jueves. 25.04.2024

Pablo Casado y la estupidez intelectual

casado

Es curioso como Casado y Rivera, son presentados como chicos modernos. Sin embargo, representan a la España de 1950

Casado lleva tiempo en la punta de lanza de las informaciones periodísticas, y esto le hace ser importante. Anda crecido.

¿Qué hay detrás de este personaje oscuro de la derecha española?

Casado es un hombre del aparato del Partido Popular. Pensó que su vida tenía un buen futuro si se dedicaba a la política, y en consecuencia, podría vivir muy bien. Por supuesto acertó. Lo mismo ha sucedido con personajes políticos como Albert Rivera o Susana Díaz.

Empezó en las juventudes del Partido Popular, donde su juvenil presencia y su fácil verbo panfletario, que no reflexivo, le hizo entrar en la cuadra de futuribles de José María Aznar. Casado es fruto de un pensamiento profundamente neoliberal, donde la propiedad privada es el eje de todo su pensamiento, así como el rechazo de todo lo público, pero claro, salvo cuando hay que salvar las debacles privadas, que entonces si acude como salvador el papa Estado.

f3
Realizado por el Faro

Es hijo del pensamiento ultraconservador, al que ha llegado a través de su mentor Aznar. Mal presagio intelectual.

Casado como buen hijo de un aparato de partido, nunca ha trabajado, ni para la empresa privada, ni por supuesto al servicio público. Nos encontramos ante un personaje que nunca ha pisado la calle, lo que le hace ser un desconocido de la realidad social del país.

Como tiene una buena planta y fuerte verborrea, en el PP plantearon que debía tener un buen expediente académico, para ser presentado como una persona con capacidad e inteligencia ¿Qué hicieron para hacerle un buen curriculum?

En primer lugar, que fuera abogado. En este país o eres abogado o tu futuro será nulo. Hay que ser leguleyo parlanchín, con perdón para los abogados serios. Estando en las juventudes del PP, en siete años solo fue capaz de aprobar la mitad de la carrera, lo que nos viene a demostrar que no es un ejemplo de virtudes intelectuales.

Sorprendentemente siendo ya dirigente del PP y diputado regional a la Asamblea de Madrid, fue capaz de aprobar en solamente cuatro meses la otra mitad de carrera. Soy profesor y cualquiera lo sea sabe que esto es imposible, salvo que la gracia divina se posara sobre cabeza tan privilegiada.

Casado es un ejemplo claro de la titulitis estúpida que sufre este país. No se mide la capacidad intelectual, sino la capacidad en coleccionar títulos. Vemos como todos los políticos se esfuerzan por tener máster y más máster y si son extranjeros mejor.

f2
Realizado por el Faro

¿Qué pasa con la universidad española?

Desde la puesta en marcha del plan Bolonia, las universidades españolas ya públicas o privadas se han convertido en centros mercantilizados, más interesados en el dinero que en lo que se enseña y la calidad de la misma.

Llegado al poder del PP en sustitución de Rajoy y apoyado por los sectores más reaccionarios del mismo, se ha propuesto enterrar la época de Rajoy, al que consideraba un melifluo y con nulos principios ideológicos.

Su conocimiento económico es nulo, permitiéndose decir cosas como que con el PSOE se genera deuda. No recuerda que Rajoy y su PP han dejado deuda por más de 400.000 millones o que se gastaron en seis años más de 75.000 millones del Fondo de Reserva de las Pensiones.

Decir que el PSOE planta la semilla de la próxima crisis económica es una estupidez y significa no conocer los más mínimos fundamentos de la economía.

¿Qué decir de su desconocimiento de la memoria histórica?

Casado se ha hartado de descalificarla, pero su desconocimiento e ignorancia de la historia es sublime. Por favor, cuando hable modérese y deje de chillar, reflexione lo que va a decir, y si habla de historia estúdiela y dejará de decir barbaridades, que posiblemente enardecen a gentes sin conocimientos, pero que le dejan en muy mal lugar.

¿Tiene Casado proyecto de España? Evidentemente no lo verbaliza, pero se intuye, como sí lo hace su mentor, Aznar. Es de los que plantean en su hacer político Vencer pero no CONVENCER, Divide a los españoles en buenos y malos, los míos y al resto “hay que ir a por ellos”. Nos recuerda a la España negra, a la España de la represión.

Su centralismo es obsceno ¿Sabrán entender los nacionalistas vascos y catalanes que significa Casado? Nos recuerda constantemente el franquismo, porque de forma velada nos habla de censura de “la iglesia del palio”. El feminismo lo genera el comunismo y en consecuencia hay que combatirlo. El papel de la mujer es el de la sumisión frente al hombre. Su lucha contra el aborto y el movimiento gay es tremendo.

Es curioso como Casado y Rivera, son presentados como chicos modernos. Sin embargo, representan a la España de 1950.

f1
Realizado por el Faro

¿No recuerdan ya esta época?

Pánico me dan ambos personajes por su cortedad mental e intelectual y los planteamientos tan retrógrados.

La defensa que hacen de Casado los periódicos La Razón, ABC, el Mundo nos recuerda a la época del diario Arriba. La intolerancia, los valores religiosos ultraconservadores, la supremacía de unos contra otros me alarma. La época donde los ricos olían bien y los pobres mal:

Esto es lo que nos propone Casado y su homologo Rivera con su Ciudadanos

¿Ambos hablan de populismo?

Se lo señalan a los demás, sin embargo, lo que ellos hacen sí es populismo y nos recuerda al húngaro Orban, al italiano Salvini, a la francesa Le Pen. Para todos ellos defender los derechos sociales, sanidad, educación, pensiones, leyes laborales justas, es hacer populismo.

Es hora que todos los que llevamos años defendiendo a España como un lugar de encuentro, de avance social, de lucha contra la desigualdad y que queremos vivir en un país que nos pueda enorgullecer por todo esto, digamos BASTA, antes que estos personajes zafios y con escaso o nulo discurso puedan llegar al poder.

Sr. Casado menos metros de bandera y deje de una vez de dividir al país y olvídese de discursos emocionales ramplones y trabaje por un país de la gente. España se merece una sonrisa y no la zafiedad en la que nos embarca.

Pablo Casado y la estupidez intelectual