viernes. 29.03.2024

Operación Palace, Jordi Évole, 23F y masonería

El pasado domingo, la Sexta emitió un documental sobre el 23-F. No se trató de un reportaje usual en España...

El pasado domingo, la Sexta emitió un documental sobre el 23-F. No se trató de un reportaje usual en España. Pero seguía un esquema conocido en EEUU: presentar una historia rocambolesca con total seriedad y aparente apoyo argumental, desvelando al final el montaje.

A mi juicio no deben tratarse de manera frívola temas trascendentales de la historia, como los sucesos del 23-F. Al menos hasta que también pasen a la historia todos sus protagonistas.

Sin embargo, no me parece que eso sea lo grave. Lo más temible lo centraría en lo fácil que es elaborar un montaje y, peor aún, la cantidad de gente que puede llegar a creerlo.

Un par de horas más tarde, otra cadena, la Cuatro, trató el 23-F y, de modo particular, la supuesta participación de la masonería en cuanto acontecimiento trágico haya sacudido España. Ninguna organización, en nuestro país, ha padecido más montajes maliciosos y perversos que la institución masónica.

La razón bien podría radicar en la paranoia del dictador Franco, que veía masones hasta debajo de los ceniceros. Tal vez por la más que posible negativa de la institución a abrirle las puertas y la condición de masones que poseyeron su padre y su hermano Ramón, en patológico paralelo con la mirada del dictador a su madre,  propia de un diván o un  manicomio.

De cualquier modo, no resulta extraño que una institución defensora de los Derechos Humanos, el parlamentarismo, la democracia y, ante todo, el pensamiento libre, haya sido repudiada y difamada en las naciones con larga tradición dictatorial y más concretamente en nuestro país, donde los obispos, espadones y terratenientes han gobernado durante siglos de ignorancia, codicia y fanatismo.

Así, contemplé las relaciones estrambóticas de la Operación Palace para implicar al rey y a Garci: El director de cine ganó el Oscar como premio a sus servicios prestados para montar el 23-F y la prueba es que la película galardonada realiza guiños al recibir su protagonista una llamada del rey y de un tal Sabino.

Quienes hemos estudiado los orígenes e historia de la masonería bien sabemos que los montajes contra esta institución son muy parecidos. En primer lugar se decide acusarla, luego se buscan conexiones absurdas: había un masón(o el  pariente lejano de un masón, ¡qué más da!) cuando ocurrieron los hechos, le dispararon tres veces y el número tres es un símbolo masón, el asesino llevaba guantes y los masones también usan guantes en sus ritos…

El problema, muy preocupante, es la capacidad de millones de personas para tragarse cualquier bulo, tergiversación, manipulación… los razonamientos inteligentes, ya sean políticos, sociales, religiosos o históricos, rebotan contra la pétrea pared del tópico, de la falsedad prefabricado en oscuros despachos para consumo masivo de una mayoría tan silenciosa como borrega.

Entiendo, por tanto, que el gran reto que afronta la izquierda se centra en la ignorancia, indiferencia y egoísmo de un importante sector social. La derecha lo sabe, y ya sea con falsas promesas artificiosamente vestidas, ya sea con prebendas, domestica y manipula el pensamiento de enormes masas preocupadas por los goles de la Roja e indiferentes ante el desmantelamiento del estado del bienestar, el mayor logro labrado  por la humanidad.

Podremos desgañitarnos en mítines y parlamentos, así como trabajar orgánicamente hasta la extenuación. Pero estará perdida la guerra si no conseguimos abrir un resquicio a la cultura y el pensamiento crítico entre la llamada “mayoría silenciosa”.

Operación Palace, Jordi Évole, 23F y masonería