viernes. 19.04.2024

Enanos en las espaldas

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Se atribuye a Newton la afirmación de que sí había logrado  ver más allá de la inmediatez de los estrechos límites que nos afectan, ello se debía a que había podido subirse a hombros de gigantes. Todo metafórico claro, Newton quería rendir tributo a los genios y pensadores anteriores a su tiempo que habían ido abriendo brecha en el tragaluz por el que él mismo pudo otear un mundo distinto que nos regaló a toda la humanidad. Aunque debatible si la cita es original del genio de la ciencia o la tomó prestada de algún gigante anterior, lo cierto es que su altura elevó para siempre la idea de que apoyarse y auparse sobre la estatura de los dignos, y mirar por tanto en la dirección en la que los gigantes lo hicieron, es la mejor de las opciones para descubrir nuevas rutas, avanzar en su conocimiento y asegurarnos de estar en la dirección adecuada.

Ayer día 24, la Comisión Europea en estrecha colaboración con el Banco Europeo de Inversiones y la revista de pensamiento Project Syndicate han organizado un encuentro (virtual) para abordar todo lo relacionado con la estrategia global para el impulso de la economía verde en la que no han faltado las más altas representaciones europeas ni estadounidenses. La panoplia se ha completado con significados funcionarios del Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y miembros de distintas agencias de Naciones Unidas. Por no faltar, ni China se ha borrado de estar debatiendo con Von der Leyen, Bloomberg, Timmermans, Kerry, Gueorguieva, etc.  

A destacar el acuerdo absoluto sobre que la humanidad se encuentra en un punto crítico: cambio de paradigma económico, o extinción garantizada. Escasas diferencias de orden metodológico sobre cómo conseguir fijar objetivos de sostenibilidad y cómo hacerlos realidad antes que después. La financiación es la palanca sobre la que mover el mundo caduco de las energías fósiles. El liderazgo por el cambio recae en la iniciativa pública, estatal, supranacional y por supuesto local. La participación de la iniciativa privada se entiende como irrenunciable, necesaria y complementaria del esfuerzo promotor de la iniciativa pública.

El espacio público dominado por la televisión y la prensa amarilla y el debate político convertido en un pin pan pun ha debilitado nuestra capacidad para tratar de manera objetiva y provechosa el mundo que nos toca vivir

Se han oído voces apelando a la solidaridad global, invertir en el desarrollo de los países menos favorecidos para paliar sus endémicas necesidades que les llevan a la incapacidad para actuar como agentes del freno al cambio climático. Acabar con la pobreza y sumar nuevos países a la lucha se entiende dos caras de la misma moneda. Abordar la degradación del trabajo en el siglo XXI es algo conectado fundamentalmente al cambio de orientación en los postulados económicos. De la degradación a la revivificación del planeta, la recuperación de la biodiversidad se incluye en las políticas de regeneración de la economía verde en la convicción de que el cambio climático es algo más que la mera elevación de las temperaturas.

Y todo esto, que parecen las conclusiones de un grupo de activistas amigos de la Tierra, era proclamado por la presidenta del FMI y del Banco Europeo de Inversiones, sostenido y reforzado por el enviado del gobierno de USA a la próxima cumbre en Cop26 en Glasgow, aplaudido  por la presidenta del Comisión y el Vicepresidente del Consejo de la UE. Los representantes de la banca y las finanzas no han hecho sino loar las bondades de las inversiones verdes y destacar el cambio real en los flujos financieros hacia esta economía. Para todos los asistentes la próxima década será la de cabalgar una oportunidad histórica equiparable a la aparición de la digitalización en los 90 o de la electricidad en el comienzo del siglo XX. En palabras de la presidenta Von der Leyen, para Europa el liderazgo verde es la puesta de su hombre en la Luna.

Oyendo todo esto, claro yo estaba flipando. No porque sea la primera vez que oigo reflexiones en voz alta sobre la necesidad y las ventajas económicas de intervenir en la aminoración del cambio climático, sino por venir de las voces autorizadas que estaban proyectando a la escena pública dichas reflexiones. No eran afirmaciones surgidas de lo personal, sino que eran portavocías de sus instituciones expresando el más alto compromiso con el desarrollo de la economía y la sociedad. 

Debatían esas cuestiones tan de fondo apasionadamente, y entonces es cuando me he dado cuenta de lo infeliz y frustrante de mi condición. Oír desde tan alto reflexiones tan sensatas, es lo sensato. Lo que es absurdo es que la mayoría de los españoles (que yo conozca) estarían sintiendo lo mismo que yo, incredulidad ante representes sociales hablando preocupadamente de lo que es importante y de cómo abordar el futuro con la idea de mejorar la vida colectiva y de cada uno de los ciudadanos.

Parece que aquí hemos perdido la costumbre de tratar los asuntos que nos afectan de un modo razonable e inteligente, alguien o algo nos ha sustraído las habilidades naturales para ver, oír y avanzar en lo que es importante. El espacio público dominado por la televisión y la prensa amarilla y el debate político convertido en un pin pan pun ha debilitado nuestra (la mía al menos) capacidad para tratar de manera objetiva y provechosa el mundo que nos toca vivir.

No encuentro gigantes a cuyos hombros subirme para ver mejor, al contrario tengo la impresión de que un grupo de enanos enrabietados se han subido a los míos y todavía complican más si cabe mi empeño. 

Enanos en las espaldas