viernes. 19.04.2024

Digitalismo: una aclaración sobre la aplicación de los fondos Next Generation

The banner "Recovery Plan for Europe" on the front of the Berlaymont building

El dinero para la reconstrucción de procedencia europea aún no está aquí y las facas ya relucen. Que si a mí primero, que si preferencias ideológicas, que si yo quiero participar en la gestión de los fondos… El cacareo crece según se aproximan los jurdós emitidos contra los fondos europeos que emulan a los bonos solidarios que algún día serán el recurso financiero de la federación de estados miembros de la UE.

Los fondos Next Generation de la UE, esos 750.000 m€ de los que 140.000 caen en España, son un recurso dinerario que busca paliar el daño infligido a la economía de la UE por la pandemia, pero también aspira a orientar el desarrollo a corto y medio plazo de sus economías locales. En cierto modo los NG son una especie de presupuestos generales para el conjunto de la Unión. Por ello a más de marcar niveles de gasto y apalancamiento, fijan objetivos y orientaciones que marcan el futuro económico de la UE. Para quienes aún no se hallen puntualmente informados diré que se articulan mediante la definición de grandes áreas dónde se debe producir el cambio: economía verde y sostenibilidad, inclusión de género y cohesión territorial, ciencia e investigación y finalmente digitalización de la sociedad del XXI.

Lo que fomenta la idea de la digitalización de la economía europea de la Next Generation es algo más que automatizar procesos a través del uso de ordenadores y computadoras

El gobierno español ha decidido tomar muy en serio la iniciativa. La filosofía, los objetivos y líneas de actuación en España se hallan contenidos en el borrador que el gobierno ha lanzado bajo la denominación PERTE (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica) dotado con 79.000 m€ ofrecidos como transferencias, el resto en forma de préstamos. Se pretende apoyar las iniciativas a nivel territorial, sectorial y de empresa y expone su modelo en la plataforma PlanEspañaPuede.

Quisiera yo en esta columna destacar ciertos riesgos asociados a la puesta en marcha del instrumento de transformación. El primero ya se ha anunciado, la utilización partidaria sobre el uso o desuso de los fondos, convertir una palanca de avance en una tranca para darse en la coronilla, y esa utilización perversa ya está en marcha, con la ínclita Ayuso denunciando desde ya que se está produciendo una aplicación prevaricada de los recursos. Pero no está sola en esto, ya se percibe un ruido de fondo que clama contra la injusticia que supone el haber marginado a cualquiera que se crea con derecho a utilizar estos fondos y del modo que crean conveniente, es decir a su conveniencia.

Y en esto es en lo que percibo el segundo gran agujero negro de la aplicación de los NG en España, en no saber exactamente qué es lo que se debería hacer, en qué aplicar de manera eficaz los dineros destinados a la transformación de la economía española. Hay cierto acuerdo en las  líneas de descarbonización y avance del relevo energético hacia las renovables, las grandes compañías energéticas están sobre la pista y sobre la pasta, pero en el resto hay un vacío peligroso que la cuestión relativa a la digitalización del siglo XXI emblematiza y por ello a ellas quiero referirme.

La lectura que prácticamente todo el  mundo hace del reto de la digitalización contiene un sesgo claro sobre el componente equipos, hard por decirlo de alguna manera, esto es apostar por las  infraestructuras tecnológicas de base digital, la fibra, el 5G y sus desarrollos copan las iniciativas. Las compras y renovaciones de equipos y softwares están  en la mente de todo quisque. Y esto es bueno, pero no es el objetivo que se persigue con la orientación europea que más bien propende a establecer mecanismos de intercambio y relaciones económicas que trascienda las limitaciones que el constreñimiento del espacio físico ha impuesto a la economía analógica del pasado.

Lo que fomenta la idea de la digitalización de la economía europea de la Next Generation es algo más que automatizar procesos a través del uso de ordenadores y computadoras. Se desea proyectarse hacia un escenario económico y social lo suficientemente extenso e interconectado que requiera de la presencia masiva de tecnologías digitales, pero el objetivo no es la digitalización sino el digitalismo de la vida, se busca desplegar el haz de relaciones económicas y sociales de un modo tan intenso que requieren de la presencia masiva de instrumentación tecnológico digital. Pero el objetivo es lo primero.

No se puede seguir pensando que digitalizar es hacer páginas web atractivas, se trata de crear y satisfacer necesidades sociales y económicas aprovechando la oportunidad de multiplicación de la eficacia que otorga el digitalismo. Es todo un reto y es complejo, pero es excitante y es una oportunidad real para que nuestro país se instale en la cuarta revolución industrial.

A quienes deseen profundizar más esta cuestión, os animo a seguir a Juan Luis Suarez, catedrático de la materia en la universidad de Ontario. Otro genio desarrollándose fuera que bien pudiera recuperarse aplicando con sentido común los fondos Next Generation.

Digitalismo: una aclaración sobre la aplicación de los fondos Next Generation