teniendo una triple consecuencia. Para empezar, situar en un segundo plano las importantes movilizaciones pacificas del independentismo. En segundo termino alimentar las reacciones y propuestas mas intolerantes de la derecha española. Por último, demostrar por enésima vez la inutilidad e incompetencia de las dos personas que por el momento están al frente del independentismo, Puigdemont y Torra.

Las consecuencias electorales de una semana contemplando hogueras en las calles de Barcelona, están por ver, pero pueden ser muy negativas para la izquierda de nuestro país

Afortunadamente, por ahora, el gobierno de Pedro Sánchez ha sabido mantener la calma sin escuchar los cantos de sirena de Albert Rivera y de Casado.

La sociedad catalana tiene en su historia unos antecedentes muy minoritarios y violentos, que se remontan a las guerras carlistas del siglo XIX, a la creación del Somaten, continúan con la Semana Trágica de 1909, el pistolerismo patronal, el terrorismo de grupos vinculados al anarquismo de la FAI. Durante la guerra civil los actos de represión violenta de grupos extremistas y la insurrección de mayo de 1937 contra el gobierno de la Republica….

La práctica desaparición del anarquismo y el protagonismo de los comunistas catalanes (PSUC) en la lucha por la democracia, parecían haber dado fin a la presencia del radicalismo violento en el seno de la izquierda catalana. Era un espejismo como quedó ya en evidencia en los disturbios de los años 2011 en la Plaza de Cataluña, en el asedio del Parlament y en otras actuaciones violentas de esa época y que entonces  no estaban relacionadas con protestas independentistas. Y más recientemente el intento de asalto al Parlament en octubre del año pasado, en este caso ya con la bandera independentista.

La historia esta repleta de experiencias de como la violencia de minorías radicales favorecen los sentimientos más conservadores y su triunfo político. Si esto ha sido así a lo largo de los tiempos, hoy la inmediata difusión de imágenes de violencia impacta muchísimo en la sociedad generando reacciones de inseguridad, de miedo, de rechazo y en definitiva un deseo de orden y tranquilidad.

Los que levantan y queman barricadas trabajan directamente para los sectores mas reaccionarios de la sociedad española. No hay mas que escuchar los comentarios de la gente normal en la calle. Es mas, las evidentes posiciones de rechazo de la sentencia que existían, y aun existen,  en amplios sectores de la izquierda española se están diluyendo tras las imágenes de la violencia callejera.

Las consecuencias electorales de una semana contemplando hogueras en las calles de Barcelona, están por ver, pero pueden ser muy negativas para la izquierda de nuestro país.

Sin embargo, la izquierda ha reaccionado con sumo equilibrio, sensatez y visión de futuro.Ha sido claramente respetuosa de la legalidad democrática, tanto el gobierno de Pedro Sánchez, como los posicionamientos de Pablo Iglesias e Iñigo Errejón. No han querido abrir mas el foso con la mitad de la sociedad catalana y han respaldado una respuesta moderada de todas las fuerzas de orden público.

Nos podemos imaginar cual habría sido la reacción de un gobierno Casado-Rivera. El 155 ya estaría aplicándose y la respuesta policial habría sido durísima, rompiendo seguramente la actual modélica colaboración entre los Mossos, la Policía Nacional y la Guardia Civil. Puigdemont y Torra se habrían visto reforzados.

La derecha mediática viene criticando con dureza lo que consideran debilidad en la respuesta del gobierno de Pedro Sánchez. No he ahorrado criticas al actual gobierno por su escasa decisión y voluntad de dialogo con el independentismo catalán desde enero de este año y por la ausencia de directrices claras a la Fiscalía General del Estado durante el juicio, pero dicho esto, he de reconocer que esta afrontando razonablemente bien la situación actual.

Una vía de moderación y de sensatez que debe continuar, sin caer en provocaciones.

Esperemos que los adoquines, la gasolina, las hogueras, no llenen de votos reaccionarios las urnas el 10 de noviembre y para ello debemos hacer una amplia labor de pedagogía, explicando que ese es el único camino para arrinconar a los violentos, para aislar políticamente a Puigdemont y a Torra, para no romper todos los puentes con ERC y Oriol Junqueras, para abrir cauces de entendimiento a medio y largo plazo con la mitad de la sociedad catalana, para reducir los sentimientos anticatalanistas de buena parte del resto de la sociedad española.

¿Como incidirán los disturbios violentos de Cataluña en las elecciones del 10 de...