jueves. 28.03.2024

Ciudadanos vuelve al centro

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Una sociedad excesivamente polarizada nunca es bueno para el funcionamiento de las instituciones democráticas. Mucho menos aun en periodos de profundas crisis, como la actual, y de imperiosa necesidad de profundas reformas económicas y sociales. La extrema radicalización de la derecha política y mediática, agudizada en los últimos meses, no parece calmarse y sin duda arrastra a amplios sectores de la población, cada día más críticos con el gobierno de coalición progresista.

La radicalización de la derecha española, aunque con evidentes matices entre unas y otras fuerzas políticas, no tiene equivalentes en los países más avanzados, democráticos y modernos de Europa. De ahí la gran importancia que se desgaje de esa línea de actuación Ciudadanos y por supuesto que ese desmarque político le suponga en el futuro mayores respaldos en la opinión pública y en las urnas.

En su momento valoré positivamente el “Pacto de gobierno de progreso y reformista”, alcanzado en febrero del 2016 entre Pedro Sánchez y Albert Rivera para impulsar un gobierno alternativo al PP, que se frustró tras el incomprensible voto en contra de PODEMOS en el intento de investidura de Sánchez del mes de marzo de ese mismo año. Y por eso nunca no entendí la deriva derechista impuesta por Rivera a su partido a partir de la moción de censura a Rajoy y menos aun comprendí que Inés Arrimadas y otros dirigentes de Ciudadanos secundaran ese camino, que los llevó a un desastre anunciado en todas las encuestas.

Ciudadanos tiene una buena referencia en Macron o en Merkel y haría bien en recuperar su relación con Valls

La debacle electoral afortunadamente se saldó con la marcha de Albert Rivera, un líder casi de laboratorio, con un nivel de despotismo en el interno de su partido bastante considerable y una endeble preparación política, lo que le llevó a ir dando tumbos arrastrado por su impaciente ambición.

Siempre he pensado que Inés Arrimadas era una dirigente política mucho más sensata y valiosa, inteligente y buena comunicadora. Y así, desprendida del férreo control de Rivera, rápidamente ha entendido que no podían seguir compitiendo en derechización con el PP y menos aún con VOX, y que debían buscar de nuevo el espacio del centro político.

Limar el protagonismo de su antinacionalismo, debería ser una opción de la nueva dirección de Ciudadanos, aunque ese proceso lo transiten poco a poco

Ciudadanos puede y debe ser una opción política de centro, una bisagra que en determinados momentos y lugares ayude a gobernar a la izquierda, aunque en otras ocasiones pueda jugar un papel de apoyo al PP, influyendo en la moderación de sus propuestas. Es cierto que, por sus orígenes en Cataluña en pleno ascenso del independentismo beligerante, Ciudadanos esta demasiado escorado hacia el antinacionalismo y eso de paso le priva de apoyo en el País Vasco. Limar el protagonismo de su antinacionalismo, debería ser una opción de la nueva dirección de Ciudadanos, aunque ese proceso lo transiten poco a poco. En este sentido sería lógico que, tras las elecciones autonómicas vascas, que seguramente arrojaran malos resultados para la coalición PP-Ciudadanos, Arrimadas se desmarque de esta demencial alianza, precisamente con el sector más derechista del PP.

Ciudadanos tiene una buena referencia en Macron o en Merkel y haría bien en recuperar su relación con Valls.

La vuelta al centro de Ciudadanos no debería despertar recelos en la izquierda, todo lo contrario. Comprendo el gran malestar de Esquerra Republicana de Catalunya con los últimos acuerdos logrados entre el gobierno y Ciudadanos; tiene su lógica desde las coordenadas de la política concreta en Cataluña, donde ambos partidos se han disputado el liderazgo social. Pero la izquierda estatal, PSOE y UNIDAS-PODEMOS, tienen que guiarse por otros criterios muy distintos y pensando en el medio y largo plazo.

Es evidente que Ciudadanos ni ha sido ni será un partido inclinado a la izquierda y ni siquiera al centro-izquierda y por tanto no va a respaldar políticas progresistas en materia fiscal o determinadas políticas económicas o de gasto público y desde luego van a ser muy críticos, al menos hoy por hoy, con cualquier negociación con los independentistas catalanes o el nacionalismo vasco.

Pero Ciudadanos puede apoyar reformas económicas de modernización y racionalización de nuestro sistema productivo, de reindustrialización, de cambio energético, de equiparación a los parámetros más avanzados de los principales países de la Unión Europea, de inversión en I+D+I. También es posible la confluencia de Ciudadanos en políticas sociales, en libertades públicas, en la lucha contra la corrupción, en políticas de genero e igualdad… etc.

Es muy alentador el escuchar opiniones de dirigentes de UNIDAS-PODEMOS, especialmente procedentes de IU, favorables a ampliar los respaldos al gobierno, negociando con fuerzas como Ciudadanos que, aunque no respaldaron ni la moción de censura ni la investidura de Pedro Sánchez, se han ido desmarcando en los últimos meses de la feroz beligerancia del PP y VOX y de la derecha mediática.

El recolocamiento de Ciudadanos no les va a ser fácil. Van a ser duramente atacados, de hecho, ya lo están siendo, por la derecha mediática y por VOX y PP. El giro al centro también levantará suspicacias internas y habrá que ver como se posiciona al respecto Albert Rivera, si va a seguir el ejemplo de Aznar o el de Rajoy. Tampoco les va a ser posible, al menos de inmediato, el cuestionamiento de su presencia en gobiernos autonómicos o locales, con el respaldo externo de VOX, como en Madrid o Andalucía. Hay que darles tiempo, hay que esperar a que Inés Arrimadas se consolide.

En definitiva, a la izquierda nos interesa que Ciudadanos se situé en el centro, que se abran grietas en el PP de Casado, que se aislé más a VOX, aunque no sea cómoda ni menos aun un cheque en blanco la relación del gobierno de coalición progresista con Ciudadanos.

Y una ultima apostilla. El buscar acuerdos necesarios y convenientes con Ciudadanos, nunca debería implicar cesiones importantes por parte del PSOE-UNIDAS PODEMOS y en este sentido resulta preocupante los comentarios y noticias mas o menos oficiosas que nos llegan, de abandonar o descafeinar cualquier pretensión de una reforma fiscal ambiciosa. No me hartare de decirlo, sin reforma fiscal progresista no hay “escudo social” que valga ni modernización del modelo productivo, por muchas ayudas que esperemos recibir de la Unión Europea.

Ciudadanos vuelve al centro