jueves. 28.03.2024

Los robos más grandes son legales

El absolutismo del libre mercado ha permitido que los robos más cuantiosos e inmorales se lleven a cabo dentro de la legalidad vigente.

Los continuos casos de corrupción son la vergüenza y el oprobio de nuestra democracia pero el absolutismo del libre mercado y la globalización actual unida a la desregulación financiera, llevada a cabo en los años 70 del anterior siglo, han permitido que los robos más cuantiosos, más peligrosos e inmorales se lleven a cabo dentro de la legalidad vigente.

Mostraremos unas pinceladas de cuatro robos muy significativos: 1. El robo llevado a cabo con los países africanos y del llamado tercer mundo, 2. El robo efectuado a las mujeres, 3. El robo que se viene permitiendo en la economía financiera y especialmente a la insultante expoliación llevada a cabo por los fondos buitre, 4. El robo que se está haciendo a la naturaleza y que algunos no quieren mirar para no ver.

  • África muere en un suicidio que alguien ha definido como asistido pero que la realidad nos hace concluir que es y ha sido provocado. Aún hoy sigue siendo la mina de los países desarrollados y emergentes y se extraen de sus entrañas sin apenas compensación minerales que suponen grandes riquezas para otros países que, sin embargo, suelen pagar incentivando conflictos y guerras sangrientas para seguir haciendo negocio con la venta de armamento y convirtiendo el Mediterráneo, cuna de la cultura, en su cementerio. Los países africanos han sufrido y siguen sufriendo sustracciones continuas, despojos a bajo precio de sus recursos naturales, por parte de lo que se ha creído el “mundo civilizado”. Y no sólo durante el colonialismo sino en fechas actuales. Nos dice Joseph Fontana que “Los primeros veinte años de la independencia estuvieron dominados por proyectos industriales fantasmagóricos, los llamados “elefantes blancos”, que proporcionaron grandes beneficios a las empresas europeas y americanas que intervenían en ellos –y a los dirigentes locales que se embolsaban sus comisiones—y consumieron los recursos locales en intentos condenados al fracaso[1]”.
  • El trabajo de las mujeres ha sido invisible en muchos momentos de la historia. La industrialización y la formada sociedad del trabajo han contribuido especialmente en ello y han sido factores importantes en la situación injusta que aún atraviesan las mujeres en nuestras sociedades. Las mujeres han realizado en su mayor parte el trabajo de reproducción y de cuidados de la sociedad. Trabajos totalmente necesarios para la supervivencia de la especie y del propio trabajo mercantil que requiere a sus “recursos humanos” sanos, dispuestos e inasequibles al desaliento y a la enfermedad. El régimen neoliberal se ha encargado de aumentar la desigualdad entre personas y países pero la palma de la pobreza, la precariedad y las jornadas interminables ha quedado asignada a las mujeres. Se está haciendo posible, en consecuencia, una vuelta a los viejos tiempos en los que a la mujer le quedaba exclusivamente el trabajo de la casa pero ahora, además, para completar los pocos ingresos de los hogares, provenientes de  contratos basuras o el desempleo, tiene que realizar dobles jornadas y jornadas extras en trabajos a tiempo parcial.
  • El juego sucio de los fondos bien llamados buitres, es un juego de psicópatas, de personas sin sentimientos, juego inmoral que pone la especulación y la usura por delante de los derechos humanos y que, no obstante, ha sido respaldado por algunos tribunales. Así “los tribunales han estado dispuestos a hacer valer el derecho de un fondo buitre como acreedor para cobrar el valor total de la deuda, el valor nominal, ignorando el precio de adquisición del título de la deuda[2]” lo que ha impedido procesos de reestructuración de deuda soberana en países en dificultades económicas extremas, priorizando la especulación y el lucro a las necesidades vitales de las personas.
  • La falta de un marco jurídico para la reestructuración de la deuda soberana ha supuesto un enorme agujero en la arquitectura financiera internacional que ha permitido a los fondos buitres lucrarse hundiendo países enteros, recogiendo cadáveres de esta larga crisis en la que aún permanecemos. No es de extrañar que muchos analistas críticos piensen, y no solo ellos, que debería prevalecer la idea expresada por el Relator Especial de la ONUJ sobre la deuda y los derechos humanos al afirmar que “el derecho internacional de los derechos humanos debe ser considerado como la ley aplicable en el contexto de la reestructuración de la deuda”. Lo contrario es y sería perverso.
  • El robo efectuado a la naturaleza se trata en último lugar pero con seguridad es el que afectará en mayor medida a la humanidad y puede considerarse, a pesar de los incrédulos, el más importante. Las llamadas “externalidades” son robos que las empresas hacen recaer sobre los ciudadanos. Las externalidades ambientales conllevan costes para depurar y equilibrar los efectos negativos que se infligen al medio ambiente y que raramente son abonados por los causantes de los mismos. Pero aún más, los efectos  de este robo a la naturaleza y a sus habitantes pueden ser irreversibles y cambiar el mundo tal como lo conocemos. Ya que nunca sabremos cuando un pequeño incremento de la temperatura en nuestro planeta puede ocasionar un desastre terrible, “impulsar las temperaturas mundiales hasta más allá de determinados umbrales  podría desencadenar cambiaos abruptos, impredecibles y potencialmente irreversibles que tendrían consecuencias enormemente perturbadoras y a gran escala[3]”.

La planificación de la miseria y la economía de partida de póker en la que el ganador se lo lleva todo no parece una buena solución a nuestros problemas, camufla robos que son riesgos de importancia para la supervivencia de la humanidad, olvidando que no se puede aislar el mundo económico de lo físico. Deberíamos mirar de frente muchos fraudes que se vienen permitiendo en este mundo globalizado. Muchos países especialmente pobres y atrasados en su integración en el sistema capitalista, no sólo son expoliados de sus recursos y conocimientos, sino que además están sufriendo y pagando los problemas del cambio climático y de guerras interesadas sin haber contribuido a su desarrollo. El trabajo de procreación y de cuidados que principalmente han hecho las mujeres sigue invisibilizado y aprovechado en este mundo neoliberal por los hombres, las empresas y las clases pudientes. El mundo especulativo y singularmente los fondos buitres son un cáncer a extirpar lo antes posible. Por todo ello, debemos repensar qué mundo queremos dejar a nuestros nietos pues estamos robándoles su futuro cómo hemos hecho con el presente de nuestros hijos.


[1] FONTANA, JOSEP (2011:710-11): Por el bien del imperio: Una historia del mundo desde 1945. Ediciones de Pasado y Presente S.L. Barcelona.
[2] HERNÁNDEZ VIGUERAS, Juan (2015:252). Los fondos buitre, capitalismo depredador. Clave Intelectual, S.L.
[3] Informe de la Asociación Estadounidense para el avance la Ciencia, 2014, págs. 15-16

Los robos más grandes son legales