sábado. 20.04.2024

¿Qué significará eso del reconocimiento de la base cristiana de Europa?

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¿Habéis oído a ese grupo de soliviantados que reclaman constantemente que se reconozca el carácter esencialmente cristiano de Europa? Yo desde luego que sí, y dan una matraca que te pueden reprochar hasta el no felicitarles la Navidad, me pregunto ¿de dónde procede su machacona reivindicación?

Lo que sé es que no hay racista que pierda la oportunidad de declarar con cuanta ampulosidad pueda el débito que tiene cualquier sociedad con los valores que su supremacismo defiende. Aquí en Europa eso se traduce en una constante monserga para que se reconozca la base cristiana de la entidad europea. Y yo es que lo flipo, a qué narices se refieren. Lo más característico de la idea de la Europa actual es su laicismo galopante forjado durante siglos en contra del dogma cristiano en cualquiera de sus versiones católicas o protestantes, su amor por la ciencia en contraposición al oscurantismo clerical saltando por encima de las hogueras de la Inquisición, y su dedicación a la construcción de un entramado institucional democrático al margen de la jerarquización del orden divino delegado a monarcas, aristócratas, obispos y otros favorecidos por el designio cristiano.

Donde yo veo Europa como el resultado de librepensamiento, la ciencia, la democracia y representatividad, en pugna histórica contra la práctica abusona de la religión, otros ven la herencia del cristianismo, lo que te digo, yo lo flipo. Y tanto que he tratado de interesarme por saber a qué se refieren cuando apelan a la cristiandad de Europa. Me parece que en orden a conservar sus posiciones supremacistas lo que tratan es de  añadir a la idea de Europa una prescripción selectiva que ahuyente a los otros, que les discrimine por ser otros, por no ser cristianos viejos, vamos. Es un acercamiento a la antropología social (sin que sirva de precedente) para que ésta justifique un orden social derivado de la presencia de prácticas pías que analizadas a fondo no facilitaron la existencia de Europa, más bien la ralentizaron.

Si quieres fortalecer la idea de Europa, ocúpate de defender sus instituciones todas en lugar de reclamar majaderías medievales

Los conservadores supremacistas serían más consecuentes si abogasen por que Europa arda por los cuatro costados ¡Ah calla, que ya lo hacen! Cierto, los seguidores de los Salvinis, los Abascales, Orbanes y Lepenes abjuran de Europa, la maldicen y reniegan de su indigno satanismo en sus respectivos feudos, pero luego acuden a los foros comunitarios a exigir el reconocimiento cristiano de Europa. ¿Te lo digo otra vez? Si, lo flipo.

En la mente de un conservador bientemperado siempre hay un espacioso salón poblado de toda suerte de mistificaciones en torno a la valía de lo propio y lo inseguro e ineficaz de lo que proviene de fuera. En la fantasmagórica conformación de ese pensamiento jamás entra en escena el expolio que en muchas ocasiones se encuentra en la base de lo que el conservador identifica lo que le es propio. El conservador templado puede llegar a admitir que el 12 de Octubre sea el día de la Hispanidad en lugar de la celebración del descubrimiento de América, pero jamás será la fecha de la rememoración del genocidio allende el Atlántico. Hasta ahí se puede llegar. El conservador racista, ese que apela a la cristiandad de Europa, exige además compensación en forma de reconocimiento de superioridad por haber llevada la civilización a tierras salvajes.

Eso es genérico para todo ultraconservador, sea racista, machista, ecocida o ignorante a secas, su estrategia es siempre la misma, generar un cuerpo de identidades justificables o no, y construir sobre ellas su superioridad. Exigir que Europa se declare conectada intrínsecamente con el cristianismo es una forma de reservarse el derecho de admisión para poder rechazar a quienes no posean esa condición. Algo que resulta totalmente improcedente y antieuropeo, pues es una entidad política construida sobre la diversidad y la aceptación de lo distinto que rechaza lo que puede ser tenido como absoluto, sean ideas, sean proclamas, sean dogmas o sus monarcas y presbíteros.

Yo comparto con los conservadores algunas características, poseo como ellos un profundo respeto por los logros de mi civilización. Le tengo tanto cariño y confianza a dichos logros que me siento comprometido moralmente a difundir sus bondades y beneficios en el desarrollo de otras civilizaciones. Y Europa hoy dice no impongas tus criterios, debátelos. No busques la verdad universal, acércate de manera consciente a tu escueta realidad. Aprende de lo que te rodea y enseña a cuantos puedas. Y sobre todo construye y mantén instituciones políticas, sociales, económicas y educativas para hacer realidad ese sueño.

De modo que si quieres fortalecer la idea de Europa, ocúpate de defender sus instituciones todas en lugar de reclamar majaderías medievales. A no ser que Europa te importe un pito y solo busques credenciales para exhibir tu superioridad.

¿Qué significará eso del reconocimiento de la base cristiana de Europa?