viernes. 29.03.2024

Fuga de la realidad

Tengo en mi retina las imágenes de un documental que describía los acontecimientos en los años de lucha abierta en Soweto...

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No es aceptable que las personas que manejan el cuadro de mando del país estén disociadas de éste por un proceso de enajenación o de fuga de la realidad que les lleva a actuar de manera temeraria como el boer provocador del documental relatado

Tengo en mi retina las imágenes de un documental que describía los acontecimientos en los primeros años de lucha abierta en Soweto, el gueto negro en las afueras de Johannesburgo donde se iniciaron los conflictos raciales que acabarían con la condena internacional del apartheid y la caída de sucesivos gobiernos racistas en Suráfrica y sus prácticas esclavistas. Recuerdo que los documentalistas rodaban una secuencia en la que un grupo ultra de activistas Boers penetra en el gueto a bordo de varios vehículos disparando contra la gente y arrollando todo tipo de instalaciones donde se agrupaban los disidentes negros. En la refriega, un coche es neutralizado y sus ocupantes atacados por parte de los congregados. Un boer herido increpa a un negro y le exige que de inmediato le atienda y llame a una ambulancia. Su cara no es de terror o preocupación, sino de indignación porque el “puto negro” no atiende a su demanda. Exige a grito pelado su ayuda irritado y sorprendido por la rebeldía del esclavo y en ese momento se oye una detonación y un fundido de la cámara  que cuando se recupera solo recoge al boer muerto de un disparo. 

No es la acción en sí misma la que fija en mi memoria este documento visto hace muchos años, sino la percepción de la fuga de la realidad en que se encuentra un asaltante violento que ha ido a causar daño físico y a satisfacer su ego dominante que se considera maltratado y desatendido cuando un tonto accidente le deja al pairo de la situación. No puede entender que un ser inferior no vaya a auxiliarle inmediatamente, sin rechistar y a la orden del sí bwana. Esto es fuga de la realidad y está perfectamente descrita por sicólogos y siquiatras que pormenorizan una actitud mental disociativa por parte del fugado que le hace actuar de manera coherente en una realidad que ha dejado de existir y comportarse de manera inadecuada respecto de la auténtica realidad. Es como las personas que habiendo perdido un miembro aún lo sienten, les duele o tratan de utilizarlo.

Algo así le pasa al gobierno y a una buena parte de las instituciones del estado español, que creen vivir en una realidad que ha dejado de existir. Han de enfrentarse a los signos de otra que no les gusta, que les es ajena, en la que tratan de intervenir con criterios irreales, con actitudes provocadoras, promoviendo iniciativas que hace tiempo han dejado de tener ninguna virtualidad. Entran en el gueto subidos a sus vehículos propulsados por mayorías del pasado y disparan a discreción con cargas profundas de legalidad procedimental, pero artilladas con legislación actualizada para el conflicto y fuerzas debidamente  pertrechadas. 

La comparecencia a regañadientes del presidente ante la cámara de los diputados para exponer sus planes sobre la regeneración política puede parecer a algunos un acto de cinismo, sino un mal chiste. Pero esto es un error. El presidente cree firmemente que sus propuestas  pueden y van a cambiar el estado de opinión mediante la sarta de tonterías y obviedades que soltó. Él lo cree y muchos otros en su gobierno y en el partido también, es simplemente  que se han fugado de la realidad, no pueden entender, porque no les gusta, que las cosas hayan cambiado. Y es comprensible.

Pero no es aceptable que las personas que manejan el cuadro de mando del país estén disociadas de éste por un proceso de enajenación o de fuga de la realidad que les lleva a actuar de manera temeraria como el boer provocador del documental relatado. El relevo en la televisión pública, ya de por si degradada, no es sino un acto temerario de reto a los medios privados vía agresión intimidatoria por parte de los medios públicos. Es sacar la TVE por la ventanilla y amenazar con dividir la tarta de la publicidad. ¿Importan los profesionales de la casa y el respeto a la poca audiencia que tienen? En absoluto. Tanto como les importa la opinión de quienes creen llegado el momento de modernizar las estructuras territoriales, institucionales,  simbólicas o de división de los poderes del estado. O sea nada.

Lo entienden todo del mismo modo, como una servidumbre lógica instalada en una realidad satisfactoria para sus intereses que no puede dejar de existir pues contraviene el propio principio de realidad. La moratoria en los desahucios aprobada por el partido popular lleva a una vallecana de 85 años a la calle y a un barrio entero, incluido su equipo de futbol, a salir al paso, a denunciar que ese acto no puede ser tenido por una realidad aceptable.  La disociación lleva a que la respuesta administrativa a un acto reivindicativo menor, una mujer de apenas 1,50m desarmada que se resiste a una deportación irregular agrede a un agente de policía (que requiere talla mínima) entrenado en prácticas de autodefensa, se resuelva con una querella contra la brutalidad ejercida por ese monstruo de algo más de 30 kilos de peso.

Parece que quisieran convencernos a todos de que les acompañemos a esa realidad paralela a la que huyen. La portavoz del gobierno y los medios “participados” se encargan de mostrarnos el camino, el España crece y estamos en proceso de recuperación es como el “puto negro ayúdame” del boer surafricano. Pero es más que probable que de esta alucinación sólo se salga con una detonación, en las urnas se entiende.

Fuga de la realidad